Introducción
Este trabajo nos va a
permitir reflexionar acerca de una educación creativa tomando como punto de
partida el diplomado de Creatividad en la Educación. El trabajo está
estructurado en tres temas principales que se entrelazan alrededor de una idea
central: educar en la creatividad. Así, podrá leerse una primera parte dedica a
reflexionar acerca de las características de una educación creativa. En la
segunda parte se hará referencia a la experiencia formativa del diplomado de
Creatividad en la Educación. Se mencionan aquí las necesidades que dan origen a
sus objetivos e intenciones formativas. Una última parte enfatiza toda una serie
de recomendaciones teórico- metodológicas para educar en la creatividad.
Deseamos que la lectura de
estas páginas ofrezca una serie de cuestionamientos, conocimientos y sugerencias
para todos los que se dedican a educar en, por y para la creatividad.
Educar en
la creatividad
Educar en la creatividad
es educar para el cambio y formar personas ricas en originalidad, flexibilidad,
visión futura, iniciativa, confianza; personas amantes de los riesgos y listas
para afrontar lo obstáculos y problemas que se les van presentado en su vida
escolar y cotidiana. Además, educar en la creatividad es ofrecer herramientas
para la innovación. La creatividad se puede desarrollar por medio del proceso educativo,
favoreciendo potencialidades y consiguiendo una mejor utilización de los
recursos individuales y grupales dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Siguiendo con estas ideas, no pudiéramos hablar de una educación creativa sin
mencionar la importancia de una atmósfera creativa que propicie el pensar reflexivo
y creativo en el salón de clase.
La concepción acerca de
una educación creativa parte del planteamiento de que la creatividad está
ligada a todos los ámbitos de la actividad humana y es el producto de un
devenir histórico social determinado. Siguiendo con esta manera de pensar
tendríamos que partir de un concepto de creatividad acorde con los planteamientos
anteriores, que bien podría ser el siguiente:
Creatividad es el
potencial humano integrado por componentes cognoscitivos, afectivos,
intelectuales y volitivos, que a través de una atmósfera creativa se pone de
manifiesto para generar productos novedosos y de gran valor social y
comunicarlos, transcendiendo en determinados momentos el contexto histórico social
en el que se vive. Este concepto integracionista plantea una interrelación
dialéctica de las dimensiones básicas con que frecuentemente se ha definido la
creatividad de manera unilateral: persona, proceso, producto y medio.
Por otro lado, este educar
en la creatividad implica el amor por el cambio. Es necesario propiciar, por medio
de una atmósfera de libertad psicológica y un profundo humanismo que se
manifieste la creatividad de los alumnos, al menos el sentido de ser capaces de
enfrentarse con lo nuevo y darle respuesta. Además hay que enseñar a no temer
el cambio, sino que más bien, el cambio puede provocar gusto y disfrute.
Podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que una educación creativa es una
educación para el desarrollo y la auto-realización. En ésta no solamente
resulta valioso el aprendizaje de nuevas habilidades y estrategias de trabajo,
sino también el des-aprendizaje de una serie de actitudes que en determinados momentos
nos llenan de candados psicológicos para ser creativos o para permitir que
otros lo sean.
Diplomado
de Creatividad en la Educación
El Diplomado de
Creatividad en la Educación surge en 1995, como parte de un trabajo de la
Dirección de Educación Especial del Subsistema Integrado, encaminado a
responder a un modelo de escuela: comprensiva, creativa y diversificada. En ese
momento se estaba consciente de que el éxito futuro del proyecto de Integración
Educativa no sólo dependía de cambios organizativos y curriculares, de apoyos técnicos
y económicos, sino también del cambio de actitudes de los protagonistas de
dicha labor y de una nueva cultura de la integración dirigida hacia una escuela
inclusiva, es decir, una escuela para responder a las necesidades educativas de
todos los alumnos. Esta escuela inclusiva tiene que enfrentarse a una serie de
problemáticas a las cuales no debe ser ajeno este diplomado, tales como:
1. Existen dificultades de
aprendizaje que tienen su base en una carencia o falta de empleo adecuado de las
habilidades de pensamiento creativo y reflexivo.
2. En nuestros salones de
clase, en ciertos momentos, predomina un clima poco participativo, activo y centrado
en los alumnos.
3. Algunos maestros no
tienen conciencia de la creatividad que poseen y de su puesta en práctica para
el servicio de sus alumnos.
4. En ocasiones existe una
actitud poco creativa en los maestros, que se caracteriza por mostrarle al alumno
que no es exitoso y competente.
A partir de las
necesidades anteriormente mencionadas, el diplomado se planteó como objetivo el
siguiente:
Preparar profesionales
competentes y con recursos para generar cambios innovadores y creativos en el ámbito
educativo, así como lograr en éstos el rompimiento de barreras psicológicas que
estaban alojados, en ocasiones, en sus cabezas y corazones.
Este objetivo, para ser
llevado a la práctica, se acompaña de una serie de focos de intenciones
formativas que guían el diplomado y su fundamento y que se plasman en las
siguientes acciones:
1. Sensibilizar a los
participantes sobre el valor educativo y social de la creatividad, así como su
valor estratégico para adaptarse a los cambios que exige la integración
educativa.
2. Capacitar a los participantes
proporcionándoles conocimientos y desarrollando habilidades sobre la creatividad
y su proyección en la educación, considerando al docente como profesional de la
educación creativo e innovador.
3. Transferir la
creatividad a contextos educativos del aula y del centro escolar. El grado de
transferencia irá desde los meros aprendizajes de técnicas e instrumentos a la
elaboración de proyectos innovadores para mejorar la práctica educativa de
forma colaborativa e institucional. La aplicación de los conocimientos y las
habilidades o estrategias asumidas en contextos diferentes de aquellos en los
que se adquirieron, son la mejor garantía de la eficiencia de un aprendizaje.
Los ejes en torno a lo
cuales se distribuyen los contenidos curriculares son:
1. La creatividad y su
incidencia en los agentes educativos.
2. La creatividad y su
concreción en los programas y estrategias de estimulación creativa.
3. Creatividad aplicada al
curriculum, con especial incidencia en los aspectos diferenciales y de las
áreas de expresión.
En el primer eje se
abordan las cuestiones conceptuales y de fundamentación de la creatividad, al
tiempo que se transfieren a los componentes educativos correspondientes.
También se persigue como objetivo fundamental, la construcción de climas
creativos, sin que se descuiden la asimilación de contenidos y su aplicación.
En el segundo eje se da
capacitación respecto a la utilización de técnicas, estrategias, métodos y programas
de estimulación del pensamiento creativo y crítico. Sin dejar de lado la
sensibilización y la transferencia de conocimientos ni la elaboración de
propuestas concretas de intervención, se prioriza el desarrollo de competencias
a fin de que los participantes adquieran conocimientos y habilidades en la utilización
de técnicas, estrategias, métodos y programas.
En el tercer eje se
transfieren los conocimientos y las habilidades logradas al ámbito curricular,
de modo que se elaboren programas de acción para sujetos con necesidades
educativas especiales, así como a áreas curriculares como la expresión
plástica, musical, motriz, escénica, de lenguaje y ciencias. El total de los
alumnos que han participado hasta el momento de escribir este trabajo es de
938; estos tienen en su mayoría como último grado de estudios el nivel de
licenciatura. También hemos conformado una red de profesores para el Diplomado
en los diferentes temas de Creatividad en la Educación que éste aborda. Además,
se rescataron de los grupos del diplomado a los mejores alumnos para formar
parte de la planta docente de éste.
Recomendaciones
teórico-metodológicas para educar en la creatividad
Educar en la creatividad
implica partir de la idea que ésta no se enseña de manera directa, sino que se propicia.
Para esto es necesario tomar en cuenta las siguientes sugerencias:
1. Aprender a tolerar la
ambigüedad y la incertidumbre. El maestro pudiera favorecer en los estudiantes
el desarrollar una tolerancia a la ambigüedad dándoles más espacio en sus
clases para pensar sobre una situación problemática y estimulándolos a
reflexionar desde el principio de la clase. Esto también se obtiene logrando
que formen parte de las reglas del grupo por un período de ambigüedad ante los
trabajos y conocimientos que deben edificar. No debe temer a este período de
germinación de los conocimientos.
Este último estará
asociado a una incubación de las posibles soluciones.
Siguiendo con esta idea,
la incertidumbre es otro alimento de la clase creativa. Es decir, se debe crear
un clima dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje donde el conocimiento que
se está trabajando no se dé como inmutable y estático. La escuela necesita la
incertidumbre para que el alumno se lance a explorar fuera de éste el
conocimiento que no logró construir totalmente en el salón de clases.
2. Favorecer la voluntad
para superar obstáculos y perseverar. Debemos partir siempre de dos metas, cuando
empezamos con un proyecto innovador para la educación, a saber: la primera, ser
fieles a los objetivos que deseamos alcanzar; la segunda, estar conscientes de
que para llegar a lograrla se va a presentar toda una serie de barreras por
derribar. Se elimina una y aparece otra y así sucesivamente, hasta alcanzar el
objetivo. Hay que convertir los obstáculos en oportunidades y no en amenazas.
3. Desarrollar la
confianza en sí mismo y en sus propias convicciones. En la escuela se debe
cultivar la confianza en sí mismo por medio de indicadores que no siempre sean
las buenas notas y el pasar de grado. Otros indicadores que se debieran tomar
pudieran ser: la apertura mental, la originalidad, el asumir riesgos, el
plantearse preguntas que en determinados momentos pongan en duda el
conocimiento que se está trabajando, entre otros.
4. Propiciar una cultura
de trabajo para el desarrollo de un pensamiento creativo y reflexivo. El
maestro que desea lograr un clima donde los alumnos aprendan a pensar y crear
mejor, debe trabajar duro. A veces los resultados alcanzados no son los
esperados o no son tan gratificantes en un período corto de tiempo, pero hay
que seguirle poniendo todo el empeño, ya que las huellas formadoras que se
dejan en los alumnos trascienden el presente y se recogen en el futuro.
5. Invitar al alumno a
trascender el presente con un proyecto futuro. El maestro creativo
constantemente se anticipa a la siguiente clase. Todavía no ha finalizado la
clase y él ya está viendo qué recursos pedagógicos va a emplear para que la
próxima sea de mejor calidad. Además, se acompaña de una forma de ver la vida
optimista. Esta anticipación se relaciona mucho con el disfrute por el proceso
de enseñar más que por los resultados que pueda obtener. También invita a sus
alumnos a creer que toda idea soñada puede ser una idea posible.
6. Aprender a confiar en
lo potencial y no sólo en lo real. El profesor debe confiar en las capacidades potenciales
de sus alumnos y no solamente en las reales. Debe favorecer un enseñanza
desarrolladora y colaborativa donde lo que el alumno puede realizar con su
apoyo pueda hacerlo el día de mañana solo.
7. Vencer el temor al
ridículo y a cometer errores. Debemos enseñar a nuestros alumnos a vencer el
temor al ridículo y a cometer errores, ya que esto representa romper con reglas
establecidas. En el caso del temor a cometer errores es importante aprender a
reciclar los mismos como fuente de aprendizaje.
Además, evitar que el
alumno tenga miedo a equivocarse ante el maestro por razones como la siguiente:
perder su cariño, romper con la imagen de buen estudiante, contradecir el
método de aprendizaje que sigue el educador, etc.
8. Desarrollar tanto en
nuestros maestros como en nuestros alumnos, una actitud diferente ante la responsabilidad
del proceso de enseñanza - aprendizaje. Los alumnos deben tomar poco a poco la responsabilidad
de su propio aprendizaje, en la medida en que desarrollen una motivación
intrínseca en torno a esto. El maestro debe facilitar y mediar las
oportunidades para que los estudiantes decidan lo que necesitan saber y con qué
herramientas construirlo y favorecerle la ejercitación de estrategias para
lograr lo anterior.
9. En los salones de clase
debiera estar bien visible la siguiente frase: Vivan los riesgos que nos
permiten ver las nuevas aristas del conocimiento. Se debe incitar al alumno,
por ejemplo, a dar una respuesta no convencional en una prueba, esto es, una
respuesta diferente a la ofrecida por el profesor como modelo en la clase, o en
vez de dar la respuesta dar él la pregunta.
Siguiendo este
pensamiento, es necesario incorporar el cambio como algo cotidiano en la
actitud para la vida de nuestros estudiantes. El desarrollar una actitud favorable
al cambio les va a permitir ver más al aprendizaje como un proceso dialógico y
dialéctico en el cual los educadores pueden solamente proceder indirectamente a
la verdad, zigzagueando a lo largo del camino, a veces, enfrentándose a
contradicciones, retrocesos, avances y una carga de satisfacciones llenas de
una lucha tenaz contra los obstáculos y las frustraciones.
10. La autoridad para
validar el conocimiento debe partir de un proceso social, dialógico y
cooperativo.
Para esto es necesario
romper con aquellas creencias en las cuales el maestro tiene la verdad acerca
del conocimiento a construir y el alumno debe encontrarla bajo el control de
este experto. El maestro constantemente habla y el alumno escucha y le hace
sentir en las clases que está plenamente seguro de lo que enseña, que hay poco
que descubrir e indagar con relación a esto.
Este tipo de maestro
genera actitudes en los alumnos ante el aprendizaje que se caracterizan por la inseguridad,
pasividad, sumisión, dependencia, repetición, reproducción de conocimientos más
que construcción activa del mismo.
11. Cuando se propicia un
clima creativo, la motivación intrínseca y la de logro deben estar presentes.
La primera en el sentido de que debe nacer, desarrollarse y realizarse en el
propio proceso de enseñanza-aprendizaje, sin requerir de recursos externos. En
el caso de la segunda implica desarrollar una actitud en los alumnos ante los
logros que van teniendo en la escuela, que propicie el pensar no sólo en ser
competentes, sino también en ser excelentes, así como disfrutar de los trabajos
que realizan, pero nunca estar completamente satisfechos con los mismos. De
esta manera se sigue mejorando.
12. Es necesaria la
contextualización del conocimiento y de las habilidades de pensamiento crítico
y creativo. Contextualizar implica no concurrir en situaciones como las
siguientes: se imparte tal y como se había leído en el texto básico de la
asignatura que generalmente es una selección de lecturas de más de tres años de
realizada y en la cual, en ocasiones, faltan las referencias de donde se tomó o
no se cita de forma correcta. Se pide que se observen determinados
conocimientos tal como los mencionaba un reconocido estudioso del tema. Se
exigen tareas a los alumnos como si esta fuera la única asignatura que recibe,
olvidando el resto de ellas. Se quiere reproducir un experimento tal como se
había realizado en un país desarrollado. Se trabaja en la clase tal tema o
autor porque está de moda y todos los citan. Se extrapolan técnicas creadas
para una actividad docente a otra completamente diferente.
13. Las necesidades
fundamentales del alumno están relacionadas con enseñarle a pensar creativa y reflexivamente,
es decir, a pensar de manera excelente. Lo que se requiere es un alumno
imaginativo y que cuestione las verdades que aparecen de la voz del maestro o
de los libros de textos. El alumno ha de ser un constructor de puentes
imaginarios para que transiten las ideas invisibles para la mayoría y en un momento
determinado se hagan visibles; ha de analizar las experiencias y los
conocimientos de la realidad y sistematizarlos mediante su pensamiento crítico
y creativo, con la cooperación de un educador con profundos conocimientos de
grupo y de mediación.
14. Quitar los lentes
empañados que en determinadas ocasiones no permiten ver la ignorancia. Se vive con
lentes empañados cuando: año tras año se repiten las clases tal como se
planificaron la primera vez.
Se termina una
licenciatura, maestría o doctorado y nunca más se vuelve a abrir un libro de
texto ni se asiste a un curso de postgrado para el enriquecimiento de la
práctica educativa. No se tiene la valentía de decirle al alumno qué es lo que
se sabe y qué q no. Si se desean limpiar los lentes se debe emplear el conocimiento
de manera flexible. Además, es necesario favorecer en el alumno la búsqueda de
fuentes alternativas de lectura a las oficialmente sugeridas, y dejar un
espacio de conocimiento para aportar por éste durante la clase. También es
necesario tomar conciencia de que aprender implica reconocer nuestras ignorancias
y realizar un análisis en cuanto a lo que sabemos genuinamente de lo que
simplemente memorizamos.
15. Es más valioso cubrir
una pequeña proporción de conocimientos a fondo que una gran cantidad de manera
superficial. Es más útil que el alumno obtenga una pequeña parcela del
conocimiento que una gran cantidad, pero de manera superficial, que discuta el
significado de los mismos y descubra los sentidos que pueden tener de acuerdo
con su historia y su cultura.
16. El pensar de forma
creativa y reflexiva no es algo que obligatoriamente se transmita de maestro a alumno
de forma. Es decir, una persona no puede dar de forma inmediata a otra lo
aprendido, ya que el reflejo de la realidad en el ser humano es mediado; en
cambio, sí puede crear una atmósfera creativa que favorezca las condiciones
óptimas para que el alumno aprenda por sí mismo a pensar de esta manera.
17. Convertir las aulas en
espacios para asombrarnos, experimentar e investigar. Uno de los recursos más importantes
y al alcance del educador es la capacidad de asombrarse ante cada comentario
reflexivo o creativo de sus alumnos. Para lograr lo anterior debe propiciar un
conocimiento lleno de sorpresas y situaciones inesperadas. Es decir, ha de
llevar a los alumnos a disfrutar de lo inesperado e incorporarlos dentro del
proceso de enseñanza - aprendizaje que está ocurriendo.
18. Los estudiantes
necesitan tratarse como personas y tener una buena comunicación cuando están creando
o pensando. Los alumnos requieren aprender a escuchar críticamente, a tener
apertura hacia el juicio del discrepante o ante los puntos de giro de la
dinámica de razonamiento del grupo o para apreciar las dos caras de un asunto
tratado. Además, necesitan aprender a retroalimentarse a sí mismos y a los otros
durante un proceso creativo o crítico. Los maestros deben modelar actitudes
comunicativas para conseguirlo.
19. El cuestionamiento es
un indicador excelente del pensamiento creativo y crítico. Se parte de
considerar que los alumnos que formulan preguntas y que invitan a pensar e
imaginar están aprendiendo. Los maestros tienen como una de sus estrategias
fundamentales la pregunta.
20. Construcción de las
habilidades de pensamiento creativo y crítico a trabajar en dos planos. Se
parte de que todo lo aprendido y por aprender por el alumno se le va a
presentar siempre en dos planos: uno, fuera de él (interpsíquico) y el otro,
dentro de él (intrapsíquico). Durante la clase, el lenguaje de los otros en cuanto
al desarrollo de la habilidad a trabajar va a formar a parte del lenguaje de
todos a través del diálogo que se realiza. Todo esto se va dando en el plano
interpsíquico. Ahora lo anterior se va interiorizando y va formando parte de
las herramientas psíquicas del alumno. Aquí se está hablando de un plano intrapsíquico.
21. Matrimonio entre los
conceptos cotidianos que trae el alumno acerca de la habilidad de pensamiento creativo
o crítico por trabajar con los conocimientos científicos acerca de la misma.
Cada vez que se comience a trabajar una clase, se debe tratar que el alumno
comente sobre los conceptos cotidianos que posee acerca de la habilidad o
conocimiento por trabajar para vincularlos de manera orgánica a los conocimientos
científicos. De esta manera, los conceptos científicos se enriquecen de la vida
cotidiana de los estudiantes que transcienden las paredes del aula y a su vez,
los cotidianos encuentran una lectura más sistematizada, objetiva y abstracta
sobre la realidad por medio de los conocimientos científicos. De esta forma
tendremos un aprendizaje más rico de sentidos y significados.
22. Unidad de lo
cognoscitivo y lo afectivo en cada sesión de Atmósferas Creativas. Cuando se
trabaja el pensamiento creativo y reflexivo se parte siempre de que la
actividad lúdica que se realiza va a movilizar los recursos afectivos e
intelectuales de la persona que está ejercitando en ese momento la misma.
Además, es importante
crear un clima que posibilite un matrimonio entre los afectos y el intelecto.
Asimismo, es importante
buscar un equilibrio entre lo afectivo y lo intelectual para lograr un espacio dinámico
y motivador para el buen pensar y crear.
Conclusiones
Educar en la creatividad
debe orientarse en el desarrollo personal y en la mejora profesional de la
práctica educativa de todos los implicados en el proceso de enseñanza-aprendizaje,
dentro de un contexto histórico social dirigido a la integración educativa. La
creatividad permite tener una actitud flexible y transformadora que propone el
romper las murallas o barreras para edificar la nueva escuela del futuro, cuyo
principal objetivo es ser integrada, solidaria, respetuosa, reflexiva,
divergente, desarrolladora y abierta y consistente con las necesidades de todos
los alumnos.
Todo lo anteriormente
expresado conlleva una educación en la creatividad que propicie un sistema de actividades
y comunicación donde el pensamiento reflexivo y el creativo se desarrollen a la
par de una actitud coherente ante estos. Cada alumno que salga de una escuela
formada con esta visión deseará que en los lugares donde llegue se manifieste
el pensar, el crear, el sentir, el comunicar y el compartir por respeto a sí
mismo y a sus semejantes.
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