Cómo superar 10 comportamientos tóxicos que están arruinando tu vida.


Hay comportamientos y pensamientos que únicamente se pueden describir como tóxicos. Son tóxicos para nuestro crecimiento personal y profesional, y son tóxicos para nuestras relaciones con los demás.

Todos hemos actuado de alguna de estas formas en un momento dado de nuestras vidas, aunque muchas personas no han hecho por cambiar o mejorar este tipo de pensamientos que recoge Marc Chernoff, de Marcandangel.com, y en el cual nos vamos a inspirar para realizar este artículo.

Estos serían los 10 comportamientos que pueden arruinar drásticamente tu vida si no haces nada por cambiarlos.

1. Sentir envidia de todos los demás.

Todos hemos tenido envidia de alguien en un momento dado. Yo mismo tengo envidia de algunas personas, por lo competentes que son en lo que hacen y cómo lo hacen. Envidia de que son capaces de hacer algo de una forma sencilla y que a mí me cuesta mucho más trabajo, y envidia de muchos de sus logros, gracias a sus habilidades.

Pero no uso esa envidia para realizar una crítica, sino más bien a modo de admiración para intentar llegar a ser tan bueno como ellos. Es lo que se denomina "envidia sana", y es lo que te ayuda a mejorar, fijándote en cómo lo hacen esas personas.

El problema es que muchas personas usan la envidia a secas, y ese tipo de envidia es un auto-destructor natural. Si vives únicamente fijándote en los demás, sin aprender de ellos, acabas compitiendo contra fantasmas, cuando en realidad, debes competir y compararte con quien fuiste ayer, para así medir el progreso. Es muy positivo sentir admiración por otras personas, pero no hay nada positivo en la constante envidia.

Muchos son los emprendedores que se fijan tanto en la competencia que se olvidan de mejorar su propia empresa. Siempre van detrás de sus competidores porque imitan sus acciones, pero no aprenden las habilidades ni se esfuerzan en ser más creativos.

2. Tomárselo todo muy a pecho.

La gente tóxica piensan que todo lo que ocurre a su alrededor es un ataque directo contra ellos. Como si el mundo conspirara para hacerte la vida más difícil. Pueden considerar una crítica constructiva como un misil lanzado para destrozar su ego.

Y en realidad, incluso cuando las personas hablan de ti, tanto si piensan que eres increíble como si piensan que eres pésimo, es más acerca de ellos mismos que de ti mismo. No es que haya que ignorar todos los comentarios de los demás, pero no puedes vivir tu vida en base a lo que la gente diga de ti.

En otras ocasiones, el hecho de que te despidan de una empresa, no siempre es algo personal. A veces únicamente es un recorte de plantilla y tú eras de los despidos más baratos.

En los negocios, el que un cliente se decida por el producto de la competencia, no significa que sea un hijo de la gran p***. Por regla general es que la competencia le ha sabido vender mejor, le ha hecho una mejor oferta, o sencillamente, nosotros hemos sido más malos a la hora de exponerlo.

3. Actuar siempre como si fueras una víctima.

El sentido de victimización hace que te consideres como una persona que no tiene ningún poder que ejercer sobre su vida ni en la dirección que tomar. Incluso personas que han sufrido un grave accidente, acaban encontrando el valor suficiente como para seguir mirando hacia adelante.

Cuando dejes de quejarte, y te niegues a verte como una víctima indefensa, probablemente encuentres que tienes más poder del que pensabas para cambiarlo todo.

Una víctima suele tener una estrategia defensiva, y para dejar de ser una víctima debe pasar al ataque.

4. Acumular dolor y pérdidas.

Un matrimonio que fracasa, la pérdida de un ser querido.... Duele, pero la vida continúa. A veces hay que liberarse emocionalmente de aquellas cosas que un día significaron mucho para ti, pues de lo contrario, estarías viviendo en el pasado. Y no se puede vivir en el pasado.

Si lo aplicamos a nuestra carrera profesional y los negocios, veremos algún que otro fracaso, y no podemos estar siempre con el dichoso "yo tenía... yo hice...". El pasado hay que dejarlo donde corresponde y debemos centrarnos en el presente para que de esta forma, en el futuro, no nos arrepintamos por este comportamiento tóxico que hoy estamos teniendo.

5. Pensamiento negativo obsesivo.

La mente es muy poderosa. Si eres de esas personas que siempre están hablando sobre las cosas tan terribles que te podrían ocurrir o lo que ya te ha sucedido, los desprecios, los fracasos, las injusticias de la vida, todo eso es lo que atraerás.

Recuerda que tu mente puede ser tu mejor amigo o tu mayor enemigo. Busca siempre lecciones positivas. Las personas que encontraron la ruina financiera y se vinieron abajo, introduciéndose en la espiral auto-destructiva, aún no han salido, mientras que las personas que extrajeron las lecciones de aquella situación, al menos ya están en el camino de la recuperación.

6. La falta de autocontrol emocional.

La incapacidad de controlar tus propias emociones puede llegar a ser muy tóxico para las personas que tienes alrededor, y realmente nocivo para ti mismo. Estas personas pueden estallar en ira y lágrimas sobre un problema insignificante y que consiguen llevarlo a otro nivel de consecuencias mucho más graves.

Por ejemplo, un jefe que grita a un buen empleado por un pequeño error o un padre que pierde la calma con su hija al derramar una botella de coca cola por accidente. A menudo, y según el nivel de falta de autocontrol emocional, suele ser aconsejable el pedir ayuda externa o aprender sobre cómo dominar esos ataques, pues puede ser realmente tóxico tanto a nivel de relaciones personales y familiares, como a nivel de empresa.

7. Crueldad o falta de empatía y compasión.

Tratar a la gente con crueldad es acercarse a la zona de la psicopatía, pues deriva de una falta total de empatía. Cada vez más, podemos observar en el propio internet, cómo la gente puede ser devastadoramente cruel e hiriente con los demás. El motivo es solo que pueden hacerlo. A fin de cuentas, internet es el reflejo concentrado de lo que hay en la vida real.

Detrás de una cuenta de Twitter que se comporta como un gilipollas, por regla general, está gestionada por una persona que en la vida real es un gilipollas.

Es cierto que conforme te vas introduciendo en el mundo de los negocios o vas adquiriendo más responsabilidad en una empresa, sueles comenzar cada vez a pensar más en frío y dejar los sentimientos a un lado, pero siempre hay que tratar a todo el mundo con respeto, por lo que si en algún momento observas que estás comenzando a tener un comportamiento demasiado cruel con las personas de tu alrededor, detente, pues no compensa.

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8. Hacer trampa y engañar simplemente porque es posible.

El engaño es una opción, no un error ni una excusa. Si decides tener éxito en base a atajos inmorales, en base a métodos ilícitos, tarde o temprano te pasará factura. Hay dos cosas que definen a las personas: integridad y honestidad. Si las pierdes dejas de ser una persona honrada. Y a nadie le gusta tratar con personas que no son íntegras y honradas.

Como siempre digo: "asegúrate de poder explicar cómo lograste alcanzar el éxito sin tener que avergonzarte de cómo lo hiciste".

9. Necesidad de validación constante.

Muchas personas se quedan atrapados en esa necesidad de demostrar constantemente su valía una y otra vez, y constantemente necesitan ganarse a todos a su alrededor. Y el éxito no se trata de lo que consigues a los ojos de las masas, sino de lo consigues para ti. En la vida, a diferencia de la escuela, es que ya no tenemos que pasar exámenes. Somos nosotros los que nos evaluamos.

10. Fingir que todo está bien, cuando no lo está.

Y no hablamos de fingir de cara a los demás, pues en ocasiones no es cuestión de que todo el mundo conozca nuestra situación. El problema es que en ocasiones nos engañamos a nosotros mismos para no asumir la realidad de por qué nos levantamos sin fuerzas, por qué me levanto sin ilusión, etc...

Cada cierto tiempo, hay que plantearse si realmente estamos viviendo la vida que queremos vivir. ¿Soy feliz donde vivo y con quien vivo?, ¿me gusta lo que hago profesionalmente?, ¿estoy luchando por mis sueños?, ¿realmente soy feliz?, ¿qué necesito para lograr ser feliz?...

El fingir que algo va bien, puede incluso ser más tóxico cuando hablamos de relaciones sentimentales, pues el convivir con personas que realmente no nos llenan, nos puede perjudicar en el resto de facetas de nuestra vida.

Y en los negocios

Y trasladado a los negocios, en ocasiones vemos cómo un negocio se está hundiendo, perdemos dinero, hace tiempo que llevamos una línea descendente en los ingresos y beneficios, mientras que nuestra deuda asciende, pero no queremos verlo para tratar de no asumir un fracaso, cuando realmente sabemos que ya hemos fracasado esta vez.

Mantente en todo momento realista y consciente, tanto en los negocios como en tu vida personal, y piensa si aún no te has desecho de alguno de estos comportamientos o pensamientos.

Por A.Carlos González

Cómo superar las 10 causas por las que no consigues tus metas.


Todos el mundo tiene Metas y a todo el mundo le gustaría conseguir aquellas Metas que se propone y que tienen que ver a grandes trazos con 3 ámbitos en torno a lo que le gustaría a una persona: SER, HACER, TENER.

Pero la cuestión relevante hoy es: ¿Por qué no consigues lo que quieres? A ver si te identificas con una o varias de las siguientes causas:

1. No sabes lo que quieres

Te levantas, vas al trabajo, cumples y vuelves casa. Haces tu labor, pero sin una dirección clara. Te mueves por inercia, dejándote llevar, como un autómata. Así un día tras otro. Existe una relación muy, muy, muy directa entre claridad de metas y lo que consigues. La claridad es fuerza porque entonces se pone en marcha el Sistema de Activación Reticular (SAR).

La mayoría de personas no han definido por anticipado, detallado y por escrito dónde lo que les gustaría Ser, Hacer y Tener. Ya hablamos de ello en: ¿Tienes clara esta pregunta?

2. No quieres lo que dices que quieres

En otras ocasiones no es que no sepas lo que quieres sino que lo que dices que quieres en realidad no lo quieres. Desear no es decir lo que se quiere sino sentir lo que se quiere. Ya lo apuntaba Goethe: «Si no lo sientes, no lo lograrás». Buscas el aplauso social, la aprobación externa, lo que es cool.

Ya sabes: coach, community manager, personal shopper, cool-hunter... lo que pega en cada momento. Es una opción, pero para que otros amen lo que haces tú tienes que hacer lo que amas. Cuando los sueños son prestados, los resultados suelen ser previsibles... para mal.

3. No te pones en marcha

Tienes claro lo que quieres pero no das el paso. Quieres tenerlo atado, ver todo el camino por delante. Pero el exceso de planificación paraliza. La Acción es la perfección de la Decisión. Decisión sin Acción es Alucinación. Piruetas mentales. La acción más pequeña vale más que la intención más grande. Somos lo que hacemos, no lo que pensamos, ni decimos, ni planeamos. Te dejo el post Sueña en grande, empieza pequeño, ¡actúa ahora!

4. No eres disciplinado

Te has comprometido a ir ‘sin falta’ a correr después del trabajo. Empezaste bien, con ilusión y ganas. Hasta te compraste zapatillas nuevas. Pero llega un día en que estás cansando, hace frío, chispea en la calle... y encima juega el Real Madrid partido de Champions League. Y faltas. Y por supuesto, utilizas la gran especialidad del ser humano que es justificarse: «Por un día no pasa nada». Pero sí, si pasa.

El día que dejas de practicar un buen hábito te empiezas a instalarte en otro malo. Lo de correr es aplicable a hacer dieta, aprender inglés (o chino), ir al gimnasio, bailes de salón... y todas esas cosillas que tú y yo sabemos. Te dejo el post Personas gaseosa.

5. No tienes un compromiso del 100%

Si no lo entregas todo, lo que entregas es nada. El compromiso no admite medias tintas. Se tiene o no se tiene. No existen los ‘medios compromisos’. Compromiso es algo por lo que uno está dispuesto a darlo todo. Nada grande se ha logrado sin un compromiso incondicional.

Compromiso y excelencia son hermanos. Como decía William Wallace en la excelente película Braveheart (1995): «Todos acabamos muertos, la cuestión es cómo y por qué». Te dejo el post El factor más importante del éxito.

6. No cultivas tu mente

«Toda batalla ha de ser ganada antes de ser librada», dice Sun Tzu en El arte de la guerra. El éxito (en cualquier parcela: dinero, trabajo, relaciones) es en primer lugar mental. La riqueza es un estado de la mente. En lo que crees, te conviertes. Vives a la altura de tus creencias.

Tu mente es un termostato que cuando alcanza un determinado nivel se apaga. Hay partidos que se pierden antes de saltar al terreno de juego. Lo dicho en otras ocasiones: Ganar es una decisión consciente; perder una decisión inconsciente.

7. No cuidas el entorno de gente

Estás rodeado de personas a las que, a lo mejor tienes simpatía o quieres, pero cuyas conversaciones son derrotistas, limitantes, pesimistas, perdedoras. Y si los inputs que tu cerebro recibe son de ese tipo los outputs que generas son del mismo calado. Los entornos te empujan hacia arriba o tiran de ti hacia abajo. El entorno es la dirección en la que sopla el viento, y no es lo mismo navegar a favor que en contra.

Como apuntaba Robin S. Sharma: «El gran peligro de estar alrededor de gente no–excelente es que empiezas a volverte como ellos sin ni siquiera darte cuenta». Un buen entorno actúa como factor apalancamiento. Somos una media de las cinco personas con las que más nos relacionamos. Te dejo post El alimento de la mente es el entorno.

8. No te enfocas

Aprendiz de todo, maestro de nada. Inviertes más tiempo en empezar cosas nuevas que en terminar las ya empezadas. Es el factor más importante de todo: FOCO (o en inglés FOCUS: Following One Course of action Until Successful). Si quieres tener éxito, tienes que aprender a enfocarte. La excelencia exige FOCO. Toma años dominar una actividad o profesión.

Ser un referente en algo exige según algunos estudios alrededor de 10.000 horas y otros lo cifran en unos 7 años dedicados exclusivamente a eso. La diferencia entre un aspirante y un ganador es el FOCO. Como decía James D. Watson: «Si tienes dos obsesiones, te sobra una». Te dejo el post El peligro de perder el Foco.

9. No perseveras lo suficiente

La mayor parte de la gente quiere llegar demasiado rápido a destino, y al no conseguir resultados, desiste. Y ahí radica el asunto: no lograron sus objetivos porque no invirtieron las suficientes horas hasta dar con la tecla adecuada. Todo el mundo quiere coger atajos, pero no funcionan así las reglas del juego.

Recuerda siempre las palabras de Robert Frost: «Todo lo que he aprendido en mi vida se resume en dos palabras: sigue adelante». Te dejo el post del La virtud más difícil de encontrar.

10. No asumes la responsabilidad de tu vida

Culpas a la economía, a los políticos, a tu jefe, a tu familia... Te has convertido en un experto en culpa–habilidad. Ya lo decía Erica Jong: «Toma tu vida en tus manos, ¿y qué es lo que pasa? Algo terrible: nadie a quien culpar». Cuando uno asume la responsabilidad de su vida, deja de buscar culpables y empieza a centrarse en hallar soluciones. La gente que no consigue resultados suele recurrir a la ‘suerte’ (mala) para explicar cómo es su vida, mientras que la gente que consigue resultados suele hablar en términos de causas y efectos.

Si haces las mismas cosas que otras personas de éxito han realizado, sin ninguna duda tendrás el mismo éxito que ellos. No son especiales, no son los elegidos por la naturaleza. Tienen hábitos de éxito. En definitiva, la vida es como la combinación de una caja fuerte... tú decides si paras o sigues probando, pero la combinación existe.

Blog de Francisco Alcaide.

Desarrollo personal. 15 cosas a las que debes renunciar para ser feliz.


ofrezco una lista de 15 cosas que, si renuncias a ellas, te harán la vida mucho más fácil y mucho, muuuuucho más feliz. Nos aferramos a tantas cosas que nos causan un gran dolor, el estrés y el sufrimiento -y en lugar de dejar que se vayan todas, en lugar de permitirnos a nosotros mismos para ser libre de estrés y felices- nos aferramos a ellas.

Pero no tiene que ser así. Acepta renunciar a todas esas cosas que ya no nos sirven, y acepta el cambio. ¿List@? Aquí vamos:

1. Renuncia a tu necesidad de tener siempre la razón

Somos tantos los que no podemos soportar la idea de estar equivocados - queremos tener siempre la razón - aún a riesgo de poner fin a una gran relación o causar una gran cantidad de estrés y dolor, a nosotros y a los demás. No vale la pena. Cada vez que sientas la "urgente" necesidad de saltar en una pelea sobre quién tiene razón y quién está equivocado, pregúntate: "¿Prefiero estar en lo cierto, o prefiero ser amable?" Wayne Dyer. ¿Qué diferencia habrá? Es tu ego realmente tan grande?

2. Renuncia a tu necesidad de controlarlo todo

Renuncia a tu necesidad de controlar todo lo que te sucede a tú y a tu alrededor - las situaciones, eventos, personas, etc. Si son tus seres queridos, compañeros de trabajo, o simplemente extraños que te encuentras en la calle - simplemente permíteles ser ellos. Deja que todo y todos sean tal y como son y verás cuánto mejor te harán sentir."Dejando ir permites que todo se haga. El mundo es ganado por aquellos que se relajan. Pero tienes que intentarlo y volver a intentarlo. El mundo está más allá del hecho de ganar." Lao Tse

3. Deja de culpar

Renuncia a tu necesidad de culpar a los demás por lo que tienes o no tienes, por lo que se sientes o no sientes. Deje de darles poder sobre tí a los demás y empieza a tomar responsabilidad de TU vida.

4. Deja de autodestruirte y a hablar mal de tí mismo

¿Cuántas personas se lastiman a sí mismas a causa de su mentalidad negativa, contaminada y autodestructiva? No creas todo lo que tu mente te está diciendo -en especial si es negativo y contraproducente. Eres mucho mejor que eso. "La mente es un instrumento soberbio si se usa correctamente. Con un uso inapropiado, sin embargo, se vuelve muy destructiva ". Eckhart Tolle

5. Renuncia a tus creencias limitadoras

... acerca de lo que puedes o no puedes hacer, sobre lo que es posible o imposible. A partir de ahora, ya no te permitas que tus creencias limitadoras te mantengan atrapado en el lugar equivocado. Extiende tus alas y vuela! "Una creencia no es una idea en poder de la mente, es una idea que tiene la mente" Elly Roselle

6. Deja de quejarte

Renuncia a tu constante necesidad de quejarte de las muchas, muchas cosas, muuuchas personas, situaciones, acontecimientos que te hacen infeliz, triste y deprimido. Nadie puede hacerte infeliz, ninguna situación puede hacer sentir triste o miserable a menos que se lo permites. No es la situación que provoca esos sentimientos en ti, pero cómo tú eliges sentirlo. Nunca subestimes el poder del pensamiento positivo.

7. Olvídate de la crítica

Renuncia a tu necesidad de criticar las cosas, eventos o personas que son diferentes a tí. Todos somos diferentes, pero todos somos lo mismo. Todos queremos ser felices, que todos queremos amar y ser amado y todos queremos ser comprendidos. Todos queremos algo, y algo que es deseado por todos nosotros.

8. Renuncia a tu necesidad de impresionar a los demás

Deja de intentar tan intensamente para ser algo que simplemente no eres, con tal de parecer otro que no eres tú. No funciona. En el momento en que dejas de intentarlo, que dejas caer tus máscaras, que aceptas y abrazas a tu verdadero yo, encontrarás las personas que se sentirán atraídas por ti, y además, sin esfuerzo.

9. Renuncia a tu resistencia al cambio

El cambio es bueno. El cambio te ayudará a pasar de A a B. El cambio te ayudará a realizar mejoras en tu vida y también en las vidas de quienes te rodean. Sigue tu felicidad, abraza el cambio - no te resistas. "Sigue tu dicha y el universo abrirá puertas donde sólo había muros" Joseph Campbell

10. Abandona las etiquetas

Deja de etiquetar las cosas, personas o eventos que sientes como extraño o diferente y tratar de abrir tu mente poco a poco. Tu mente sólo funciona cuando está abierta. "La forma más elevada de la ignorancia es cuando rechazas algo de lo que no sabes nada". Wayne Dyer

11. Renunciar a tus miedos

El miedo es sólo una ilusión, no existe - tú lo creaste. Todo está en tu mente. Corrije tu interior y el exterior se arreglará solo. "Lo único a lo que debemos temer es al mismo miedo". Franklin D. Roosevelt

12. Olvídate de tus excusas

Empaquétalas y despídelas. Ya no las necesitas. Muchas veces nos limitamos a causa de las muchas excusas que utilizamos. En lugar de crecer y trabajar en la mejora de nosotros mismos y nuestras vidas, nos quedamos atascados, nos mentimos a nosotros mismos, utilizando todo tipo de excusas - excusas que el 99,9% de las veces ni siquiera son reales.

13. Abandona el pasado

Lo sé, lo sé. Es difícil. Sobre todo cuando el pasado se ve mucho mejor que el presente y el futuro parece tan aterrador, pero hay que tener en cuenta el hecho de que el momento presente es todo lo que tiene y todo lo que tendrá nunca. El pasado que ahora anhelas - el pasado que ahora estás soñando - fue ignorado por tí cuando era tu presente. Deje de engañarte a ti mismo. Está presente en todo lo que haces y disfrutar la vida. Después de todo, la vida es un viaje, no un destino (el famoso "caminante, no hay camino, se hace camino al andar" de Machado). Ten una visión clara para el futuro, prepárate, pero siempre está presente en el ahora.

14. Abandona el apego

Este es un concepto que, para muchos de nosotros es tan difícil de comprender y yo tengo reconocer que para mí también todavía lo es, pero no es algo imposible. Consigues mejorar con en el tiempo y la práctica. En el momento que te desprendes de todas las cosas, (y eso no significa que renuncie a su amor por ellas - porque el amor y el apego no tienen nada que ver una con otra, el apego proviene de un lugar de miedo, mientras que el amor ... bueno, el amor real es una especie pura, y donde hay amor no puede haber miedo, y por eso, el apego y el amor no pueden coexistir) que llegar a ser tan pacífico, tan tolerante, tan amable y sereno que te sorprenderás. Se llega a un lugar donde serás capaz de entender todas las cosas sin siquiera intentarlo. Un estado más allá de las palabras.

15. Renuncia a vivir tu vida según las expectativas de los demás

Demasiadas personas viven una vida que no suya. Viven sus vidas de acuerdo a lo que otros piensan que es mejor para ellos:; a lo que sus padres piensan que es mejor para ellos, a lo que sus amigos, sus enemigos y sus profesores, su gobierno y los medios de comunicación definen que es mejor para ellos . Ignoran su voz interior. Están tan ocupados con agradar a todo el mundo, intentando estar a la altura de las expectativas de otras personas, que pierden el control sobre sus vidas. Se olvidan de lo que los hace feliz, lo que quieren, lo que necesitan .... y, finalmente, se olvidan de sí mismos. Tienes una vida - ésta ahora mismo - hay que vivirla, se dueño de ella, y sobre todo, no dejes que las opiniones de los demás te distraigan de tu camino.



Publicado por toro solitario

Tres causas y 5 efectos de las quejas y la trampa de la autocomplacencia.



Es probable que conozcas a alguna de esas personas que siempre se están quejando, esas que se quejan cuando llueve y cuando sale el sol también, cuando hace frío y también cuando hace calor, cuando están solas y cuando están acompañadas. A esas a las que nada les contenta y que encuentran los motivos más estrambóticos por los cuales quejarse, motivos que harían palidecer de envidia la fértil imaginación de Kafka.
 
En mi familia, donde nadie se queja sino que aguanta con estoicismo hasta la última estocada de la mala suerte, quejarse es sinónimo de miopía severa con los problemas del prójimo, ingratitud para con la vida y ganas de perder el tiempo inútilmente.
 
Pero como estas cosas normalmente no se las podemos decir a rajatabla a esas personas que tienen la manía de quejarse por todo, no nos queda más remedio que salir corriendo apenas las distinguimos o aguantar el rosario de quejas asintiendo levemente con la cabeza y esperando que termine pronto.
 
De hecho, existen mil y un motivos por los que quejarse no conduce a nada, es un hábito tan inútil como una danza india para llamar la lluvia. Entonces, ¿por qué estas personas tienen la manía de quejarse por todo?
 
  • La primera razón es muy evidente: se sienten profundamente insatisfechas. Estas personas no se están quejando de la lluvia o del calor sofocante, de la soledad o del mal trato que les dio la empleada de turno, se están quejando de su vida, del gran vacío que sienten y de la falta de sentido que las asola. Una persona que se queja es una persona insatisfecha, alguien que no ha encontrado esas razones que le dan sabor a la vida.
 
  • La segunda razón es el hábito. De hecho, a menudo la queja es un comportamiento heredado de los padres. Estas personas asumen los lamentos como parte de su comunicación y no conciben una conversación sin ella. En algunos casos la manía de quejarse es tan extrema que si no lo hacen, simplemente no sabrían como romper el hielo o de qué hablar.
 
  • La tercera razón es un profundo egocentrismo sustentado en la falta de empatía. Estas personas dan por descontado que merecen más que las otras y, cuando no lo obtienen, se quejan. No son capaces de ponerse en el lugar de los demás y comparar porque su egocentrismo se los impide. Para estas personas, llueve porque el universo está en su contra y hay crisis porque Dios (que no tiene más nada que hacer) ha decidido contrariar sus planes.
 

¿Por qué las quejas no son la solución?

 

1. Las quejas conducen al inmovilismo.

 
Las personas pueden quejarse cuánto quieran pero lo cierto es que llorar sobre la leche derramada no les servirá de mucho. Quejarse implica asumir el papel de víctima, implica despojarse del control y ponerlo en una entidad externa, implica quedarse inmóvil al borde del camino, lamentándose por lo ocurrido mientras las personas a su alrededor, que quizás han vivido la misma situación, se recomponen y continúan adelante.
 

2. Las quejas son un agujero negro por donde escapa la energía.

 
Lamentarse por los errores del pasado, por las oportunidades que no se aprovecharon o por los problemas del presente solo consume energías inútilmente. La queja implica una focalización en los aspectos negativos mientras que lo que necesitamos para avanzar es precisamente lo contrario: centrarnos en los aspectos positivos. La persona que se queja continuamente lleva unas gafas grises y con ellas percibe el mundo (algunas incluso han olvidado que existen los colores).
 

3. Las quejas generan un estado de ánimo muy negativo.

 
Todos los sucesos entrañan aristas positivas y negativas, centrarse en las limitaciones, los daños, la incomodidad y los fracasos solo generará frustración, tristeza e ira. De hecho, las personas que se quejan por todo casi siempre están enfadadas y sienten una profunda inquietud porque están a la espera permanente de que el mundo las sorprenda con otra “desgracia”.
 

4. Las quejas impiden buscar soluciones.

 
Como estas personas no son capaces de apreciar el aspecto positivo de los hechos, se quedan regodeándose en la pena. No son capaces de sacarle provecho a las situaciones y aunque la fortuna tocase a su puerta, no podrían verla y aprovechar la oportunidad que les brinda. Por tanto, al final, la queja continua se convierte en una profecía que se autocumple.
 

5. Las quejas afectan las relaciones interpersonales.

 
Todos tenemos nuestros propios problemas pero normalmente no andamos por el mundo pregonándolos para ver cuál es mayor, como si se tratase de un concurso de víctimas. Un día, nos da placer consolar a un amigo y escuchar sus penas. Al otro día, también. Pero al tercer día comienza a ser desgastante. Por eso, preferimos evitar a las personas que se quejan por todo y se comportan como verdaderos vampiros emocionales. Como resultado, estas personas se quedan solas, debido a un macabro mecanismo que ellas mismas pusieron en marcha. Y si los demás les dejan solo, pues ya tendrá un nuevo motivo para quejarse.
 

La trampa de la autocomplacencia (o cómo desenmascararse y dejar de quejarse)

 
Normalmente la persona que se queja por todo no es consciente de ello (la carga de la conciencia la soportan los que están cerca y ni siquiera se lo pueden hacer notar porque de esta forma solo le estarían dando un motivo más para lamentarse: la profunda e insondable incomprensión de los demás).
 
En un primer momento, la queja puede haber surgido de un motivo razonable, como por ejemplo: una pérdida o una experiencia muy negativa. En aquel momento, la persona se quejó y encontró el apoyo de quienes la rodeaban. Demostró que era una víctima (sufriente y doliente) y probablemente le perdonaron sus errores.
 
Así, descubrió que lamentarse era un mecanismo válido para manipular a los demás. También descubrió que los sentimientos de culpa que sentía se esfumaban como por arte de magia, entró en el mundo de la autocomplacencia. En este punto la queja se convirtió en una puesta en escena, en un hábito para enfrentar los conflictos y para atraer la atención de los demás.
 
De esta manera, poco a poco, lo que comenzó siendo una queja por un motivo válido se convirtió en un lamento cada vez más trivial, por el calor, el frío o el sonido de una mosca al volar. Sin embargo, lo más curioso es que las personas menos favorecidas o quienes han atravesado experiencias realmente desgarradoras, no se quejan porque esta actitud no tiene nada que ver con las calamidades sino con la forma de enfrentarlas.
 
Por tanto, la próxima vez que pienses en quejarte, pregúntate:
 
  • ¿Qué inseguridad o insatisfacción oculta esa queja?
  • ¿Tengo motivos válidos para quejarme?
  • ¿Qué aspectos positivos te traerá la queja?
 
Y si aún así decides quejarte, rezo por no estar cerca.
 
Escrito por Jennifer Delgado

Psicología Positiva: Tipos de Felicidad

 
 
Los creadores de la Psicología Positiva comenzaron por realizar una exhaustiva revisión de las grandes obras filosóficas, antropológicas, históricas, religiosas y literarias tanto de Occidente como de Oriente. Entre muchos otros textos, estudiaron el Código Samurai, la Biblia, los escritos de Confucio, de Aristóteles, Epicúreo, Tomás de Aquino, etc. Posteriormente, el análisis de los resultados del cuestionario que elaboraron para delimitar cuáles eran los principales factores asociados a la sensación de felicidad, los lleva a concluir que existirían tres tipos de felicidad o tres caminos para llegar a una felicidad más real o profunda.
 
1.- Vida Placentera (Emociones Positivas): es el nivel más superficial de felicidad y el de más corta duración. Se remonta a los epicúreos y se refiere al bienestar producto del disfrutar de la comida, del sexo, de la bebida o de una buena película, como explica Seligman. Se trata de aprender a gozar de los placeres de la vida y desarrollar métodos para disfrutarlos mejor (compartirlos con los demás, describirlos, recordarlos y usar técnicas de meditación para estar más conscientes de ellos). Pero, el autor critica este tipo de "felicidad", que él identifica con el estilo de vida hollywoodense o con las campañas publicitarias, donde las personas sonríen ante las cámaras, pero luego consumen pastillas para dormir o bajar la angustia.
 
2.- La Buena Vida o (Involucrarse Comprometidamente): nivel intermedio de felicidad que se refiere a lo que Aristóteles llamaba eudaimonia, que ahora se denomina estado de flujo. Se trata de la felicidad que surge cuando disfrutamos haciendo algo en lo que sentimos que somos buenos. Para alcanzarla, es necesario identificar cuales son nuestras habilidades o talentos y encontrar dónde usarlos de una manera comprometida, reconstruyendo la propia vida de forma tal de involucrarse en una actividad que le facilite el ponerlos en práctica frecuentemente. Así se logra no sólo un gozo transitorio, sino la sensación de que el tiempo se ha detenido al estar tan absortos en lo que hacemos. Según Seligman, la Buena Vida no es esa vida pesada de pensar y sentir, sino de sentirse en armonía con la música vital. En sus propias palabras: mi perro lo podría resumir así -corro y persigo ardillas, luego existo.
 
3.- La Vida con Sentido o Significado: estadio superior de felicidad y la más duradera. Se trata de poner las habilidades y virtudes al servicio de alguna causa que se sienta más grande y más allá de uno mismo. Es más que pasarlo bien o estar narcisistamente satisfechos con lo que hacemos bien; se refiere a encontrar aquello que realmente nos motiva en la vida como para desear aportar algo al mundo (una misión, como diría Maslow). Para ello tenemos que identificar nuestras creencias y valores, para después poner nuestras fuerzas al servicio de algo que esté afuera de nosotros mismos. El sentido de vida no se encuentra mirándonos el ombligo, sino que nuestra vida adquiere significado en relación con lo que nos rodea. Cabe aclarar que, aquello que nos produce sentimientos positivos más profundos no es la satisfacción de nuestros deseos ni los logros, sino que lo que nos gratifica es el proceso.
 
Por todo lo anterior, para acercarnos a esta felicidad superior, es necesario que desarrollemos aquellas virtudes que la Psicología Positiva encontró como propias del ser humano en cualquiera época y cultura: templanza, humanidad, sabiduría, justicia, valentía y sentido de trascendencia. Se entiende por felicidad, entonces, el conjunto de estos tres componentes: placer sensorial, actividad satisfactoria y sentido de vida. Aquél ser humano que se ha orientado, paralelamente, tras la búsqueda de estos tres aspectos y que está abierto a gozar la vida de estas tres formas, está más inclinado a sentirse feliz. Aunque Jung nos advertiría que, en la primera mitad de la vida, es muy difícil que se llegue a la Vida con Sentido.
 
En un estudio reciente realizado recientemente se llegó a las siguientes conclusiones:
 
10% del nivel de felicidad sería explicado por circunstancias externas, tales como dinero, salud, estado civil, educación, etc.
50% del nivel de felicidad estaría asociado a componentes genéticos heredados tal como, por ejemplo, el temperamento
40% del nivel de felicidad estaría determinado por la persona misma, por la forma en que mira aquellos que le ha tocado vivir. La felicidad se relaciona más con lo que se piensa de la vida que con las situaciones vitales objetivas

Planificación Estratégica: ¿Has probado a hacer un DAFO personal?



El análisis DAFO, también conocido como matriz o análisis FODA, es una herramienta de estudio de la situación de una empresa o un proyecto. Analiza su situación interna (Fortalezas y Debilidades) y su situación externa (Oportunidades y Amenazas).
 
En inglés se utilizan las siglas SWOT (Strengths, Weaknesses, Opportunities y Threats). Hacer notar que en inglés están agrupados los factores internos (SW) y los factores externos (OT) lo que resulta más sencillo de recordar de cara al análisis que vamos a ver a continuación.
 
La matriz DAFO es una herramienta de que posibilita el pensamiento estratégico, es decir, permite hacernos una composición de lugar previa a la fijación de estrategias. En productividad personal es posible aplicar el DAFO en dos escenarios, ambos ligados con la perspectiva. A saber:
 
a)      Lo podemos aplicar a nuestra propia persona como herramienta de autoconocimiento. Esto nos facilitará labores de los tres niveles superiores como son aclarar nuestra visión, misión y metas.
b)      Lo podemos aplicar a proyectos. Cuando hablo de proyectos me refiero a proyectos complejos, no al simple encadenamiento de acciones que Allen considera proyecto (desde el punto de vista de GTD). Un DAFO al principio de un proyecto puede poner sobre el tapete muchas cosas que acabarán surgiendo a posteriori.
 
Vamos a centrarnos en la primera variante, lo que he llamado “DAFO personal”. A partir de hacer un análisis DAFO personal deberíamos poder contestar a cada una de las siguientes preguntas:
 
  • ¿Cómo puedo aprovechar las oportunidades?
  • ¿Cómo puedo enfrentar las amenazas?
  • ¿Cómo puedo potenciar mis fortalezas?
  • ¿Cómo puedo atenuar mis debilidades?
 
Vamos a llevar a cabo el análisis en cuatro pasos:
 
  1. Análisis de la situación interna.
  2. Análisis de la situación externa.
  3. Elaboración de la matriz DAFO.
  4. Determinación de la estrategia

1. Análisis de la situación interna.

 
Los elementos internos que se deben analizar durante el DAFO corresponden a las fortalezas y debilidades que uno mismo tiene. Se trata de conocer la cantidad y calidad de los recursos de que dispongo.
 
Al igual que en una organización (en el fondo, todos somos la empresa Yo S.A.), vamos a tratar de identificar qué atributos me permiten generar una ventaja competitiva sobre el resto de mis  “competidores”.

F-Fortalezas

Las fortalezas son todos aquellos elementos internos y positivos que diferencian a mi persona. Algunas de las preguntas que se pueden realizar y que contribuyen al análisis son:
 
  • ¿Qué capacidades tengo?
  • ¿Qué aptitudes y actitudes tengo?
  • ¿Qué hago mejor que los demás?
  • ¿Qué creen los demás que hago bien?
  • ¿Qué facilita mis fortalezas?
 
Ejemplo: Puedo ser muy bueno haciendo relaciones, dibujando, hablando ante el público, los demás pueden verme como la persona a la que acudir cuando hay que negociar algo o puede que la adopción de SCRUM favorezca mis conocimientos técnicos y mis habilidades de liderazgo como SCRUM Master.

D-Debilidades

Las debilidades se refieren, por el contrario, a todos aquellos elementos, recursos, habilidades y actitudes que tengo y que constituyen barreras para lograr mis metas. Si bien no tienen un sentido negativo pensando en abstracto sí lo tienen para mí hoy mismo.
 
Las debilidades son problemas internos, que, una vez identificados y desarrollando una adecuada estrategia, pueden y deben eliminarse o minimizarse. Algunas de las preguntas que se pueden realizar y que contribuyen al análisis son:
  • ¿Qué debilidades puedo mejorar?
  • ¿Que debilidades puedo inhibir/sustituir/atenuar?
  • ¿Qué hago mal o peor que los demás?
  • ¿Qué creen los demás que hago mal?
  • ¿Qué potencia que mis debilidades queden al descubierto?
 
Ejemplo: Tengo problemas para participar en las reuniones o me cuesta un mundo hablar en las reuniones de la comunidad de vecinos, soy nefasto diseñando presentaciones o planchando, los demás me ven como un mal jugador de baloncesto o puede que mi elección como representante sindical no potencie en exceso mis nulas habilidades sociales o mi pobre capacidad de negociación.

2. Análiside la situación externa.

O-Opdades

 
Las oportunidades son aquellos factores, positivos, que se generan en el entorno y que, una vez identificados, pueden ser aprovechados. Algunas de las preguntas que se pueden realizar y que contribuyen al análisis son:
  • ¿Qué circunstancias mejoran mi situación?
  • ¿Cómo puedo aprovecharme de estas circunstancias?
  • ¿Son demandados mis conocimientos en mi entorno/organización/mercado?
  • ¿Cómo favorece la situación económica mis aspiraciones?
  • ¿Existen cambios tecnológicos/sociales/políticos/laborales/familiares que pueden beneficiarme?

Ejemplo: Se abre una nueva sucursal de mi empresa en otro país, me han hecho una oferta para formar parte de una empresa o poner capital en un negocio, se ha  puesto de moda ese juego que aprendí en mi año preuniversitario en EEUU siendo un adolescente o me puedo sacar un título que certifique mi experiencia profesional ya que ahora, por fin, hay unos estudios reglados que respaldan esta disciplina.

A-Amenazas

Las amenazas son situaciones negativas, externas a mi persona, que pueden atentar contra ésta, por lo que llegado al caso, puede ser necesario diseñar una estrategia adecuada para poder sortearlas. Algunas de las preguntas que se pueden realizar y que contribuyen al análisis son:
 
  • ¿A qué obstáculos me enfrento?
  • ¿Qué están haciendo mis competidores?
  • ¿Tengo los recursos necesarios?
  • ¿Puede alguna de las amenazas impedir totalmente mi desarrollo?
 
Ejemplo: Tengo que empezar a tener presencia online en mi negocio porque hace tiempo que mis competidores están moviendo ficha, debo empezar a construir una red de contactos, debo ampliar mis conocimientos en diseño web si quiero mantenerme actualizado, la enfermedad de mi padre se está agravando y me exigirá una mayor dedicación o si no apruebo “Computación” en quinta convocatoria todos mis esfuerzos académicos se irán por el sumidero.
 

3. Elaboración de la matriz DAFO.

 
La matriz es simplemente una representación gráfica donde plasmamos de manera resumida las respuestas que hayamos ido dando a las preguntas anteriores. Genéricamente tendríamos algo así:
 
 

4. Determinación de la estrategia.

 
Si cruzamos los datos obtenidos, obtendremos las estrategias a seguir:
 
  • Las Fortalezas y Amenazas detallan los riesgos que me puedo encontrar, por lo que debo buscar en mis fortalezas fórmulas para afrontar las amenazas.
  • Las Fortalezas y Oportunidades muestran la mejor línea de acción, debo usar mi potencial y mis puntos fuertes para mejorar mis oportunidades.
  • Las Debilidades y Oportunidades  muestran los desafíos que me voy a encontrar, debo ver cómo superar mis debilidades para aprovechar las oportunidades.
  • Las Debilidades y Amenazas muestran nuestras limitaciones, lo que me dirá qué pasos debo dar para minimizar mis debilidades frente a las amenazas del entorno.
 
Puede que para determinar la mejor de las estrategias a seguir necesites de alguna otra herramienta o técnica como el brainstorming o lluvia de ideas. Esta es una técnica de creatividad pensada para grupos que aplicarás cuando trabajes en el DAFO de un proyecto pero que también es posible aplicar de manera individual.
 
No olvides que. para el análisis de un problema, sea una amenaza, una debilidad o algo derivado del análisis DAFO, dispones de una herramienta muy útil como es el Diagrama de Ishikawa.
 
Una última cosa. Cuando realices un DAFO personal y definas estrategias, céntrate en poten ciar tus fortalezas antes que en eliminar tus debilidades. Es mucho más apreciada una persona brillante en un aspecto y floja en el resto que una persona estándar en todo. Naturalmente, esto no te da carta blanca con tus debilidades pero, al final, de lo que se trata es de marcar la diferencia y esa diferencia la vas a marcar siempre con tus fortalezas.
 
Robin Sharma lo decía de manera mucho más elegante en uno de sus libros:
 
Utiliza tu energía para ensanchar tus sueños. No aceptes una idea mediocre cuando tienes un potencial infinito dentro de la fortaleza de tu mente. Atrévete a apelar a tu grandeza
 
 Ruben Alzola

Conoce la ecuación matemática que predice la felicidad



Generalmente escuchamos que la clave de la felicidad se encuentra en las cosas pequeñas, o que es un estado fugaz más que algo que se pueda mantener en el tiempo. Sin embargo, el descubrimiento de un grupo de investigadores británicos seguro dejará perplejos a muchos.

Estudiosos de la Universidad del Colegio de Londres afirman que, tomando un grupo de decisiones pasadas de una persona y sus resultados obtenidos es posible predecir qué tan feliz se encontrará el mismo sujeto en un momento determinado.

El estudio que llevó al grupo a esta conclusión comenzó con una ecuación como teoría inicial y la participación de 26 personas, a quienes se hizo un seguimiento, además de resonancias magnéticas cerebrales.

Luego de esta primera etapa, los científicos pusieron a prueba su ecuación para predecir la felicidad con 18 mil personas, a través de una encuesta respondida en una aplicación para smartphones bautizada como The Great Brain Experiment (el gran experimento del cerebro).

Los resultados del experimento llevaron a Roob Rutledge, autor principal del estudio a publicar en la revistas PNAS: "Podemos tomar en cuenta decisiones pasadas y resultados y predecir exactamente qué tan feliz una persona dirá que se siente en cualquier momento". Y explicó a la BBC: "El cerebro está tratando de averiguar qué deberías estar haciendo para obtener satisfacciones, así que todas las decisiones, expectativas y resultados son información que utiliza para asegurarse de que tomes buenas decisiones en el futuro. Todas las expectativas y satisfacciones recientes se combinan para determinar tu actual estado de felicidad".

En esto las expectativas son clave. Por ejemplo, cuando en una situación éstas son superadas, nuestra experiencia es mejor. Pero cuando tenemos buenas expectativas y no nos decepcionamos también "somos felices" porque anticipamos el buen momento, viviéndolo incluso desde antes. El ejemplo más fácil para ilustrarlo es la hora de comer.

Riesgo y recompensa

Para construir el modelo matemático, los investigadores analizaron los resultados de 26 personas que realizaron tareas que implicaban tanto recompensas como pérdidas económicas. Además, cada cierto lapso se les pidió que evaluaran y comunicaran su nivel de felicidad.

Todo esto, apoyado por las resonancias magnéticas, practicadas a cada uno de los participantes.

De esta manera, los científicos observaron que la actividad en dos zonas del cerebro se correspondía con el nivel de felicidad. Estas áreas son el núcleo estriado ventral (fuente fundamental de neuronas de dopamina) y la ínsula, un área conocida por su importancia para las emociones.

Luego, los científicos aplicaron su ecuación a las más de 18 mil personas de distintas partes del mundo, quienes participaron a través de sus teléfonos en la encuesta mencionada con anterioridad.

Aunque el experimento es mucho más simple que los eventos de la vida real, a Rutledge le quedó claro que, tal como en la vida real, es necesario arriesgarse para obtener satisfacciones.

Comparaciones

Otro investigador llamado Andrew Oswald, economista conductual de la Universidad de Warwick, dijo que llama la atención que los patrones cerebrales hayan coincidido con las respuestas de la gente y dijo a la BBC que "el estudio también sugiere que la sensación inmediata de felicidad depende de la distancia entre lo que puedes conseguir y lo que esperas".

A esto, el profesional agregó: "También encaja con una gran cantidad de trabajo estadístico de los economistas que muestra que felicidad y satisfacción laboral está influenciada por el salario relativo de una persona. Si quieres saber qué tan feliz soy, no me preguntes por mi salario. Pregúntame cómo se compara mi salario al de otros profesores o al mío propio en el pasado". Y finalizó: "Es la diferencia, positiva o negativa, la que realmente importa. Somos criaturas de comparaciones y
somos por lo tanto prisioneros de expectativas implícitas".