Cómo superar 10 comportamientos tóxicos que están arruinando tu vida.


Hay comportamientos y pensamientos que únicamente se pueden describir como tóxicos. Son tóxicos para nuestro crecimiento personal y profesional, y son tóxicos para nuestras relaciones con los demás.

Todos hemos actuado de alguna de estas formas en un momento dado de nuestras vidas, aunque muchas personas no han hecho por cambiar o mejorar este tipo de pensamientos que recoge Marc Chernoff, de Marcandangel.com, y en el cual nos vamos a inspirar para realizar este artículo.

Estos serían los 10 comportamientos que pueden arruinar drásticamente tu vida si no haces nada por cambiarlos.

1. Sentir envidia de todos los demás.

Todos hemos tenido envidia de alguien en un momento dado. Yo mismo tengo envidia de algunas personas, por lo competentes que son en lo que hacen y cómo lo hacen. Envidia de que son capaces de hacer algo de una forma sencilla y que a mí me cuesta mucho más trabajo, y envidia de muchos de sus logros, gracias a sus habilidades.

Pero no uso esa envidia para realizar una crítica, sino más bien a modo de admiración para intentar llegar a ser tan bueno como ellos. Es lo que se denomina "envidia sana", y es lo que te ayuda a mejorar, fijándote en cómo lo hacen esas personas.

El problema es que muchas personas usan la envidia a secas, y ese tipo de envidia es un auto-destructor natural. Si vives únicamente fijándote en los demás, sin aprender de ellos, acabas compitiendo contra fantasmas, cuando en realidad, debes competir y compararte con quien fuiste ayer, para así medir el progreso. Es muy positivo sentir admiración por otras personas, pero no hay nada positivo en la constante envidia.

Muchos son los emprendedores que se fijan tanto en la competencia que se olvidan de mejorar su propia empresa. Siempre van detrás de sus competidores porque imitan sus acciones, pero no aprenden las habilidades ni se esfuerzan en ser más creativos.

2. Tomárselo todo muy a pecho.

La gente tóxica piensan que todo lo que ocurre a su alrededor es un ataque directo contra ellos. Como si el mundo conspirara para hacerte la vida más difícil. Pueden considerar una crítica constructiva como un misil lanzado para destrozar su ego.

Y en realidad, incluso cuando las personas hablan de ti, tanto si piensan que eres increíble como si piensan que eres pésimo, es más acerca de ellos mismos que de ti mismo. No es que haya que ignorar todos los comentarios de los demás, pero no puedes vivir tu vida en base a lo que la gente diga de ti.

En otras ocasiones, el hecho de que te despidan de una empresa, no siempre es algo personal. A veces únicamente es un recorte de plantilla y tú eras de los despidos más baratos.

En los negocios, el que un cliente se decida por el producto de la competencia, no significa que sea un hijo de la gran p***. Por regla general es que la competencia le ha sabido vender mejor, le ha hecho una mejor oferta, o sencillamente, nosotros hemos sido más malos a la hora de exponerlo.

3. Actuar siempre como si fueras una víctima.

El sentido de victimización hace que te consideres como una persona que no tiene ningún poder que ejercer sobre su vida ni en la dirección que tomar. Incluso personas que han sufrido un grave accidente, acaban encontrando el valor suficiente como para seguir mirando hacia adelante.

Cuando dejes de quejarte, y te niegues a verte como una víctima indefensa, probablemente encuentres que tienes más poder del que pensabas para cambiarlo todo.

Una víctima suele tener una estrategia defensiva, y para dejar de ser una víctima debe pasar al ataque.

4. Acumular dolor y pérdidas.

Un matrimonio que fracasa, la pérdida de un ser querido.... Duele, pero la vida continúa. A veces hay que liberarse emocionalmente de aquellas cosas que un día significaron mucho para ti, pues de lo contrario, estarías viviendo en el pasado. Y no se puede vivir en el pasado.

Si lo aplicamos a nuestra carrera profesional y los negocios, veremos algún que otro fracaso, y no podemos estar siempre con el dichoso "yo tenía... yo hice...". El pasado hay que dejarlo donde corresponde y debemos centrarnos en el presente para que de esta forma, en el futuro, no nos arrepintamos por este comportamiento tóxico que hoy estamos teniendo.

5. Pensamiento negativo obsesivo.

La mente es muy poderosa. Si eres de esas personas que siempre están hablando sobre las cosas tan terribles que te podrían ocurrir o lo que ya te ha sucedido, los desprecios, los fracasos, las injusticias de la vida, todo eso es lo que atraerás.

Recuerda que tu mente puede ser tu mejor amigo o tu mayor enemigo. Busca siempre lecciones positivas. Las personas que encontraron la ruina financiera y se vinieron abajo, introduciéndose en la espiral auto-destructiva, aún no han salido, mientras que las personas que extrajeron las lecciones de aquella situación, al menos ya están en el camino de la recuperación.

6. La falta de autocontrol emocional.

La incapacidad de controlar tus propias emociones puede llegar a ser muy tóxico para las personas que tienes alrededor, y realmente nocivo para ti mismo. Estas personas pueden estallar en ira y lágrimas sobre un problema insignificante y que consiguen llevarlo a otro nivel de consecuencias mucho más graves.

Por ejemplo, un jefe que grita a un buen empleado por un pequeño error o un padre que pierde la calma con su hija al derramar una botella de coca cola por accidente. A menudo, y según el nivel de falta de autocontrol emocional, suele ser aconsejable el pedir ayuda externa o aprender sobre cómo dominar esos ataques, pues puede ser realmente tóxico tanto a nivel de relaciones personales y familiares, como a nivel de empresa.

7. Crueldad o falta de empatía y compasión.

Tratar a la gente con crueldad es acercarse a la zona de la psicopatía, pues deriva de una falta total de empatía. Cada vez más, podemos observar en el propio internet, cómo la gente puede ser devastadoramente cruel e hiriente con los demás. El motivo es solo que pueden hacerlo. A fin de cuentas, internet es el reflejo concentrado de lo que hay en la vida real.

Detrás de una cuenta de Twitter que se comporta como un gilipollas, por regla general, está gestionada por una persona que en la vida real es un gilipollas.

Es cierto que conforme te vas introduciendo en el mundo de los negocios o vas adquiriendo más responsabilidad en una empresa, sueles comenzar cada vez a pensar más en frío y dejar los sentimientos a un lado, pero siempre hay que tratar a todo el mundo con respeto, por lo que si en algún momento observas que estás comenzando a tener un comportamiento demasiado cruel con las personas de tu alrededor, detente, pues no compensa.

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8. Hacer trampa y engañar simplemente porque es posible.

El engaño es una opción, no un error ni una excusa. Si decides tener éxito en base a atajos inmorales, en base a métodos ilícitos, tarde o temprano te pasará factura. Hay dos cosas que definen a las personas: integridad y honestidad. Si las pierdes dejas de ser una persona honrada. Y a nadie le gusta tratar con personas que no son íntegras y honradas.

Como siempre digo: "asegúrate de poder explicar cómo lograste alcanzar el éxito sin tener que avergonzarte de cómo lo hiciste".

9. Necesidad de validación constante.

Muchas personas se quedan atrapados en esa necesidad de demostrar constantemente su valía una y otra vez, y constantemente necesitan ganarse a todos a su alrededor. Y el éxito no se trata de lo que consigues a los ojos de las masas, sino de lo consigues para ti. En la vida, a diferencia de la escuela, es que ya no tenemos que pasar exámenes. Somos nosotros los que nos evaluamos.

10. Fingir que todo está bien, cuando no lo está.

Y no hablamos de fingir de cara a los demás, pues en ocasiones no es cuestión de que todo el mundo conozca nuestra situación. El problema es que en ocasiones nos engañamos a nosotros mismos para no asumir la realidad de por qué nos levantamos sin fuerzas, por qué me levanto sin ilusión, etc...

Cada cierto tiempo, hay que plantearse si realmente estamos viviendo la vida que queremos vivir. ¿Soy feliz donde vivo y con quien vivo?, ¿me gusta lo que hago profesionalmente?, ¿estoy luchando por mis sueños?, ¿realmente soy feliz?, ¿qué necesito para lograr ser feliz?...

El fingir que algo va bien, puede incluso ser más tóxico cuando hablamos de relaciones sentimentales, pues el convivir con personas que realmente no nos llenan, nos puede perjudicar en el resto de facetas de nuestra vida.

Y en los negocios

Y trasladado a los negocios, en ocasiones vemos cómo un negocio se está hundiendo, perdemos dinero, hace tiempo que llevamos una línea descendente en los ingresos y beneficios, mientras que nuestra deuda asciende, pero no queremos verlo para tratar de no asumir un fracaso, cuando realmente sabemos que ya hemos fracasado esta vez.

Mantente en todo momento realista y consciente, tanto en los negocios como en tu vida personal, y piensa si aún no te has desecho de alguno de estos comportamientos o pensamientos.

Por A.Carlos González

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