Desarrollo personal. Siete pasos del arte de aprender una habilidad nueva.




Durante el invierno de 2007 tuve la suerte de tener uno de esos trabajos aburridos, tediosos y asfixiantes. ¿Suena bien verdad? Al disponer de largas horas semanales de tiempo libre mirando el techo, observando mi ombligo y leyendo el periódico, llegué a la conclusión de que podía dedicar ese tiempo a hacer algo más productivo. Así que decidí empezar un curso de inglés de Vaughan por fascículos que vendían con uno de esos periódicos. (De paso aprovecho para recomendaros sus cursos si estáis interesados en resucitar el inglés que lleváis dentro.) Dedicando los ratos libres de los que disponía, fui sacando el curso hasta terminarlo antes de los seis meses que duré allí.

Esto cambió mi vida. Gracias a este curso mi motivación por el inglés se transformó en una pasión por el idioma, mi gramática mejoró considerablemente y lo mismo ocurrió con mi pronunciación (o eso quiero pensar ). A partir de entonces escuchar en mi ipod grabaciones y leer libros sobre temas que me interesaran, todo en inglés, se convirtió en parte de mi día a día. Pero, ¿has dicho bien? ¿Esto cambió tu vida? ¿No te estás pasando de la raya? No, no me estoy pasando nada.

Si no hubiese dado aquel nuevo impulso al idioma anglosajón, en primer lugar no estaría escribiendo este blog (la mayoría de blogs que yo sigo son en inglés), no habría aprendido estos años lo que ahora sé de nutrición (ídem), no habría cambiado la respuesta a “¿Do you speak English?” de “A little bit” por “YES”, no habría tenido acceso a excelentes e innumerables fuentes de información en inglés que hay en la red. Ni siquiera lo habría tenido tan fácil para empezar a aprender mi reciente nueva habilidad y pasión: ¡tocar el ukelele!!! (¡Y no! ¡No es un juguete!) Y he de deciros que mi inglés está lejos de ser perfecto y que no es algo que domine completamente, pero os puedo asegurar que mi habilidad se multiplicó por un millón.
Éste es sólo un ejemplo de cómo aprender UNA simple habilidad nueva puede tener un impacto mayúsculo en tu vida. Seas quien seas, hagas lo que hagas y tengas la edad que tengas. Puede cambiar tu vida. Sin peros. De hecho, una gran mayoría de las cosas que deseamos y soñamos pasan por aprender habilidades nuevas. Yo, personalmente tengo la firme creencia que los seres humanos somos casi exclusivamente animales de costumbres. ¿Y qué nos diferencia a unos de otros? Precisamente esas costumbres. Las costumbres que decidimos practicar. Estas no sólo pueden transformar aquello que somos capaces de hacer, sino también aquello que somos capaces de ser.

Ya que no sólo se aplica a aprender un idioma, a cocinar o a tocar un instrumento, sino que las posibilidades son prácticamente infinitas. Algunos ejemplos pueden ser: ser más amables, comer mejor, utilizar más el sentido del humor, ser más generosos, sonreír más, tener más vida social, ser más aplicados y entregados en nuestro trabajo, decir que no cuando queremos decir que no, estar más fuertes y flexibles,…. Todo esto no son más que habilidades o costumbres que se pueden practicar, mejorar e instalar más en nuestro día a día.

¿Cómo podemos aprender una habilidad nueva sin fracasar en el intento?

La verdad es que yo nunca he sido muy sofisticado de cara a aprender habilidades nuevas y más bien ha sido mi testarudez y mi capacidad obsesiva las que me han ayudado a desarrollar algunas. Pero con el tiempo he aprendido algunas pautas básicas que te pueden ayudar bastante en esta causa.

Veámoslas una por una.

1. Simplemente empezar.

Impresionante, ¿verdad? Pues normalmente este es el paso que se salta la inmensa mayoría de la gente. Pero como es obvio, sin esto no hay nada. Todo sigue igual. Fin de la historia. Empezar algo nuevo es un imán que atrae muchos miedos: ¿Realmente quiero hacerlo? ¿Sabré? ¿No será muy difícil? ¿No es una idea ridícula? Etc.

Con el tiempo, he aprendido a que cuando tengo una idea recurrente de empezar algo distinto, que se repite día tras día en mi cabeza, simplemente la empiezo. Este acto de empezar es casi mágico. Te enmarca en una realidad completamente nueva. Te da una idea de si te va a gustar esa nueva práctica, esa nueva experiencia.

En los tiempos que corren, y con tanta información a nuestro alcance gracias a internet, puedes empezar prácticamente cualquier cosa sin gastarte un duro. ¿Cuándo hacerlo? ¡Ahora! Aunque claro, esto es sólo el comienzo.

2. Mentalidad de principiante.

O lo que es más práctico, mentalidad de  completo estúpido. Cuanto más aceptes, por lo menos al principio, tu absoluta torpeza e incapacidad, más rápido aprenderás. Aunque parezca contradictorio, créeme, esto funciona así. Si aceptas tus fallos y tus torpezas, que los habrá a miles, no te rendirás por falsas expectativas ni sufrirás innecesariamente. Ser torpe y malo cuando estás empezando es lo NATURAL. Lo contrario es ANTINATURAL.

Y esto no significa que no puedas ser un completo genio en el futuro (si ese es tu objetivo). (No dominar esta pauta siempre ha sido uno de mis grandes lastres. Sufres más. Avanzas más despacio. Y créeme, muchas veces pensamos que vamos de humildes cuando en el fondo creemos que somos unos genios que no nos podemos equivocar. Obsérvalo bien, porque esto se puede cambiarse.)

3. Aprende sólo una cosa nueva por vez.

Espero de verdad que te estés emocionando leyendo este artículo y quieras empezar ya a aprender algo nuevo, pero no tanto que tengas una lista de veinte cosas y te pongas mañana mismo con todas. Coge una. Sólo una. La que más te apetezca y te motive. Y pásate un bueeeeeen tiempo SÓLO CON ESA. Por lo menos hasta que superes la fase inicial y sea un hábito en tu vida. Cuando yo lo he hecho así, éxito. Cuando he cogido varias, mmmm, vaya, de esta pata sigo cojeando a veces.

4. Dedica poco tiempo al principio.

Si ya te has decidido por algo que quieras aprender, estupendo. Búscate un hueco al día. Preferiblemente hacia la misma hora todos los días. Y dedícale muy poco tiempo. 10 minutos, 20, 30, máximo una hora. Cuando se tiene un proyecto nuevo, que te ilusiona, hay una fase inicial que se conoce a veces como período de luna de miel. Es cómo estar al comienzo de un enamoramiento, flotando, disfrutando, viendo todo de color de rosas, mariposas,…

Ya lo sabes, esto no dura siempre. ¿Qué pena verdad? Sí, pero es así. Pasados los primeros días vas a sufrir un bajón, una desmotivación, el rosa va a pasar a gris, o incluso puede que sientas un vacío. No pasa nada. Esto le sucede a todo el mundo. Pero si te has metido un atracón de horas los primeros días, la caída es más grande y es más difícil que no renuncies a esta nueva aventura.

Así que empieza despacito, con pasitos de bebé, poquito a poquito (esto lo agradeceréis los que disponéis de menos tiempo). A medida que avances podrás ir incorporando periodos de tiempo más amplios. Sabrás si realmente disfrutas con lo que haces y si te merece la pena dedicarle ese tiempo. Y no te preocupes, el rosa volverá y también una multitud de colores distintos.

5. Anticipa las bajadas de guardia y aprovéchalas.

Otra cosa que ocurrirá seguro es que habrá días en los que se te hará insufrible hacer lo que tengas entre manos. Y te lo repito: ocurrirá seguro. Falta de concentración, incomodidad, nada fluye, desmotivación,…. Es normal. Somos humanos. Pero lo que puedes hacer para afrontar mejor esos momentos es anticiparlos, esperarlos. Lo primero que te recomendaría es que pases por lo que sientes sin abandonar la actividad. Cuando te esté pasando, reconócelo. “Vale, estoy en uno de esos días.”

Lo siguiente es aceptar la incomodidad que eso produce y seguir trabajando en lo que estés con esa incomodidad. Simplemente hazlo lo mejor que puedas. Hace años, un buen profesor de esgrima que tuve me dijo algo que se me grabó en el cerebelo superior (si existe): “Los días difíciles son aquellos en los que más aprendes.” Y aunque la esgrima nunca fue mi fuerte, este principio lo he aplicado siempre que he podido.

Algo que ayuda es pensar que esa incomodidad no está presente todos los días. Sólo algunos. Y que los días buenos volverán.  Posiblemente al día siguiente. Si se te hace demasiado cuesta arriba, puedes aplicar la siguiente pauta.

6. Descansa.

No hay evolución sin descanso. Esos músculos, mentales o físicos que has estado desarrollando durante varios días seguidos, siguen trabajando y asimilando de un modo más subconsciente mientras descansas. Hazlo. También disfrutarás más de la vida.

7. Visualiza lo que quieras alcanzar.

De vez en cuando, párate a pensar, a recordar por qué empezaste con este aprendizaje. Visualiza lo que sueñas. Y si crees que alcanzarlo PUEDE MEJORAR TU VIDA, sigue con ello.

¡Empieza ahora! Lo antes posible. Ya tendrás tiempo de refinar. Olvídate de la perfección. No existe. Y sobre todo, ¡pásalo bien! Espero que te haya servido este artículo. Gracias por leerlo.

Por Gonzalo Fuentes.

Frase del dia


Despierta tu creatividad. 12 consejos para pensar fuera de la caja.




Oí esta expresión hace ya unos cuantos años y todavía no ha dejado de sorprenderme el gran contenido que encierra la famosa frase: “Thinking outside the box” … Pensar fuera de la caja. ¡Que difícil! Hoy es una tarea complicada.

El corto plazo, los resultados, la crisis… no nos dejan tiempo libre para dar rienda suelta a la creatividad, que en mayor o menor medida, todos llevamos dentro.

Decía Peter Drucker que las organizaciones no pueden permitirse el lujo de privarse de la inteligencia, imaginación e iniciativa del 90% de las personas que trabajan en ella. Pero lamentablemente hay algunas, más de las deseadas, que se privan de ello.

Un buen ejercicio para romper la “rutina del pensamiento” es intentar hacer cosas diferentes, en y fuera del trabajo. ¿Por qué no pruebo a ver situaciones habituales con ojos diferentes? La función directiva solo puede avanzar, en un mundo complejo, veloz y desconcertante, cuando rompe modelos que son una amenaza para la supervivencia de las organizaciones.

Admitir cosas nuevas y diferenciadoras, no significa hacer excentricidades. Simplemente supone perder el miedo al “status quo”, dejar los prejuicios, romper determinadas creencias, abrir la mente… Las organizaciones que intentan ser punteras, con nuevas formas  para estimular el desarrollo de la creatividad, dejan de mirarse al ombligo y salen fuera en busca de aires frescos. No corren al encuentro de “buenas practicas”, sino que ellas las generan. Se ponen en marcha para detectar tendencias.

Hoy es muy interesante y necesaria la figura del “Coolhunter“, esa persona que se patea la calle para ver que hace, dice o piensa la gente. En el metro, en el autobús, en la gran superficie están los protagonistas de una sociedad que demanda productos y servicios nuevos y en consecuencia una forma diferente de hacer negocios.

Y como es de suponer, esta manera de hacer negocios exige un estilo distinto de liderar, donde tenga cabida la libertad, la responsabilidad, la iniciativa, el trabajo colaborativo en red, la eficacia y la eficiencia y, sin duda, la persona como la gran protagonista de una nueva era en donde la “mente humana” está jugando y jugara un papel critico.

Necesitamos un liderazgo desafiante que acabe con los sistemas jerárquicos, de poder y autoridad, para pasar a otro donde el conocimiento, aprendizaje, aportación, innovación y resultados sean los verdaderos artífices de una nueva estructura organizativa. El peligro que se corre con un líder carismático es que acaba convirtiéndose en la realidad dominante para todo el personal, que mantiene toda su atención en lo que el consejero delegado tiene en mente.

Sin embargo, ¿qué necesita la empresa? Necesita personas que se centren en lo que es la realidad para la empresa. No olvidemos que un líder eficaz no es alguien querido o admirado. Es alguien cuyos seguidores hacen las cosas correctas, y estas no siempre se hacen de la misma forma, también se hacen “Thinking outside the box“.

Algunas recomendaciones de cosecha propia para “abrir la caja”:

Asiste a reuniones/seminarios/tertulias de materias que no tengan nada que ver con tu actividad diaria. Amplia tu capacidad de conocimiento. Piensa diferente.

Alterna tu prensa, radio, TV, con otras que frecuentas menos. Verás las cosas con otra perspectiva. La diversidad siempre ayuda a descubrir  otra forma de ver la realidad.

Lleva siempre una libreta para tomar notas imprevistas. No dejes escapar nada.

El móvil, suele tener cámara de fotos. Fotografía algo que te llame la atención e intenta inspirarte en ello para sacar alguna idea “poderosa”.

Cuestiona los principios que “siempre” han sido intocables en tu trabajo/empresa.

Viaja en transportes públicos “con los ojos y oídos” en posición de “on”. Conviértete en un “coolhunter”.

Una vez al mes, como mínimo, haz algo que no hayas hecho nunca. ¡Imaginación!

Pídele a tus hijos pequeños que te den ideas sobre cualquier tema. Son pura lógica.

Anota en un papel algo que hayas hecho por “primera vez” en la ultima semana y analiza para que sirvió. ¿Que no has hecho nada? Inténtalo y veras que se puede.

No te acuestes sin escribir algo, aunque luego lo rompas. Seguro que alguna idea es aprovechable. Las historias y los cuentos dan mucho de si.

Hazte amigo de los que no piensan como tu. Son una fuente de riqueza y de contraste.

Un creativo siempre es un principiante. Trabaja la mente. Cultiva tu interior.

Como ves, son sugerencias muy “caseras” pero que suelen dar resultado. Sin salir de la rutina es prácticamente imposible hacer “organizaciones diferentes”. Te dejo con Lance Brunner, al que conocí el otro día y le pedí que me diera algunas pautas para entender mejor la frase: “Thinking outside the box“.


Fuente: Por Jaime Pereira.

Los Jovenes de la Generación Y



Cada generación ha tenido su 'personalidad y la Generación 'Y' o 'Millennials' no escapa a ello. Hay profundas diferencias en su manera de pensar, distintas actitudes, valores y estilos.

Nacidos entre 1980 y 1999, los nativos digitales están creando una revolución en el mundo laboral. Dinámicos, creativos, contestatarios y rebeldes, los jóvenes están cambiando la forma de hacer negocios.

En general poseen confianza en sí mismos. Valoran su tiempo personal. Reparten ese tiempo entre todas las áreas de su vida, en actividades que le resultan interesantes: estudio, trabajo, deportes, salidas con amigos. Tienen diversos intereses e intentan cubrirlos todos.

Poseen grandes expectativas. No piden permiso se sienten con derecho. No toman el empleo para toda la vida. Poseen una relación "natural" con la tecnología informática: son "nativos digitales". Desean la autonomía. Necesitan la inmediatez. Aceptan la diversidad.

La Generación Y poco a poco, está modificando la realidad empresarial. Con constante acceso a la tecnología, los jóvenes buscan nuevos desafíos que les permitan desarrollar sus capacidades creativas pero que a su vez, les deje tiempo para proyectos personales.

Tienen una prioridad muy clara: finalizar su carrera universitaria. Una vez obtenido el título, viajan. El principal motivo suele ser para perfeccionar el nivel de inglés (muchos pasan entre uno o dos años en otros países para lograrlo) o ganar experiencias "de la vida real" luego de años en el sistema de educación formal. Al regreso de sus viajes, recién comienzan la primera búsqueda laboral.
Para estos jóvenes, una computadora, significa una herramienta de trabajo y  de diversión. Además es un elemento clave a la hora de socializar y generar contactos. Participan activamente en redes sociales como Facebook o Linkedin donde no sólo hacen nuevos amigos, sino que pueden conseguir nuevos empleos. El MSN messenger es donde conversan, acuerdan, se pelean o construyen lazos con amigos  y conocidos durante el día.

Crecieron viendo a sus padres dedicarles la vida entera al trabajo. Llegaban tarde a la casa y dejaban de hacer cosas que les daban placer por trabajar. No quieren ese destino eso para ellos. La nueva generación busca un trabajo que les brinde un buen ingreso, que valoren sus habilidades pero que a su vez, le ofrezca horarios flexibles donde desarrollar actividades de ocio.

En cuanto a lo estrictamente laboral, quieren alcanzar resultados concretos, tangibles y a corto plazo. Necesitan saber porqué y para qué hacen lo que hacen. Si no, fácilmente se sienten desmotivados, pueden sentirse usados, se aburren y buscan nuevos desafíos. Anhelan un buen clima laboral, un ambiente informal y sobre todo buenos jefes. Este es uno de los principales motivos por los cuales tienen tanta rotación por distintas empresas. Ellos se unen a las empresas por dinero pero, se van por los jefes o las  malas condiciones de trabajo (lidiar con clientes quejosos,  o estructuras demasiado verticalistas).
Son rebeldes y contestatarios, pero a su vez son veloces y efectivos en sus tareas. Consideran que el principal beneficio que debe brindarles un trabajo es la capacitación el desarrollo y la posibilidad de relacionarse con gente que admiren. Teniendo en cuenta este detalle fundamental, las empresas están empezando a poner más énfasis en estos puntos.  Los jóvenes buscan aprender de manera práctica antes que teórica; el trabajo debe ser una instancia de aprendizaje práctico, una experiencia enriquecedora, por lo que la presencia de un referente que los guíe y les brinde contención, hará que se sientan valorados y apuesten a quedarse en la Compañía.

Los jóvenes de la Generación Y muchas veces cuentan con apoyo económico familiar, no temen abandonar las organizaciones cuando algo no los convence, por lo cual es fundamental  analizar sus expectativas, que piensan de su rol en la empresa, sus jefes, sus compañeros de trabajo para elaborar buenos planes de acción que retengan, motiven y desarrollen su potencial.

Fueron educados en la época de mayor crecimiento económico de los últimos 100 años de la historia. Acostumbrados a tener todo, opinan sobre los trabajos que quieren y cuánto dinero quieren ganar. Sueñan con puestos importantes y grandes salarios, pero muchos de estos jóvenes Y se olvidan de que es necesario el trabajo duro y empezar desde abajo. Si se aburren o no encuentran desafíos interesantes, son capaces de abandonarlo todo. Conocen sobre el mercado laboral, si su carrera universitaria es de las más solicitadas o si las empresas se pelean ellos. A veces ahorran, y renuncian para recorrer el mundo, convencidos de que cuando vuelvan van a conseguir otro empleo que hasta incluso pueda llegar a ser mejor que lo anterior.

En este punto hay divergencias de opinión entre las áreas de recursos humanos de las empresas. Algunos acceden a recontratar a un joven que dejó el empleo por viajar, porque dicen que valoran la gente que busca nuevas experiencias  y porque la persona era un buen trabajador.  Mientras que otros piensan que las experiencias difíciles son las que mejor enseñan. Por un lado los directivos de recursos humanos creen que no deben recontratar a alguien que dejó el puesto de trabajo con un argumento de viajar a otro país, por considerarlo desagradecido y que valora poco el trabajo. Otros creen que no hay que dar el ejemplo de que la vida es fácil y prefieren no volver a contratar a alguien que renunció por una nimiedad para dar el ejemplo a los demás o porque el concepto hacia esa persona ya no es tan bueno.
Tienen una concepción distinta del trabajo, a diferencia de generaciones anteriores, no trabajan para un futuro incierto, buscan el bienestar ahora. El trabajo, debe dejarles el tiempo necesario para realizar todo aquello que los haga feliz. Mientras que los mayores están acostumbrados a organizar reuniones hasta para discutir cosas insignificantes, ellos prefieren minimizar estos encuentros y salir más temprano. Todo que se pueda resolver de forma digital, así se debe hacer. No le encuentran el sentido a perder horas en una sala de reuniones, cuando pueden resolverlo por mail o por teléfono y terminar más temprano.  Quieren trabajar para pagar gastos y el trabajo no debe obligarlos a renunciar a su tiempo libre.  Son más pragmáticos en cuanto a sus intereses personales. No quieren perder horas de su tiempo viajando a su trabajo o en cursos que consideran innecesarios. Si algo no conviene, si una propuesta laboral interfiere en su libertad, y en su rica vida personal, mejor descartarla.

A la hora de elegir un nuevo empleo priorizan los viajes al exterior, los horarios flexibles y el trabajo desde el hogar. Hoy en día es mucho más importante el tiempo de jornada, los beneficios (sobretodo los de trabajar menos horas, o tener la posibilidad de trabajar desde su casa) que el salario.
Ante el alto índice de rotación del segmento Y  las áreas de recursos humanos tuvieron que desarrollar nuevos programas de retención. Una de las soluciones fue crear un nuevo modelo de liderazgo, comenzaron a hacerlos participar en la toma de decisiones importantes, motivándolos con incentivos a corto plazo, premiando sus fortalezas como la innovación y la iniciativa, la conciliación entre la vida personal y laboral. Buscando soluciones personalizadas y a medida. Por ejemplo, en YPF el programa de jóvenes profesionales duraba 4 años,  pero recientemente la empresa decidió reducirlo a dos años. Con esto lograron un mayor porcentaje de empleados que finalizaba los programas. Al tener objetivos a corto plazo, los nuevos empleados se sentían más motivados y completaban el programa. Los programas de jóvenes profesionales definitivamente deben adaptarse a quienes los conforman  y tener  a la tecnología como el más importante aliado para formar parte de estos programas.

Otro gran obstáculo que encuentran las grandes compañías es que con esta generación no compiten contra otras empresas, sino contra sus ambiciones personales. Son jóvenes emprendedores, que en la mayoría de los casos abren sus propias empresas o se van un año de mochileros a recorrer Europa. En unos años, cuando la Generación Y ocupe posiciones de mando en las empresas,  van a modificar la cultura de las mismas. Ya no va a importar tanto el tiempo de permanencia en la oficina, y otros aspectos tradicionales de las corporaciones sino que lo fundamental será la independencia, el poder de decisión y el cumplimiento de objetivos pre estipulados.
Las relaciones interpersonales de la Generación Y muchas veces son cortoplacistas y pragmáticas.  Las relaciones en lo laboral son medios para un fin y cuando se ha alcanzado ese fin la relación se termina o se modifica. Saben de antemano, que la empresa en la que trabajan no será la última y quizás estén utilizando su experiencia laboral actual como un aprendizaje para crear su propia empresa exitosa en el futuro.

La inmediatez la viven a diario con su participación en comunidades virtuales todas formadas por jóvenes de entre 12 y 30 años,  que consideran que tienen más cosas en común con los participantes de una comunidad virtual que con los habitantes de su propio barrio o ciudad.
Para la generación Y , constructores del auge de Internet y la Era de la Información, el futuro a  largo plazo no es un trabajo de 9 a 5, sino  un espectacular abanico de posibilidades, experiencias, gente por conocer y nuevos mundos por descubrir.


Si se hace una comparación entre el "ayer" y el "hoy" se podría decir:

a) Antes se valoraba la seguridad en un trabajo. Ellos valoran la empleabilidad.

b) Antes se confiaba en las instituciones.  Ellos confían en sí mismo.

c) Antes se tenía respeto por la autoridad formal.  Ellos respetan el profesionalismo, el conocimiento, el liderazgo.

d) Antes se pensaba en "vivir para trabajar". Ellos piensan en  "trabajar para vivir".

e) Antes se pensaba en trabajar para el bienestar futuro. Ellos piensan en el bienestar de hoy.

f) Antes se pensaba en el trabajo como sacrificio. Ellos piensan en el trabajo como disfrute.

Laboralmente,  toman en cuenta temas que estarían incluidos en estos ejes:

- Contexto:  buen ambiente  de trabajo, ambiente informal, relaciones personales descontracturadas . Una empresa comprometida con la comunidad. Jefes comprensivos, líderes a los que puedan admirar profesional y personalmente. Proyectos desafiantes. Que les quede claro que aportan valor, dónde y cómo.
- Oportunidades de desarrollo y crecimiento: relacionado con el  aprendizaje y la experimentación, la necesidad de coaching y el feedback permanente.

- Compensación total . Valoran no  sólo el dinero, sino los beneficios como demostración de valores.

-  Empleabilidad. No son talentos fáciles de retener porque aunque estén conformes con su trabajo, van por más y siguen en la búsqueda permanente. Incluso es bastante habitual que abandonen un muy buen trabajo por tomarse un año sabático para recorrer el mundo y así adquirir experiencia de vida, combinando trabajos esporádicos que le permitan tener un ingreso y seguir viajando.

Si sus valores personales no matchean con los de la empresa no existirá permanencia.

Es fundamental  lograr conectarse con ellos. Para eso hay que conocer sus valores, respetarlos, generar  una relación de confianza.  Esto es importante entenderlo porque es la generación que conducirá los destinos de las empresas en el corto plazo.
Entiendo que uno de los desafíos que tendrá esta generación es precisamente la conducción exitosa de las empresas con sus propias reglas. Tendrán que demostrar que dan resultado y en un mundo cada vez más competitivo y globalizado. El segundo desafío será  a su vez comprender a la generación Z.


Diez actitudes que le impiden expresar sus sentimientos.



Muchas veces, en tu interior, piensas algo, sientes algo, pero te resulta difícil expresarlo. No te preocupes, nos ocurre a todos. El doctor David Burns, en su libro Sentirse Bien, detalla las 10 Actitudes que le Impiden Expresar sus Sentimientos.

Creo que encontrarás, en alguno de ellos, solución a tus problemas de comunicación, e incluso, puede que aprendas a conocer mejor a los demás, reconociendo los motivos por los que otras personas, tampoco pueden expresar lo que sienten. Allá vamos..

1. Fobia a los conflictos.

Cuando evitamos a toda costa expresar nuestro parecer, nuestra opinión, nuestro sentir, en algunas ocasiones, se debe a un temor interno a los conflictos. Bien porque al entrar en una discusión nos sentimos "abrumados", en peligro de "desbordamiento emocional" o bien porque creemos que las personas a quienes queremos, se sentirán mal o no podrán soportar oir lo que sentimos o pensamos realmente.

A este comportamiento, nada positivo para las relaciones personales, el doctor Burns lo denomina "fenómeno del avestruz", ya que se tiende a enterrar la cabeza en lugar de afrontar la responsabilidad de comunicar de manera asertiva lo que sentimos, en lugar de afrontar los problemas de relación.

2. Perfeccionismo Emocional.

A menudo, creemos que no deberíamos tener rabia, celos, ansiedad, depresión u otros sentimientos que si los mostráramos, nos harían quedar como débiles, vulnerables o incapaces de gestionar correctamente nuestras emociones. Ocultamos expresar lo que verdaderamente sentimos, porque tenemos la creencia irracional que nos dice que "deberíamos tener nuestras emociones bajo control, deberíamos ser racionales siempre". No hay nada de malo en tener estos sentimientos, por el contrario, ocultarlos, producen un efecto mucho más negativo a largo plazo.

3. Miedo a la desaprobación y al rechazo.

Ante la mínima posibilidad de ser rechazado o desaprobado por la otra persona, algunos prefieren tragarse sus sentimientos, hacer lo que realmente no desean, antes que correr el riesgo de que esa persona se enfade. Si sentimos que expresar nuestra opinión o nuestros deseos puede alejarnos de los demás, puede hacer que esa persona nos abandone, sentimos un miedo irracional que nos impide decir lo que realmente sentimos. Puedes leer sobre este tema en una serie de 7 artículos.

4. Agresividad Pasiva.

El silencio como arma para culpar al otro por lo que sentimos, es una herramienta muy negativa. Negarnos a hablar de lo que sentimos, esperando que la otra persona tenga poderes sobrenaturales y pueda "adivinar" exactamente lo que pensamos o sentimos es una creencia irracional muy arraigada en la mayoría de las personas.

¿Sueles ponerte "de morros" y cuando te preguntan qué te ocurre responder. Nada!? Pues ese comportamiento se denomina agresividad pasiva, e impide la buena comunicación con los demás. Compartir tus sentimientos es mucho más sano que pretender que los demás acierten con sus "adivinaciones".

5. Desesperanza.

Tirar la toalla, darse por vencido ante la imposibilidad (supuesta) de que la otra persona comprenda lo que queremos decirle. Es probable que sienta que ya ha hecho "todo" lo que podía hacer para comunicarse y piense que su relación no puede mejorar, haga lo que haga. Quizás piense que su pareja es demasiado cerrada para comprender, o para cambiar.

Este pensamiento irracional, funciona como una profecía autocumplida. Al dejar de intentar comunicar sus sentimientos, la relación entra en un punto muerto, y se termina cumpliendo lo que pensaba, por no hablar, por no expresarse. Siempre se puede hablar, incluso aunque a priori pensemos que nuestra pareja no estará dispuesta a cambiar, si le decimos lo importante que es para nosotros que nos comprenda.

6. Autoestima baja.

Otras veces, nos sentimos incapaces de expresar nuestros sentimientos, porque creemos que no tenemos derecho a pedir algo a la otra persona o decir lo que sentimos. Nos hemos convencido que tenemos que estar a la altura de sus expectativas y no defraudar a los demás.

7. Espontaneidad.

Algunas personas creen que decir lo que piensan y sienten cuando están preocupados, ha de hacerse sin "anestesia", siendo sinceros. Pero ser sincero no significa que podamos herir al otro, sin siquiera pensar lo que vamos a decir. Muchas personas están convencidas que hay que ser "auténticos" y creen que cualquier cambio en su estilo relacional sonará falso o ridículo. Te dejo un artículo sobre este tema.

8. Presagio.

Creer que los demás son adivinos, que están obligados a saber cómo nos sentimos y qué deseamos sin tenerlo que expresar directamente. Cuando nos plantamos en esta actitud, encontramos la excusa perfecta para no decir lo que sentimos, ("Debería saberlo!!!")

Luego de asumir que los demás deberían darse cuenta de lo que nos ocurre, solo nos queda rencor, porque el otro no es o no actúa como nosotros queremos que actúe.... sin decírselo, claro! Al no hablar, le negamos al otro la oportunidad de poner de su parte para mejorar la relación.

9. Martirio.

Le cuesta admitir que algo le ha molestado, para no darle al otro la satisfacción de saber que le ha hecho rabiar. Cree que es bueno estar orgulloso de no dar el brazo a torcer, de no expresar sus sentimientos, de ocultar las emociones negativas y sufrir en silencio.

10. Necesidad de Resolver Problemas.

En lugar de buscar comprender a la otra persona, se enfrasca en una espiral interminable en busca de la resolución del conflicto, pretendiendo que no haya ningún problema, pero sin prestar atención a los verdaderos sentimientos del otro y sin expresar los propios sentimientos.

Estas 10 conductas, pueden modificarse.

No son algo imposible de mejorar. Se puede aprender a ser Asertivos, a expresar lo que necesitamos, lo que sentimos, se aprende a mejorar la comunicación con los demás, con la pareja, y una vez que aprendemos a decir lo que sentimos, nos quitamos de encima un enorme peso, en forma de rencor, rabia, injusticia, insatisfacción, desolación, agresividad.

Tu comunicación, es tu responsabilidad. No dejes en mano de los demás comprender lo que sientes, si eludes la responsabilidad de comunicarlo. Nadie tiene la obligación de ser adivino, de conocer tu mente a la perfección, de saber exactamente lo que te molesta o lo que te gusta en cada momento del día. ¿Acaso tú estás seguro de ser la persona perfecta que los demás esperan que seas?

Avanzar en la comunicación personal es una tarea que se puede emprender hoy mismo, en pequeños pasos, para ir aprendiendo a comunicar nuestros sentimientos, sin caer en el victimismo, ni en el error de culpar al otro por aquello que nosotros no somos capaces de comunicar.

Si luego de leer todo esto, sigues pensando que es culpa de los demás el que "no te comprenden", te recomiendo que vuelvas a leerlo y encuentras la manera de expresar tus sentimientos, necesidades y pensamientos, porque se puede.

martes, 7 de mayo de 2013
Viki Morandeira
Tu Coach Personal

La escuela y el desarrollo del Talento Creativo.



Se examina la importancia del desarrollo del pensamiento creador a través de los resultados obtenidos en numerosos estudios e investigaciones realizados por la autora. Se ataca el concepto que la creatividad es una especie de “don” que está presente en individuos privilegiados o que depende sólo de características del propio individuo. En cambio se destaca la importancia del papel de la educación y de la sociedad en el reconocimiento y desarrollo de la capacidad creadora.

La estimulación temprana para desarrollar durante la infancia condiciones que resalten lo que cada niño tiene de mejor, identificando talentos, despertando intereses, reconociendo potenciales y cultivando rasgos positivos de personalidad son primordiales para el crecimiento psicológico. Se enfatiza la importancia del papel que desempeñan el docente, la escuela y el entorno familiar y social. El trabajo sugiere alternativas concretas para encarar acciones efectivas y presenta resultados de experiencias obtenidas en actividades de capacitación para educadores.

Una parte significativa de los años más preciosos de la vida de una persona se desarrollan en la escuela y en función de ésta. Los niños llegan a la escuela cada vez más temprano, predominando la expectativa que —desde el inicio— ahí encontrará como son las condiciones adecuadas para su pleno desarrollo y el espacio para el reconocimiento y expresión de sus potencialidades y talentos.

Existe consenso entre los expertos que se han referido al talento, que la creatividad es un recurso precioso del que dispone el hombre y el cual requiere ser cultivado, particularmente en el momento actual de la historia cuando el cambio y la incertidumbre parecen formar parte de investigaciones que en torno a la creatividad hemos venido desarrollando durante más de veinte años, surgen un conjunto de datos que apuntan para dos vertientes claramente diferenciadas. La primera se refiere al enorme desperdicio del potencial creativo humano como consecuencia de varios factores. De ellos debemos hacer referencia al contexto de la enseñanza predominante en la gran mayoría de las escuelas de muchos países, el cual tiende a reducir la creatividad del alumno por debajo del nivel de sus reales posibilidades.

Es común que —por razones diversas y complejas— la educación adopte características de castradora, opresora, excesivamente volcada hacia el pasado, con un énfasis exagerado en la reproducción y memorización del conocimiento, que no se proyectó aún en el futuro, que poco ha hecho en el sentido de preparar al alumno para solucionar creativamente problemas y para enfrentar los desafíos que acompañan una era marcada por rápidas transformaciones, incertidumbres y turbulencias.

Es una educación que estimula el miedo de equivocarse y de fracasar, que refuerza el miedo al ridículo y a la crítica, que ve en la fantasía una pérdida de tiempo, que cultiva una actitud negativa en relación con el comportamiento de arriesgar y de crear, y que deja de lado el extraordinario recurso de nuestra imaginación. Más aún, es una educación que tiende a resaltar, antes que nada, la ignorancia, la incompetencia, la incapacidad del alumno, dejando de lado lo mejor que cada niño, cada adolescente, cada adulto tienen de sí.
Predomina una visión pesimista de los recursos casi ilimitados de nuestra mente, de nuestra capacidad de crear, de nuestra capacidad de proponer nuevas ideas y de vislumbrar nuevas posibilidades y opciones delante de los problemas y desafíos. Entre los numerosos autores que se han referido a las limitaciones de la escuela en el proceso del desarrollo del potencial del hombre, sobresale Holt (1968), que apuntó: “La mayor parte de los niños fracasan en la escuela porque no desarrollan más que una parcela ínfima de su tremenda capacidad para aprender, comprender y crear, con la que nacieron y de la que hicieron pleno uso en sus dos ó tres primeros años de vida”.

También Isaac Asimov (1989), quien se destacó por una producción extraordinaria (escribió más de 400 libros, además de haber sido profesor de Bioquímica en la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, en los EE.UU.), presenta una analogía interesante entre la creatividad y el dominio de la lectura y escritura, para expresar esta concepción errónea y limitada, que predomina aún en este final de milenio sobre la capacidad del hombre para hacer uso de su potencial creador. Destaca Asimov que, hace algunos siglos, la escritura y la lectura eran privilegio de unos pocos, imperando la creencia de que leer y escribir eximplejas y de un nivel tan elevado, que solamente algunos pocos cerebros afortunados pondrían adquirir tales competencias. De forma similar, continúa Asimov, en la actualidad pocos hacen pleno uso de su potencial creativo, preponderando la creencia de que la creatividad es una prerrogativa de algunos pocos privilegiados, que nacieron con el don de la creatividad.

La segunda vertiente, obtenida de nuestros datos, es que existe la posibilidad de cambiar ese panorama y hay varios caminos posibles para esto. Nuestras investigaciones —especialmente en el área de programas de desarrollo de la creatividad— llaman la atención sobre cambios factibles de realizarse, por ejemplo, en la actitud de los maestros en clase luego de haber participado en un programa de creatividad que tiene como uno de sus objetivos fundamentales el “despertar” al participante sobre su potencial creador, sea el maestro, el alumno o el profesional de un área cualquiera, concientizándolo de sus habilidades creadoras, habilidades éstas que muchos de ellos ignoran y que hasta niegan.

Otros objetivos de este programa se refieren al desarrollo de una actitud creativa y la presentación de recursos para el aprovechamiento de las potencialidades creadoras, incluyendo el dominio de técnicas de resolución creativa de problemas y de toma de conciencia de los propios bloqueos emocionales, que actúan como factores inhibidores.
Algunos de nuestros estudios llaman también la atención sobre el papel del maestro, su influencia y poder, tanto como elemento facilitador del desarrollo y de la expresión de la creatividad, como elemento bloqueador de las posibilidades de crecimiento del alumno. Como es de conocimiento general, el maestro puede por un lado despertar el interés del alumno sobre un asunto o área de conocimiento, y por otro lado llevarlo a odiar una determinada materia. Puede concientizar el alumno de sus talentos y posibilidades, o minar su confianza sobre su propia capacidad y competencia. Puede contribuir tanto para la formación de un autoconcepto positivo, como por el contrario, para la formación de una imagen negativa de si mismo, llevando al alumno a cerrarse sobre los recursos de su imaginación y capacidad de crear.
Nuestros estudios tienen varias alternativas para aprovechar mejor el potencial creativo y para identificar varias dimensiones del comportamiento humano, como el afecto y lo lúdico, ambas de vital importancia y que deben de ser tomados en cuenta con más cariño por todos los que estamos comprometidos en un proyecto mayor de educación, que soñamos y que luchamos por un futuro más promisorio para nuestros niños y nuestra juventud.

Es nuestro propósito en este trabajo, compartir algunos datos obtenidos en investigaciones vinculadas con la creatividad, empezando con un estudio que indagó, entre otros aspectos, la percepción del alumno en relación a su propio nivel de creatividad con el nivel de sus colegas y de sus maestros. Es relevante destacar que uno de los motivos que nos llevó a interesarnos por este aspecto fue el gran número de investigaciones psicológicas que sistemáticamente han destacado que uno de los determinantes más poderoso del comportamiento humano es la percepción que la persona tiene de sí.

Se sabe que si la persona se percibe como competente e indudablemente capaz, esto se reflejará en su actitud. La persona seguramente experimentará más, correrá más riesgos, tendrá más seguridad en expresarse y en explorar nuevas posibilidades. Por otro lado, en el caso de percibirse como incompetente, como incapaz, como poco creativa, eso también afectará su comportamiento, orientando sus pensamientos y acciones en el sentido de confiro, el hombre siempre busca una congruencia entre la percepción de sí mismo y su manera de actuar. De igual manera otro indicador que influyó en interesarnos por esta cuestión, se vincula con las afirmaciones que escuchamos frecuentemente por parte de niños, jóvenes y adultos, indicando que tienen una visión bastante limitada de sus propias competencias, aptitudes y habilidades, como ejemplo: todo lo que hago está equivocado; yo no consigo aprender; ya nací así, de este modo y de nada me sirve seguir intentándolo; yo sé que no soy capaz; no soy nada creativo ni emprendedor.

De hecho, hemos podido constatar en una investigación (Alencar, 1993b) con estudiantes del nivel secundario (N=61), de escuelas oficiales y particulares, con edades en torno de 16-19 años, que gran parte de los alumnos se consideraban a sí mismos como poco o muy poco creativos, y era muy reducida la muestra de los que se percibían como bastante o muy creativos. Nos llamó la atención el hecho de que aún alumnos que habían presentado un desempeño elevado en pruebas de pensamiento creativo se autoevaluaban como siendo poco creativos.
En lo que se refiere a la evaluación hecha por estos alumnos sobre el nivel de creatividad de sus maestros, se observó que fueron considerados como aún menos creativos que ellos mismos y sus compañeros de clase. Esto sucedió particularmente entre alumnos de escuelas privadas y menos entre estudiantes de escuelas oficiales, aunque también estos percibieran a sus profesores como menos creativos que ellos mismos. Observamos también en este estudio por los datos recogidos en entrevistas, que los alumnos siempre mencionaban sobre el poco espacio destinado por la escuela para el desarrollo de las habilidades de pensar de forma creadora, como podemos constatar en las siguientes respuestas obtenidas a la pregunta: “En su opinión, el programa de la escuela secundaria ¿favorece el desarrollo y la expresión de las habilidades creativas de los alumnos?”, lo que se obtuvo fue lo siguiente:
No. Muy poco. En verdad de hecho, lo que el alumno debe hacer es aprender a usar la memoria; No, las cosas están estipuladas y el profesor se atiene mucho al libro; No. Creo que la enseñanza debería de cambiar completamente; No. No favorece porque en la escuela no hay libertad, ni para hablar con la asociación de alumnos, ni con la dirección. No tenemos libertad.

En nuestros programas con niños y adolescentes de escuelas primarias y secundarias, hemos observado que para muchos alumnos la escuela es un sitio que provoca rechazo y molestia. Al respecto se han recogido datos ilustrativos a través de ejercicios de metáforas, donde después de pasar por varios ejercicios de pensamiento creativo, solicitamos a los alumnos el completar la frase “Mi escuela es...”, algunas de las respuestas obtenidas son las siguientes:
Una prisión disfrazada; Una prisión durante medio período; Una cárcel de donde se puede escapar; Un precipicio; Un purgatorio; El poder legislativo totalmente desorganizado [en Brasil, la imagen del poder legislativo es negativa actualmente, especialmente debido a la corrupción]; El sitio más molesto que existe; Un libro que estás obligado a leer aunque no te guste; Un jardín sin flores; Una caja de sorpresas. Algunas agradables y la mayor parte desagradables; Un paraíso; El hogar que me gustaría tener; Mi segundo hogar. Aquí me siento segura de todo lo que sucede allá fuera.

Como puede observarse, la mayor parte de ellas tiene una connotación negativa, aún cuando otras presenten un connotación positiva y otras destaquen tanto aspecto positivos como negativos.
En otro estudio realizado (Alencar 1984), investigamos características psicosociales de alumnos, en dos grupos, uno más y otro menos creativo. En este estudio, estábamos interesados en investigar los rasgos de personalidad que caracterizaban las dos poblaciones, los atributos más deseados por estos alumnos, así como los intereses, aspiraciones y actitudes en la sala de clase de estos individuos. En uno de los instrumentos utilizados, solicitábamos a los alumnos el seleccionar los rasgos personales preferidos para si mismos, es decir aquellos rasgos que les gustarían que estuviesen presentes en sus compañeros, así como los atributos que más les gustaría a sus profesores que los alumnos presentasen, a partir de una relación de diez alumnos hipotéticos, que incluían el más inteligente, el más popular, el más honesto, el de mejor sentido del humor y el más creativo (este último fue descrito como el alumno que se destaca por sus ideas originales y habilidad de inventar nuevas maneras de hacer las cosas).

Los datos obtenidos indicaron que la creatividad no era una característica deseada por estos dos grupos de alumnos que preferían ser inteligentes, populares, y honestos. Se observó además que la población más creativa, prefería compañeros que fuesen creativos, aunque no desease esta característica para si misma. De acuerdo con las respuestas obtenidas de todos los niños, el alumno creativo era también uno de los menos deseados por sus maestros, que también preferían alumnos inteligentes, populares y honestos.
Uno de los datos más sobresalientes en este estudio, fue el elevado número de alumnos más creativos que se destacaron por su autoconfianza. Estamos llamando la atención sobre este aspecto, en razón que éste es un atributo de la personalidad muy importante y que debe ser cultivado y que ha sido sistemáticamente observado en sus estudios con personas que se destacan por su producción creadora. La autoconfianza —que incluye una actitud de optimismo aliada al coraje para enfrentar riesgos— es una condición que favorece un mejor aprovechamiento del potencial para crear. Consideramos este y otros atributos como el entusiasmo, la persistencia, el compromiso, la independencia, la intuición, la sensibilidad, la espontaneidad, como muy importantes de ser cultivados y deberían recibir mayor atención por parte de los agentes socializadores.

El énfasis exagerado en la reproducción del conocimiento fue un aspecto que observamos en otra investigación (Alencar 1989), en la que examinamos cuarenta libros de ciencias que eran utilizados en escuelas primarias brasileñas. En un análisis de todos los artículos y ejercicios de estos libros (alrededor de veinte mil), constatamos que más del 90% de ellos exigían la reproducción de la información y menos del 1% llevaban al alumno a procurar nuevas informaciones fuera del texto, o al hacer uso de su experiencia y observación. Constatamos además la carencia de ejercicios que exigían del alumno la producción de diversas respuestas para una cuestión y la utilización de procesos de nivel superior (como los de síntesis y evaluación).
Por otro lado hemos estudiado los obstáculos a la expresión de la creatividad. Inspirados en el trabajo de Edwards Necka (1992), en muchos de nuestros programas, encuentros y cursos de creatividad, hemos solicitado a los diferentes participantes el reflexionar sobre las barreras a su expresión creativa, completando la frase “Yo sería más creativo/a si...”. El análisis de las respuestas obtenidas a esta pregunta indicó un número muy amplio tanto de elementos de carácter social como de carácter emocional.
Somos concientes que la creatividad deberá aflorar, cuando exista un mayor equilibrio entre lo cognitivo y lo afectivo, en un ambiente que se permita ejercitar lo lúdico y fomentar el placer de crecer, crear, soñar y autorealizarse. Los trabajos que hemos realizado en distintas oportunidades, sugieren la necesidad imperiosa de hacer cambios en la enseñanza en el sentido de incluir también, dentro de sus objetivos, el desarrollo del potencial creador de cada alumno y el dominio efectivo de estrategias y métodos para pensar de manera creativa e innovadora. Esto es especialmente importante para los países de América Latina y el Caribe en este final del milenio donde las características del mundo moderno, marcado por la complejidad, por el progreso, por el cambio, por la incertidumbre, hacen más necesario que nunca el saber: Pensar, razonar, preguntar y crear.

Para que la escuela promueva de manera adecuada la creatividad es necesario asumir que es indispensable invertir en la formación docente. Como destacáramos, el docente es un elemento fundamental en todo el proceso de enseñanza: Es el que concibe el proceso educativo, es principal responsable del clima psicológico que predomina en el aula; a él le compete utilizar las técnicas y estrategias que posibiliten al alumno el tomar conciencia del poder de su imaginación y de los recursos creativos de su mente. También a él le compete fortalecer los rasgos de personalidad como la autoconfianza, persistencia, iniciativa, independencia de pensamiento y de acción, curiosidad, elementos todos que caracterizan a la persona creativa.

Por Eunice M. L. Soriano

Ideas simples


¿Educar en Creatividad?


Entrevista a Ricardo Santillán Güemes - Realizada por Fernando De Sá So

Desde hace seis o siete años viene dictando la materia “Metodología y Teoría de la Investigación Creativa” en los dos primeros años de la Tecnicatura en Gestión de Políticas Culturales (Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires). Sobre esta experiencia se fue construyendo este diálogo:

Parafraseando tu libro ¿Se puede hablar de Educar en Creatividad?
Como tú bien sabes en nuestro libro creamos un neologismo que es “culturar” y decimos que desde que el humano es humano, animal simbólico diría Ernst Cassirer, es imposible no “culturar”. Hagamos lo que hagamos accionamos en el seno de un determinado paradigma y contexto cultural que, por supuesto, tiende a condicionarnos al pautarnos las buenas formas de hacer, decir, pensar, valorar y sentir.
En este sentido es evidente que toda acción educativa (formal, no formal, informal) es una construcción socio- histórica y, por lo tanto, en un sentido amplio: cultural. O, dicho de otra manera, la educación es siempre emergente de una cultura entendida ésta como una forma integral de vida que es creada histórica y socialmente por una comunidad a partir de su particular manera de resolver física, emocional y mentalmente las relaciones que mantiene con la naturaleza, consigo misma, con otras comunidades y con lo que ella considera “trascendente”, para dar continuidad y plenitud de sentido a la totalidad de la existencia.
De alguna manera lo que trato de decir es que todo sistema sociocultural y educativo tiende a ser conservador lo que, obviamente, da seguridad existencial a sus miembros. De allí que, por lo general, los modelos culturales tiendan a ser cerrados y, por ende, a cerrarnos. A valorizar y reproducir determinadas pautas y no otras.
Justamente en un espacio cultural como el contemporáneo que se caracteriza, más acá o más allá de la tan mentada globalización, por ser heterogéneo, complejo y cambiante el gran desafío es desarrollar no sólo en el campo que nos atañe, la gestión cultural, nuevas estrategias que faciliten la apertura creativa de esos modelos.
En este sentido creo que, en principio, hablar de Educar en Creatividad, suena a ambicioso pero sí estoy persuadido de que el sistema educativo, por lo menos en la Argentina, debería ir incorporando metodologías más creativas en toda la curricula y, de esa manera, promover la personalidad creadora de los educandos.
Acciones que tiendan a desarrollar, junto con la conciencia crítica, aquellos aspectos que aún hoy son bastante negados en Occidente como ser lo afectivo, la imaginación, lo sensorial y sensible, lo artístico.
Todo esto en función de apuntalar la integralidad de lo humano lo que biológicamente hablando se sintetizaría en la complementación funcional de los hemisferios cerebrales. Si me permites una licencia el objetivo sería formar “Caballeros y Damas del Cuerpo Calloso”.
Dicho de otra manera: ¿se enseña a crear? ¿se ayuda a crear? o ¿se enseña a aprender a crear?
Me inclino más que nada por última opción lo que significaría enseñar a crear las mejores condiciones para que emerja la creatividad en el ámbito que sea. Esto implica no ser “verticalista” en el sentido de decir “así se crea” y, en consecuencia, “así no se crea”.

La enseñanza en este campo tiene más que ver, diría Rodolfo Kusch, con un crecimiento “vegetal”. Con regar las semillas de creatividad que, no me cabe duda, todos tenemos.
Eso justamente y según el citado filósofo y antropólogo, significa “desarrollo”: el despliegue de potencialidades que ya están y que, en el campo de lo cultural, mucho tiene que ver con la construcción de identidades plenas o, dicho de otra manera, de personas integradas en el seno de comunidades también integradas. Y, además, con la construcción mancomunada de formas de vidas más dignas, justas y creativas en el seno de comunidades plenas de sentido.

¿Cómo se diseña ese trabajo en un tiempo que abarca dos años académicos?. Y, en todo caso ¿cómo se adapta esto al ritmo de cada cual?

Partimos de la base de que la finalidad de todo proceso educativo es la formación humana integral. Por lo tanto, a mi entender, la formación de gestores culturales también debe ser “total” y, por ende, incluir la expansión desde lo físico, lo emocional y lo mental. Y nada mejor para lograr este objetivo multidimensional que la aplicación de las técnicas que se utilizan en el campo de la creatividad.
El primer año académico se centra más en la persona y en la exploración, reconocimiento y despliegue de su propio potencial creativo. Además de entrenarse en la práctica de ejercicios propios de la “tradición” creativa ponemos el énfasis en explorar, inspirados en Eduardo Pavlosky, las matrices de la creatividad que, según dicho autor, se hallan en el juego y, más que nada, en el cómo jugamos en nuestra infancia y cómo lo seguimos haciendo (o no) en el presente.
Para ello hemos diseñado un trabajo práctico al que denominamos “La autobiogragía lúdica” y que se va trabajando y desplegando en diferentes etapas. Por un lado los alumnos deben dar cuenta de cómo, a qué, dónde, cuándo y con quién/es solían jugar. Por otro lado esa información se transmite al grupo a través de distintos formatos lo que posibilita el poner en práctica distintos tipos de técnicas y juegos dramáticos. Una última etapa se centra en el hecho de reflexionar sobre la relación entre jugar y gestionar. Obviamente acá aparece claramente el cómo, al jugar, se deben articular múltiples elementos culturales tanto materiales, como de organización, cognitivos, simbólicos y emocionales que son claves a la hora de gestionar o plantearse un proyecto.
El otro ejercicio relevante en el primer año académico es una variación de lo que algunos llaman “Paseo al Futuro”. Se trata de la creación por escrito pero incluyendo distintos formatos y géneros de una “Biografía apócrifa de un gestor cultural en su madurez creativa en el año 2030”. Para concretarlo deben poner en juego muchos saberes propios y otros adquiridos en la carrera.
En este ejercicio deben conectarse y explorar creativamente en función del personaje y el contexto imaginado los seis componentes básicos de la creatividad: la persona creativa, el clima, el proceso, el o los productos (tangibles o intangibles), el campo (posicionamientos y fuerzas culturales en juego) y lo que Mihaly Csikszentmihalyi denomina el ámbito y que, mi entender, implica tener en cuenta la problemática del poder en un campo tan sensible como es el de la gestión cultural.

Durante el segundo año académico el énfasis se pone, por un lado, en la creatividad social y en el relevamiento concreto de experiencias de ese tipo desarrolladas más que nada por los sectores de menos recursos económicos y por el llamado Tercer Sector en general. Por otro lado propongo un trabajo de confrontación, en el sentido grotowskiano, de su propio modelo creativo de gestión con el de una persona que ellos consideren como un gestor/a cultural creativo/a. Esto se mediatiza con la realización de entrevistas que luego son procesadas a través de distintas técnicas. Por último deben diseñar un “proyecto ideal de gestión” que sea factible de ser llevado a la práctica.
En grandes líneas estos son los principales ejes del trabajo los que se complementan de manera constante con el entrenamiento en diferentes técnicas pertenecientes a distintas escuelas y que apuntan más que nada a ampliar el dominio relacional del gestor cultural a través de la constante exploración y experimentación; a promover el descubrimiento y a no tener miedo a la innovación; a la ruptura y la actualización de nuestros modelos. Por supuesto que para nada dejamos de lado las implicancias ético sociales de la tarea del gestor y la problemática de los valores que se ponen en juego en todo proceso de gestión cultural.

Si tuvieras que acreditar el resultado más importante que se lleva el estudiante ¿como lo definirías?

En un nivel general en el hecho de haber aportado un pequeño granito de arena en pos de lo que Abraham Maslow denomina "autorrealización, salud, sinergia social y plena humanidad". En lo específico y en función de lo dicho al principio en haber colaborado en la apertura del modelo cultural que trae el alumno que, luego del tránsito por los dos años, se vuelve más flexible y predispuesto a operar integralmente desde lo físico, lo emocional y mental.
Otro aspecto nada despreciable es el intercambio y el afianzamiento de lo grupal. El hecho de compartir e incluso de reflexionar críticamente pero sin desdeñar el humor y el clima festivo (fuente de creatividad). Y, además, el despliegue de virtudes, algunas “desconocidas” por el propio sujeto, que redundan en el desarrollo de la excelencia profesional

Y a la inversa, ¿cuál es la dificultad pedagógica más importante que has encontrado a lo largo de estos seis o siete años de experiencia como docente en creatividad?

Más que nada el bloqueo que, por lo general, tienen aquellos que no están dispuestos a jugar. Por lo general coincide esta característica con el hecho de que suelen ser personas muy instalados en el pensar, en este caso crítico pero unilateral y que por lo tanto les cuesta mucho aceptar y poner en funcionamiento más que nada el sentimiento y la intuición, otra gran clave de la creatividad.

Todas las teorías sobre creatividad parten de la hipótesis de que toda persona es creativa. ¿Se verifica esto en el proceso de aprendizaje? o, dicho de otra manera, ¿hay personas cuya creatividad "no aparece" en el proceso aúlico?

Esto tienen mucho que ver con la pregunta anterior. El gran tema es respetar las individualidades y sus formas de procesar la realidad. En este sentido cada cual a su manera amplia algo de su modelo y, a la larga, la creatividad aparece aunque sea fortaleciendo esa “franja” de la personalidad. Esto significa que sea como fuera los objetivos de la materia se cumplen. Si me permites otra licencia y retomando aquella frase de Aldous Huxley que dice que “somos víctimas y beneficiarios de nuestra propia cultura” creo que el resultado final es que, de una forma u otra, terminan primando los beneficios. Y eso es más que importante y para mí, como docente, muy satisfactorio.

“Abrir el modelo cultural que trae el alumno” y “…el afianzamiento de lo grupal… sin desdeñar el humor y el clima festivo…” parecen ser los valores agregados de incorporar a la curricula académica un taller de técnicas de investigación creativa como el que dirige Santillán Güemes. La clave metodológica está en el encuadre teórico del proyecto: favorecer la propia construcción creativa del alumno sin “verticalismos”.

Desarrollo personal. 22 cosas que las personas felices hacen de forma diferente.



Si yo tuviera que escribir una guía de comportamientos saludables que me están ayudando a crecer y a encontrarme, esta sería una gran aproximación. Las reflexiones sencillas de este artículo están íntimamente conectadas con mi proceso de autoconocimiento.

22 cosas que las personas felices hacen de forma diferente

Chiara Fucarino

“La felicidad no es algo que esté hecho. Viene de tus propias acciones”. Dalai Lama

Hay dos tipos de personas en el mundo: los que eligen ser felices y los que eligen ser infelices. Contrariamente a la creencia popular, la felicidad no proviene de la fama, de la fortuna, de otras personas o de bienes materiales. Más bien, viene de dentro.

La persona más rica en el mundo puede ser completamente miserable mientras que una persona sin hogar, caminando por ahí en cada uno de sus pasos puede ser completamente feliz. Las personas felices son felices porque se hacen a sí mismas felices. Mantienen una actitud positiva ante la vida y están en paz con ellos mismos.

La pregunta es: ¿cómo lo hacen?

Es muy simple. Las personas felices tienen buenos hábitos que mejoran sus vidas. Hacen las cosas de manera diferente. Pregunte a cualquier persona feliz, y le dirán que ellos cumplen muchas de estas características:

1. No guardes rencor

Las personas felices entienden que es mejor perdonar y olvidar que dejar que sus sentimientos negativos desplacen a sus sentimientos positivos. Guardar rencor tiene una gran cantidad de efectos perjudiciales sobre tu bienestar, incluyendo depresión aguda, ansiedad y estrés. ¿Por qué dejar que alguien que te ha hecho mal tenga poder sobre ti? Si dejas de lado todos los rencores, obtendrás una clara conciencia y la energía suficiente para disfrutar de las cosas buenas de la vida.

2. Trata a todos con bondad

¿Sabías que se ha demostrado científicamente que ser amable que te hace más feliz? Cada vez que realizas un acto desinteresado, tu cerebro produce serotonina, una hormona que alivia la tensión y levanta el ánimo. No sólo eso, sino tratar a la gente con amor, dignidad y respeto también te permite construir relaciones más fuertes.

3. Visualiza los problemas como si fueran retos

La palabra “problema” no es parte del vocabulario de una persona feliz. Un problema se ve como un inconveniente, una lucha, o una situación inestable, mientras que un desafío es visto como algo positivo, como una oportunidad, una tarea o un reto. Cada vez que te enfrentes a un obstáculo, trate de verlo como un reto.

4. Expresa gratitud por lo que ya tienes

Hay un dicho popular que dice algo como esto: “Las personas más felices no tienen lo mejor de todo, sólo sacan lo mejor de todo lo que tienen.” Tendrás un sentido más profundo de la alegría si valoras lo que ya tienes en vez de anhelar lo que no tienes.

5. Sueña en grande

Las personas que tienen el hábito de soñar en grande tienen más probabilidades de alcanzar sus metas que las que no lo hacen. Si te atreves a soñar en grande, tu mente alcanzará un estado enfocado y positivo.

6. No te preocupes por las pequeñas cosas

Las personas felices se preguntan: “¿Este problema importará dentro de un año?” Ellos entienden que la vida es demasiado corta para ponerse nervioso sobre situaciones triviales. Dejar que las cosas dejen de ser un peso sobre tu espalda definitivamente te preparará para disfrutar de las cosas más importantes en la vida.

7. Habla bien de los demás

Ser bueno es mejor que ser serio. Hay algo tan divertido y sencillo como chismorrear y que normalmente te puede dejar de hacer sentir culpable o resentido. Decir cosas agradables acerca de otras personas te estimula a pensar en positivo, sin pensamientos prejuiciosos.

8. Nunca pongas excusas

Benjamin Franklin dijo una vez: “El que es bueno para poner excusas rara vez es bueno para otra cosa.” Las personas felices no ponen excusas o culpan a otros de sus propios fracasos en la vida. En su lugar, asumen sus errores y, al hacerlo, de manera proactiva tratan de cambiar para mejor.

9. Déjate absorber por el presente

Las personas felices no viven en el pasado o se preocupan por el futuro. Ellos saborean el presente. Se dejan sumergir en lo que sea que estén haciendo en ese momento. Para y huele las rosas.

10. Despierta a la misma hora cada mañana

¿Has notado que muchas personas exitosas tienden a ser madrugadores? Despertar a la misma hora cada mañana estabiliza tu ritmo circadiano, aumenta la productividad, y te ayuda a estar en calma y centrado.

11. Evita la comparación social

Todos trabajan a su propio ritmo, así que ¿Por qué te comparas con los demás? Si piensas que eres mejor que otra persona, tienes un sentido de superioridad nada saludable. Si piensas que alguien es mejor que tú, al final acabarás sintiéndote mal contigo mismo. Serás más feliz si te concentras en u propio progreso y alabas el progreso de los demás.

12. Elige buenos amigos

La miseria ama la compañía. Es por eso que es importante rodearse de gente optimista que te estimulen a alcanzar tus metas. Cuanta más energía positiva tengas a tu alrededor, mejor te sentirás contigo mismo.

13. No busques la aprobación de los demás

A la gente feliz no le importa lo que otros piensan sobre ellos. Siguen su propio corazón sin dejar que los pesimistas los desanimen. Entienden que es imposible complacer a todos. Escucha lo que la gente tenga que decir pero nunca buques la aprobación de ninguna otra persona salvo de ti mismo.

14. Tomate tiempo para escuchar

Habla menos, escucha más. Escuchar mantiene tu mente abierta a los demás saberes y puntos de vista sobre el mundo. Cuanto más intensamente escuchas, más silenciosa permanece tu mente y más sientes el contenido y el mensaje de las cosas.

15. Cultiva las relaciones sociales

Una persona solitaria es una persona miserable. Las personas felices entienden lo importante que es tener relaciones fuertes y saludables. Siempre tómate tiempo para ver y hablar con tu familia, amigos o pareja.

16. Medita

Meditar los silencios de tu mente te ayudará a encontrar la paz interior. No tienes que ser un maestro zen para llevarlo a cabo. Las personas felices saben cómo silenciar sus mentes en cualquier lugar y en cualquier momento que necesiten para calmar sus nervios.

17. Come bien

La comida basura te hace lento y es difícil ser feliz cuando estás en ese tipo de estado. Todo lo que comes afecta directamente a la capacidad del cuerpo para producir hormonas que dictarán tu estado de ánimo, energía y enfoque mental. Asegúrate de comer alimentos que mantengan tu mente y cuerpo en buena forma.

18. Ejercicio

Los estudios han demostrado que el ejercicio aumenta los niveles de felicidad tanto como cualquier antidepresivo lo hace. El ejercicio también aumenta tu autoestima y te da un mayor sentido de auto-realización.

19. Vive con lo mínimo

Las personas felices rara vez mantienen el desorden en la casa porque saben que las excesivas pertenencias los hacen sentir más pesados, abrumados y estresados. Algunos estudios han concluido que los europeos son mucho más felices que los estadounidenses, lo cual es interesante porque viven en casas más pequeñas, más simples, conducen coches más pequeños, y poseen menos objetos.

20. Di la verdad

Mentir te estresa, corroe tu autoestima, y te hace antipático. La verdad te hará libre. Ser honesto mejora la salud mental y la confianza que los demás depositan sobre ti. Siempre di la verdad y nunca pidas disculpas por ello.

21. Establece control personal

Las personas felices tienen la capacidad de elegir su propio destino. No dejan que otros les digan cómo deben vivir sus vidas. Al estar en completo control de la propia vida atraen sentimientos positivos y un gran sentido de la propia valía.

22. Acepta lo que no se puede cambiar

Una vez que aceptas el hecho de que la vida no es justa, estarás más en paz contigo mismo. En lugar de obsesionarte con cómo la vida es injusta, céntrate solo en lo que puedes controlar y cambiar para mejor.

Posted by David Criado

Nota: El artículo que hoy comparto contigo es una traducción literal del original escrito por Chiara Fucarino en lifed.com.  Suscribo cada punto y cada coma de esta reflexión y considero que es altamente útil para tu vida diaria y la de los que están a tu alrededor.

Más allá del brainstorming. 30 formas de desarrollar creatividad trascendente.




Entregar la creatividad al brainstorming, el scamper, un mindmapping, palabras al azar o analogías forzadas es hacer foco en las herramientas. Las herramientas desprovistas del costado actitudinal, en fríos e inoperantes instrumentos se convierten.

A diferencia de los “devotos del brainstorming” (todos aquellos que entienden los procesos creativos como mera lluvia de ideas) mi línea de pensamiento/trabajo se enfoca en las cualidades humanas, conductas y patrones conductuales a partir de los cuales instalar la necesidad y el hábito creativo-divergente.

Las técnicas de creatividad son, a riesgo de parecerme en la metáfora a Sigmund Freud, solo la punta visible de un iceberg donde su razón de ser, se esconde de la apariencia visible.

El fenómeno de la creatividad es ciertamente complejo. Intento defender una visión sistémica que involucre la personalidad humana en todo su dinamismo. Es fácil hacer un brainstorming casual, lo difícil es instalar la creatividad como hábito y conducta en un camino que no tenga retorno. Quien la ejercite producirá resultados, siempre y cuando en el camino no se olvide el disfrute y gozo de la actitud creadora.

Aquí una treintena de caminos que se entremezclan y se bifurcan, de manera aleatoria y contradictoriamente coherente.

1. Permita exteriorizaciones desvergonzadas, la vergüenza repliega en timidez; la desvergüenza en osadía.
2. Deje espacio a la imaginación indiscriminada, servirá para conocer quienes pueden imaginar el nuevo mundo y quienes se contentan tal cual lo encontraron.
3. Elimine los prejuicios y el horizonte dejará de tener límite.
4. Ponga trabas y elimine barreras; elimine trabas y ponga barreras; cada una a su tiempo, cada una con su objetivo; somos hijos de la contradicción.
5. Ponga límites, en los que se rebelen encontrará la fuerza actitudinal para la próxima innovación. La rebeldía ya no es una conducta a castigar sino más bien una cualidad a valorar.

6. Pregunte por los sueños (oníricos) de su gente; el cerebro modo subconsciente tiene las respuestas más aleatorias.
7. Encuentre locos y apasionados, permítale que vuelen su vuelo, no saben administrar el presente, pero entienden como llegar al futuro; una dosis de locura permitida es el antídoto para una eventual mediocridad instalada.
8. Busque los hiper racionales, ellos tienen la imaginación en modo inverso. Son los mejores abogados del diablo. Utilícelos no tanto para destruir las ideas sino para que florezcan en ellas nuevos atributos después de las objeciones.
9. Ponga de cebo el dinero, pero sobre todo la gloria y el honor, por el primero conquistarán clientes y mercado. Por lo último, conquistarán el mundo.
10. No los acose de conocimientos, en todo caso fomente la duda y la inquietud, alimento del cerebro para las nuevas creaciones.

11. Estimule el juego hasta para las decisiones más serias, hasta para las tareas más rutinarias. El juego libera pulsiones que se unen estratégicamente en conductas superadoras.
12. Celebre la intuición, arquetipo de la “iluminación creativa”, fuente de conocimientos rápidos, integradores y heurísticos. Ya lo decía Henri Poincare: “Es por la lógica que demostramos pero por la intuición que descubrimos”
13. Provea estimulos (¿Cuántos? Muchos. ¿Dónde? En todos lados. ¿Cuándo? En todo momento). Estímulos diversos e incongruentes provocan nuevas combinaciones y conexiones significativas.
14. Provoque “fatiga intelectual de ideas”, con un poco de descanso ulterior provocará una super compensación positiva, ubicando al cerebro derecho en un estadio de mayor fluidez creativa.
15. Permita los “métodos individuales” de apropiación de nuevas ideas y desarrollo de la creatividad. Métodos estandarizados conducen a resultados estandarizados.

16. Sea proveedor de humor y sonrisas. La relajación de estados de tensión provoca la liberación de actitudes contenidas. Entre ellas, la latencia de nuevas ideas.
17. Estimule aceleraciones, frenos y cambios de dirección en el cerebro de su gente. Evitará el estancamiento rutinario y la verticalidad de pensamiento.
18. Valorice la creación de ideas “inútiles”. Nunca se sabe cuando se produce la “vuelta de tuerca” que la transforme en una “big idea”. En el peor de los casos, acumula ejercitación intelectual y las neuronas se entrenan en virtuosa divergencia.
19. Estimule la idea de que todo el portfolio de productos se encuentra en una etapa madura del ciclo de vida. La urgencia activa, despierta y energiza.
20. Prohíba ideas acerca de un determinado tema. La prohibición desata el deseo y la mente estará más abierta que nunca a encontrarlas. Ya lo decía un viejo sabio del rock: la libertad empieza con una prohibición.

21. Motive hacia la búsqueda de los imposibles. El desafío es una fuerza motriz impulsora de las grandes conquistas.
22. Vaya al pasado una y otra vez. Lo impulsará con más fuerza hacia el futuro.
23. Propicie figuras y metáforas que describan la personalidad de su gente en relación a la apropiación de nuevas ideas: un guerrero, un explorador, un viajero, un goleador…. la metáfora convertida en apodo instala las conductas positivas observadas.
24. Premie los fracasos, son la antesala del éxito. Cuando este finalmente aparezca, no se instale en la gloria del triunfo, más bien retroceda en el tiempo y vea cuales fracasos condujeron a ese éxito. Hay personas que con su fracaso allanaron el triunfo de otras. Merecen su porción de gloria. Su espacio de reconocimiento.
25. Favorezca la amplitud emocional. El corazón esta más cerca de la intuición que la razón. No es vergüenza hablar de amor, amistad, lealtad y otras conductas plenamente humanas. En el ejercicio de la humanidad las ideas cobran un significado real y pertinente. Confucio proclamaba que debemos escuchar la voz silenciosa de nuestra corazón. Sabios pensamientos.
26. Estimule la subjetividad, amplia los marcos conceptuales que la pretendida objetivad racional se encarga de cercenar.
27. Promueva realidades paralelas y alternativas. En esos escenarios se desintegran los elementos que tienden a mantener el equilibrio adquirido y con él, florecen nuevos pensamientos e hipótesis de innovación.
28. La curiosidad es el sustrato del aprendizaje informal y autodidacta. Por este camino, cada individuo colaborará a su manera y con su estilo, a una formación profesional más completa, variada y emocionalmente más comprometida. Una vez desatado el instinto curioso, vive en permanente retroalimentación. Una vez saciado se reproduce con infinitas preguntas.
29. Detecte a los “raros”; en su rareza esconden la razones de una unicidad diferencial, producto de una diferenciación natural o adquirida. Sea como fuere el envase (la apariencia) puede esconder un contenido igualmente original.
30. Favorezca períodos de “adulta infantilidad”, la memoria inconsciente no falla y nos ubicará en el período más fértil de la creatividad. Aquel donde no existen los prejuicios, ni los límites. Aquel donde para la mente no existen los imposibles.

Prof. Germán Castaños: