Autora:
Ángeles Gervilla y Rosa Cervantina
Esta investigación surge
para conocer si se da en los niños superdotados altos niveles de creatividad.
A lo largo de nuestra experiencia como educadoras en diferentes niveles educativos,
nos hemos encontrado con alumnos que aún observando que son muy inteligentes,
no rinden en las tareas escolares, y especialmente, alumnos que aún teniendo un
expediente brillante, no saben afrontar los problemas de la vida cotidiana.
Por otro lado, el
profesorado califica de “buen alumno” aquel que es obediente, tiene buenas calificaciones,...
Ante todo esto, planteamos al lector: ¿Qué papel asumen en la escuela los
alumnos altamente creativos, los que tienen criterio propio,...? ¿Por qué los
alumnos calificados como “brillantes” por el profesorado, en ocasiones, se
bloquean ante nuevos problemas? ¿Qué papel tiene el profesorado, la escuela y
la sociedad en general? Ante todas estas inquietudes comenzamos a realizar
algunas investigaciones que nos permitieran dar alguna respuesta.
Nos propusimos analizar
tres aspectos: inteligencia, creatividad y rendimiento escolar. Deseábamos conocer
de qué modo correlacionaban éstos. Para medir la inteligencia se utilizaron
tests que miden el factor “g”. Para medir el rendimiento se recogieron notas
escolares y su utilizaron Escalas de Instrucción. Y para medir la creatividad
se utilizaron las Pruebas de Creatividad de José María Martínez Beltrán y la de
Francisco Fernández Pózar.
Tras evaluar estos tres
factores, nos encontramos que había niños con talento creador (superiores al percentil
80 en creatividad), con talento intelectual (superiores al percentil 80 en
inteligencia), y
bitalentados (superiores
al percentil 80 en creatividad e inteligencia). Las edades analizadas se
encuentran entre ocho y quince años. Hemos llegado a las siguientes
conclusiones en función de las variables analizadas:
· - Existe un mayor número
de alumnos con talento intelectual que con talento creador y un bajo índice de bitalentados.
·- Hay un mayor número de
niños bitalentados en los Centros Educativos Privados que en los Centros Públicos.
·- El número de niños con
talento intelectual es ligeramente superior en Centros de la Capital que en los
de la Provincia y en los Privados que en los Públicos.
·- La edad en que hay
mayor incidencia de alumnos con talento intelectual es a los 15 años
(¡¡curioso!! De los cuales ninguno es bitalentado).
·- El número de niños con
talento creador es ligeramente superior en la Capital que en la Provincia, superior
en Centros Privados que en Públicos y además, la diferencia que hay entre
chicas y chicos, siempre ligeramente superior en el caso de las chicas.
·- Si pasamos a analizar
el rendimiento de estos niños observamos que los bitalentados y los de talento creador
presentan muy bajo nivel de rendimiento, sin embargo, los de talento
intelectual presenta muy buen rendimiento. Es decir, escolarmente tienen éxito.
Esta investigación llevó a
concluir que el talento creador se halla en clara desventaja con respecto al intelectual,
cuando de tareas escolares se trata, puesto que la escuela, desde nuestro punto
de vista, no valora ni fomenta las capacidades creativas. En definitiva, con
esta investigación tratamos de arrojar luz para conocer la situación actual de
los niños más creativos que están en nuestras escuelas ¿Son creativos todos los
niños inteligentes? ¿Están siendo correctamente motivados? ¿Son ahora
–en la era de las TICs- menos creativos que antes? ¿Qué nos queda por
hacer a los educadores concienciados por la necesidad de dar respuesta a los
intereses de estos niños? ¿Y la creatividad, dónde dejamos la creatividad en la
educación?...
Ante todas estas
preguntas, han sido muy reveladoras las conclusiones a las que llegamos con
esta investigación, ahora debemos realizar propuestas para que todos los niños,
y no sólo los superdotados, vean fomentadas sus capacidades creativas. Hay
ocasiones en que la labor educativa puede suponer un freno para el desarrollo
del pensamiento divergente, esto es, cuando el profesorado solicita la
realización de actividades repetitivas que requieren de muy poca iniciativa por
parte del alumnado.
Desde aquí proponemos, en
primer lugar una formación del profesorado tanto de los que aún están en las Universidades
como los que están en activo. Esta formación inicial y continua debe
favorecer la concienciación de la importancia de la creatividad para el
desarrollo del individuo. Debe contener estrategias, metodologías, actividades,
modelos,... que fomenten la creatividad tanto del propio profesor como de su
alumnado. Debe dar respuesta a las propias necesidades del profesorado,
haciéndoles ver en primer lugar esta necesidad y posteriormente, haciéndoles
partícipes de la puesta en marcha de planes de formación.
De esta forma promovemos
la responsabilidad del profesorado para con el desarrollo de la creatividad del
alumnado. Cuando el profesorado asume esta responsabilidad, lo toma como un
objetivo propio, no impuesto desde el exterior, luego se halla realmente
comprometido y probablemente se preocupe de formarse para llevar esto a cabo. Socialmente
la creatividad debe ser valorada y en el colegio fomentada. Que los docentes y
la sociedad en general se reafirmen en la importancia de la creatividad.
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