Los seres humanos tendemos a marcar unos límites allí donde no los hay, ya sean físicos o mentales. Cuando la razón nos nubla, no nos deja ver más allá de la caja en la que nos sentimos prisioneros, no obstante la creatividad y la imaginación son elementos primordiales para romper esos límites.
En nuestro sector, pensar lateralmente es casi un requisito en muchas situaciones para poder hallar y desarrollar nuevas ideas con las que conectar con el usuario y comunicar un producto. Pero destapar la caja no es como pulsar un interruptor para encender o apagar la luz, sino que requiere un proceso de aprendizaje y puesta en práctica que nos ayude a ver poco a poco la realidad desde otra perspectiva.
Dustin Wax, colaborador de Lifehack, nos propone 11 ejercicios muy prácticos para reforzar el pensamiento lateral y que nos permita destapar la creatividad encerrada.
1. Estudia otro sector.
Recopila información de un sector en el que nunca te hayas involucrado e intenta aprender cómo se hacen las cosas, a qué problemas suelen enfrentarse habitualmente esos profesionales, seguramente descubras que en muchas ocasiones los problemas son similares a los que experimentas tú mismo, pero abordados desde otras perspectivas. Conocer un sector diferente al tuyo también te permite descubrir posibles alianzas.
2. Conoce otra religión.
La religión es la forma en que los seres humanos organizamos y entendemos nuestras relaciones, no solo a nivel sobrenatural, también con los demás. Aprender acerca de cómo se estructuran esas relaciones te puede enseñar cómo las personas se relacionan entre sí y con el mundo que les rodea. Descubrir la razón en otra religión también te puede ayudar a abrir tu mente sobre las diferentes maneras de comprender los misterios de una creencia y cómo ello se refleja en la vida cotidiana.
3. Aprende una lección.
Aprender una nueva lección no solo te enseña nuevos datos, también una nueva forma de ver y dar sentido a los aspectos de tu vida cotidiana, de la sociedad o del mundo en el que vivimos. El aprendizaje te ayuda a considerar y ampliar las posibles soluciones a un problema.
4. Lee una novela de género desconocido.
Atrévete a leer algún género que nunca te hayas planteado. Presta atención no solo a la historia sino a los problemas particulares que el autor tiene que tratar. Trata de conectar esos problemas a los problemas que enfrentas en tu propio campo.
5. Escribe un poema.
La razón no siempre se encuentra en la resolución de un problema. La poesía es capaz de unir nuestros hemisferios racional y emocional del cerebro. Aunque parezca absurdo, intenta escribir un poema sobre el problema que estés experimentando. El poema no tiene porqué proponer una solución, el objetivo es cambiar la forma de pensar para hallar su solución en el otro hemisferio. Por último, que nadie lea nunca tu poema.
6. Haz un dibujo.
Al igual que un poema, trata de involucrar ambos hemisferios en el desarrollo de tu obra para visualizar el problema desde otra perspectiva e inspirar otras formas de pensamiento que no utilicemos normalmente.
7. Dale una vuelta.
Literal o metafóricamente, para descubrir nuevos patrones. Los hábitos de nuestro cerebro terminan por condicionar la realidad que vemos ocultando otras posibilidades de afrontar un problema.
8. Trabaja hacia atrás.
Habituado a seguir un método y una rutina, prueba a realizar esas mismas acciones de forma inversa para analizar todos los pasos llevados a cabo.
9. Pide consejo a un niño.
Los niños suelen pensar y hablar con un desconocimiento que a menudo es útil. Pide a un niño cómo puede hacer frente a un problema. La idea no es hacer necesariamente lo que el niño diga sino refrescar tu propio pensamiento a través de un camino menos convencional.
10. Improvisa.
Actúa de forma aleatoria permitiendo que los errores formen parte del proceso. La sinergia de todos los elementos que intervienen te ayudan a ir más allá y descubrir nuevos patrones.
11. Date una ducha.
¿Cuántas veces te ha venido una buena idea mientras te duchabas? ¿Quién sabe por qué? Tal vez sea porque tu mente está en otra cosa, porque estás desnudo, por el agua caliente que relaja, es un misterio. Cuando no halles la respuesta, date una ducha y espera a que ocurra algo extraordinario.
¿Conoces otros caminos para pensar de manera diferente?