La virtud más difícil de encontrar




Siempre me ha gustado el ejemplo del bambú chino como metáfora de los procesos de cambio y transformación personal. El bambú chino funciona de la siguiente manera. Después de plantada la semilla, no se ve nada durante aproximadamente cinco años, salvo un brote muy diminuto. Todo el crecimiento es subterráneo; se está construyendo una compleja estructura de raíces que se extiende en vertical y horizontalmente por la tierra. Entonces, al final del quinto año, el bambú chino crece velozmente hasta alcanzar una altura de veinticinco metros.

Algo muy similar ocurre con los procesos de desarrollo personal. Uno decide un buen día ir en búsqueda de su Leyenda Personal; seguir su vocación, su pasión, sus sueños. Siembra y trabaja, pero no ve resultados. Así un día tras otro; una temporada tras otra, pero todo parece que sigue igual, que nada ocurre. Entonces, aparecen las dudas, los bajones, los momentos de debilidad emocional...

Algunos, ante la incertidumbre del futuro, abandonan y prefieren plegar velas para navegar a puerto seguro; otros, continúan, pero poco tiempo después, también desisten; y así otros más cada cierto tiempo. Nada nuevo. Seth Godin en Salir del abismo escribe: «Muchas profesiones y muchos mercados sacan provecho de quienes se dan por vencidos. La sociedad supone que usted se rendirá. De hecho las empresas y las organizaciones cuentan con eso».

Sin embargo, hay un pequeño grupo minoritario que hace suya la máxima de Woody Allen de que «el 90% del éxito es insistir», y se mantienen firmes, rumbo a destino a pesar de los fuertes vientos que azotan el barco. Y de repente, un día todo se precipita, y el crecimiento es exponencial. El día anterior era otro de esos días en que uno pensaba abandonar, y de repente aparece la luz. «La hora más oscura de la noche es la que precede al alba», dice la sabiduría popular.

Si me preguntasen cuál es la virtud más difícil de encontrar en el proceso de búsqueda personal, diría que la PACIENCIA. El éxito está compuesto de una pluralidad de ingredientes (por ejemplo, puedes ver la charla de Richard St. John Los 8 secretos del éxito en 3 minutos), pero para mí hay uno especialmente difícil de hallar, una especie de trébol de 4 hojas: la PACIENCIA.

En Fast Good Management (@fastgoodmanagem), en el Capítulo 13 dedicado al Éxito, recojo mi modelo PSP: Pasión + Sacrificio + Paciencia. Respecto a la Paciencia se apunta: «De las tres variables del PSP, la paciencia es, en mi opinión, la más complicada de practicar. ¿Cuál es el motivo? Hablar de paciencia es hablar del futuro, y el futuro es siempre incierto, nadie nos lo puede garantizar por escrito, ni siquiera un notario, lo que implica tener FE».

Hablar de futuro, es hablar de FE (con mayúsculas). Y hablar de FE, es creer en algo de lo que no se tiene evidencia. Uno tiene que confiar (confianza viene de latín, cum-fidia, esto es, con fe), que si trabajas, perseveras y no renuncias, los resultados acabarán llegando. Pero como no hay nadie que nos lo pueda garantizar, la Resistencia Emocional es esencial; ser mentalmente fuerte para no venirse abajo cuando todo invita a abandonar.

Todas las biografías que han alcanzado cumbres altas señalan a la Paciencia como un ingrediente indispensable. Así, el ensayista francés Marcel Brian (1895–1984) aseguraba: «El genio no es más que una larga paciencia»; Ghandi, líder de referencia en el que inspirarse, decía: «Perder la paciencia es perder la batalla». Teresa de Jesús igual: «La paciencia todo lo alcanza». Lo mismo que el político británico George Savile: «Quien es un maestro en paciencia, es un maestro en todo». Y Peter Senge, autor de La Quinta Disciplina, apunta: «Un bebe tarda nueve meses en nacer con independencia de que mucha gente se ponga a trabajar en el empeño».

El otro día Andrés Pérez Ortega (@marcapersonal) hablaba también de este tema en su post: ¿Cuántos años tienes? (échale un vistazo). Nada que merece la pena se construye de un día para otro. Y si es así, hay que empezar a sospechar que está levantado sobre materiales de barro, con lo que no es difícil de pronosticar su desenlace. Como un dicho inglés afirma: Easy come, easy go.

fuente: FRANCISCO ALCAIDE HERNÁNDEZ

No hay comentarios: