Desarrollo personal: 3 pasos para erradicar la negatividad.


La actitud y la energía que mostremos ante una situación específica y ante la vida en general es lo que determina nuestras acciones. Influye, también, en cómo los demás nos van a tratar y en cómo nos sentimos internamente nosotros.

Marla Tabaka , consultora experta en estrategia y creatividad, en CEO.com del pasado 16 de septiembre plantea 3 sencillos pasos para lograr erradicar la negatividad. Señala que aún en las ocasiones en las que parece que nuestro mundo está fuera de control y que estamos viviendo en una “tormenta” permanente siempre existe un factor que si depende de nosotros y que tiene un enorme impacto en nuestras vidas. Éste es la actitud.

Nuestra actitud y nuestras acciones son fruto de nuestra perspectiva y de nuestra interpretación de la realidad. Si tenemos un enfoque negativo y pesimista y creemos que la vida sólo está llena de problemas, tomaremos decisiones que traerán más dificultades a nuestra vida.

Una persona con una disposición más positiva y abierta, por el contrario, atraerá más hechos deseables a su vida. Probará nuevas cosas, se enfrentará a riesgos emocionales y aprenderá y disfrutará durante el proceso y con el resultado. Tendrá más probabilidades de encontrar soluciones y de ver el lado bueno de la mayoría de las situaciones. Suelen encontrar, también, más apoyo de parte de sus jefes, compañeros, amigos y familia.

Tabaka propone que, aunque no podemos adoptar repentinamente una actitud positiva ante todo, podemos tomar la decisión consciente, con determinación y dedicación, de reducir paulatinamente nuestras tendencias negativas y optar por un enfoque más optimista ante la vida.

Recomienda que ejercitemos nuestra mente, ya que cuanto más trabajemos para intentar conseguir un cambio mejores resultados tendremos y para ello propone los 3 pasos siguientes:

I. Reformular nuestros pensamientos.

Cuando seamos conscientes de que nuestros pensamientos son del tipo: “Esto no funcionará”, “Nunca conseguiré descansar”,…, tendremos que hacernos la siguiente pregunta: “Es esto realmente cierto y creo firmemente que es así con todo mi corazón?” . La respuesta normalmente será negativa.

Escoger, entonces, un pensamiento negativo que sea prevalente y escribir un listado de razones por las que no es cierto. De esta forma empezaremos a ver que nuestra perspectiva no está basada en la realidad. Entonces, ha llegado el momento de reformular el pensamiento buscando la siguiente opción mejor y en lugar de “esto no va a funcionar”, probar con: “quizás existe un medio de que consiga que funcione”, por ejemplo.

II. Reformular nuestros comentarios.

Cuando tenemos una afirmación negativa en la punta de la lengua debemos modificarla. Las personas responden de forma defensiva a la negatividad, aunque no vaya dirigida hacia ellas. Por ejemplo en lugar de decirle a alguien lo malo que está siendo el día para nosotros, preguntarles cómo está siendo para ellos.


O podemos escoger una o dos cosas de nuestro día que nos parecen positivas y hablemos sobre ellas. Pronto nos encontraremos centrándonos en los aspectos positivos de una situación y nos iremos olvidando de ver exclusivamente los negativos.

III. Reformular nuestras críticas.

Mantener sólo pensamientos negativos sobre nosotros mismos o los demás nos roba energía, tanto desde el punto de vista físico como emocional. En lugar de buscar las cosas que los demás y nosotros mismos hacemos mal, buscar las cualidades y características buenas y positivas. Las personas suelen mostrarse ante nosotros de la forma que esperamos.

Por ejemplo si consideramos a una persona poco colaboradora, solo nos fijaremos en sus acciones que parece que van a corroborar nuestra idea y sólo querremos ver esta faceta suya. Si buscamos un atributo más favorable pronto la veremos bajo una perspectiva distinta, más positiva.

Reformular, según Tabaka, es un proceso sencillo que procede del la Programación Neurolinguística, y que permite reprogramar nuestra mente y borrar los patrones de pensamiento negativo que solemos tener.


Publicado por Isabel Carrasco