Un concepto todavía poco
común en España pero más en otros países como por ejemplo en Inglaterra. Cuando
un inglés encuentra algo que no estaba buscando por casualidad sabe que acaba
de tener una serendipia.
Y es que de eso trata este
concepto tan extraño. La serendipity no encaja dentro de algo que vas buscando
sino en todo lo contrario. Si vas a un museo a ver una nueva exposición y sales
de allí con un nuevo trabajo o con tu media naranja, eso es serendipity. Es
decir, un hallazgo feliz y completamente inesperado.
El ejemplo más conocido de
esto se da con la invención del Post – It. Dicen que Art Fry,
empleado de 3M -una de las empresas más creativas del mundo-, manejaba una gran
cantidad de pegamento en su trabajo. Un día, los cálculos fallaron y todo salió
mal. El resultado fue un pegamento que apenas pegaba.
Todo un fracaso para el
pobre Fry. Pensó en un posible despido o en la bronca que le caería de parte de
su jefe. Era algo que desde luego no entraba en sus planes. Pensando en ello lo
conectó con otra situación a la que se estaba enfrentando desde hacía tiempo.
Fry cantaba en la iglesia de su barrio y siempre andaba con papelitos para
separar las canciones. Papelitos que siempre se le caían, lo cual era bastante
incómodo para él. La conexión fue clara: usar ese pegamento que apenas pegaba
para sujetar, de manera temporal, sus separadores en el libro de partituras. Lo
probó y funcionó. Esto le dio la genial idea de probarlo también en el trabajo.
Si le había funcionado en su vida privada, ¿por qué no ver qué pasaba en su
departamento?
Esto fue seguramente la
mejor idea de toda su vida ya que lo hizo millonario y hoy, probablemente, sea uno
de los productos más conocidos de 3M. Todo fue por un error, sí, pero también
gracias a la mente de ese trabajador que no se conformó con solucionar su
pequeño problema de canto.
La serendipity funciona
así. Pero no nos equivoquemos, no podemos dejarlo todo al azar, a la casualidad.
La parte
azarosa de todo esto reside en los estímulos. Ellos son los que nos
están bombardeando continuamente a lo largo del día. Depende del caso que les
hagamos tendremos más o menos éxito en nuestra empresa.
Paso 1
Lo primero para que la
serendipity nos visite es tener un objetivo. El que sea, eso da igual.
Si tenemos un objetivo tenemos una red para cazar estímulos. Las personas con
muchos intereses, como los artistas o los inventores, tienen varias redes que
les ayudan a captar muchos de esos estímulos. Por eso no es raro escucharles
decir cosas como “mira que curioso, esto me valdrá para un proyecto con el que
estoy ahora metido” o “a propósito de esto que me cuentas, con ello yo podría
hacer tal y cual”. Es decir, le sacan mucho más provecho a las cosas que los
demás. Todo gracias a esas “redes” mentales que se han formado. Dicen que el
que busca encuentra. Es cierto. Pero con la serendipity no sabremos que es exactamente
lo que encontraremos. Seguramente algo mucho mejor de lo que buscábamos.
Paso 2
El segundo paso es llenarnos
la cabeza de estímulos con el fin de utilizarlos después en nuestro beneficio.
Veamos por qué.
Miles de estímulos nos
acribillan a lo largo del día y éstos están siendo captados por tus diferentes sentidos
para su posterior análisis, clasificación y por último rechazo o aprobación del
susodicho. Si el estímulo carece de interés en esos momentos, quedará relegado
al subconsciente quizá para siempre. Si por el contrario es algo que nos toca
la fibra será algo que experimentaremos de manera consciente. Ambos nos
afectan, la diferencia estriba en que cuando reaccionamos al primero no sabemos
muy bien por qué lo hacemos. Era algo que ha quedado muy lejos de nuestra
consciencia y que, por tanto, no contábamos con ello. Pero gracias a una
situación dada, ésta actúa como gancho y extrae esa información de la cueva de
nuestro inconsciente. Por eso la publicidad se basa tanto en ello. Los
publicitarios saben que poner una botella de Coca cola en una escena, a la
larga, aumentará sus ventas. Las personas somos así. Así que si queremos
conseguir una buena idea por este método lo mejor será aumentar nuestra curiosidad,
al igual que hace un niño.
Paso 3
Un tercer paso para
conseguir las ideas más novedosas nos lo traen los fracasos o errores.
Al igual que le pasó a el señor Fry, todos nosotros tenemos un elenco de
fracasos memorables. Y si no, prueba a hacer una lista con los 10 fracasos más
grandes de tu vida. A continuación podemos preguntarnos cuestiones como:
¿Aprendí algo de esto? Si es así, ¿recuerdo lo que fue? ¿Para qué me sirvió?
¿Fue necesario o se podía haber evitado? ¿Cómo?
Aprender de los fracasos
es importante pero aquí subimos un poco la dificultad de la tarea. No sólo queremos
aprender para no repetirlo, queremos sacarle ventaja. Darle la vuelta al problema
y usarlo en beneficio propio. Eso fue lo que hico Art. No sólo se evitó una
buena bronca de su superior sino que… se hizo rico. Eso es serendipity.
Vayamos con otra pista
para conseguir la idea de nuestra vida. Se trata de algo tan conocido y a la vez
tan valioso como el sentido del humor. El humor nos ayudará mucho en el
punto anterior, ya que sin humor es difícil quitarle importancia a los errores.
Por otra parte el humor es considerado uno de los ingredientes básicos para la
creatividad. Sin humor no hay desinhibición y cuando estamos tensos o
inhibidos, no hay buenas ideas. En serendipity pasa algo parecido. Necesitamos
humor para crear situaciones nuevas que nos inspiren. Muchas empresas utilizan
el humor como sustento de su creatividad. Vueling pone música indie durante el
vuelo además de series como Los Simpsons o Friends. Además el comandante cuenta
chistes y al despegar todo parece que es un juego cuando dicen eso de
“preparados para el despegue, 3, 2, 1… Vueling!!”
Vueling no es la única
compañía que hace este tipo de cosas. Los fundadores de la empresa de helados Ben
& Jerry’s van más allá. Se disfrazan en las juntas u organizan el día del
helado gratis para el cual alquilan una vaca- camioneta y van repartiendo los
helados ellos mismos. Hoy en día son una de las empresas líderes en helados del
mundo.
Paso 4
Constancia. Ese es
el próximo paso. Para que la serendipity aparezca en nuestras vidas no tenemos
que tener prisa y sobre todo, tenemos que ser constantes. Aunque pueda parecer
que a otros les ha sucedido rápidamente casi nunca o nunca es así exactamente.
Cuando nos cuentan los éxitos de otras personas da la sensación de que lo han
conseguido todo con facilidad, por un golpe de suerte. Pero si analizamos de cerca
sus vidas nos damos cuenta de que han sido constantes para conseguir su
objetivo. Volvemos a Art Fry y su Post – It. Es cierto que el
estímulo vino solo aunque hubo un tiempo para conectarlo con la idea del libro
de partituras. Pero luego vino todo un trabajo de elaboración del producto. Lo
envió a cientos de secretarias de ciudades diferentes con el fin de que
probaran su nuevo invento. Ahí recogió algunas impresiones que le valieron
mucho para retocarlo y volver a testarlo. Poco a poco fue perfilando aquel papelito
que años después lo haría rico. Las ideas no se acaban cuando uno las
encuentra. Eso es sólo el primer paso hacia un proceso, a veces, demasiado
largo.
Paso 5
Y por fin el último paso
para nuestro éxito inesperado. Se trata de la acción. Lo decían en
Expediente X, la verdad está ahí fuera. Y es cierto. Muchas veces nos
encerramos en nuestras casas, en nuestras oficinas, esperando que ocurra algo.
Esperando un milagro. Pero no sucede. La vida está ahí fuera y normalmente es
donde conseguir que el poder de lo inesperado nos encuentre.
Cuentan que Gutenberg
andaba bastante perdido en su deseo de inventar la imprenta. Por muchas vueltas
que le daba no encontraba una manera de poder hacer libros sin que las manos de
los monjes escribanosecharan chispas. Aunque tenía un objetivo y una motivación
increíble, el que sería uno de los más grandes inventos de la Historia, se
negaba a manifestarse tan fácilmente. Es lo que suele pasar en estos casos.
Hasta que un día, decidió
salir de paseo. Nadie sabe si para tomar el fresco y así oxigenar sus ideas, o bien
para estirar un poco las piernas, el caso es que el bloqueado inventor se topó
con lo que sería la máxima inspiración para su mayor logro: una prensa para
hacer vino. Al observar cómo la prensa hacía su trabajo conectó rápidamente
esta idea con el problema que rondaba en su cabeza demasiado tiempo.
Cuando pasan estas cosas
siempre nos preguntamos lo mismo: ¿tendríamos hoy la imprenta si no llega a ser
por ese histórico paseo? O incluso, ¿sería la imprenta tal como la conocemos si
la inspiración la hubiera encontrado en otro lugar que no fuera la prensa de
vino?
Eso nunca lo sabremos pero
la moraleja que nos deja esta bonita historia es que, aunque seamos tan inteligentes
como los grandes inventores, es necesario nutrirse de material que simplemente
está ahí fuera. Date un paseo. Tus ideas lo agradecerán.
Todo esto es serendipity,
un gran método de generar buenas ideas e incluso una manera de vivir. La creatividad
es fruto, en su primera fase, de una actitud, de una forma de vida. La
serendipity nos la proporciona.
Guzman Lopez
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