Autora: Erika Piña
Educar es una enorme
responsabilidad y demanda una labor más extensa que la transferencia de conocimiento.
El gran problema de la educación es enseñar a los niños QUÉ PENSAR en
lugar de CÓMO PENSAR,
El sistema educativo
actual esta basado en la memoria del niño en lugar del desarrollo de sus habilidades
inteligencias, dejando a los niños frente a la
ignorancia en lugar de alejarlos de esta. Por lo anterior es conveniente
renovar el sistema educativo para que pueda adaptarse a las necesidades de
todos los niños.
La creatividad es un
proceso dinámico que permite a los niños desarrollar su relación con el
universo, expresar sus sentimientos, identificar sus deseos, dejar volar su
imaginación y resolver por ellos mismos las dificultades que se le presenten.
Nosotros, los adultos,
como progenitores, familiares o educadores debemos participar en sus vidas como
facilitadores, dando apoyo y comprensión, respetando sus capacidades, intereses
e intimidad, poner límites y fomentar el respeto hacia los demás.
Es muy importante estar
atentos al proceso creativo de los niños y dejar que expresen con LIBERTAD y
TIEMPO ILIMITADO su creatividad. La experiencia de la creatividad
durante la infancia modela gran parte de lo que serán de adultos.
Los niños no son adultos
pequeños y los adultos no son niños grandes, con lo cual, el trabajo de los
niños es: jugar, experimentar y probar cosas diferentes, mientras el trabajo de
los adultos es: facilitar, aclarar, compartir y guiar.
El reto consiste en
ofrecer a los niños incentivos constantes que ayuden a fortalecer su
creatividad, motivándolos a descubrir y crear respuestas o soluciones creativas
por si mismos.
a) Nutrir la
creatividad: mantener ilimitadas las acciones del niño. Esto permite a éste
hacer lo mismo una y otra vez en una variedad de formas diferentes y así
perfeccionar la habilidad logrando que el niño sienta “esta actividad es mía,
es parte de mi”. Ej. Dejar que el niño juegue con bloques de lego diariamente
si así lo desea, al cabo de un tiempo observarás que su destreza es más
eficaz.
b) Ausencia de crítica:
el espíritu creativo que se inicia se alimenta del aliento y se marchita
con la crítica.
Ej.
Cuando el niño realiza un dibujo pidamos que nos explique lo que ha hecho en
lugar de criticar diciendo... esa casa no tiene puertas.
c) Placer no presión: la
creatividad florece cuando las cosas se hacen por placer. Lo que importa es el placer
no la perfección. Ej. Cuando identificamos que nuestros hijos tienen
afinidad a la música compremos una guitarra sin obligarlos a tocarla,
hagamos de la guitarra un gran juguete y cuando descubran que no esta
haciendo música sino ruido pedirán ayuda, incluso clases de guitarra.
d) El ambiente del
hogar: ofrecer a los niños un espacio de libertad acompañado de
colaboración para que concreten su impulso creativo. Ej. Cuando los pequeños
en casa tienen deseo por comprender la vida animal no dudes en vestirse
todos de exploradores y llevarlos al zoológico.
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