Tiempos líquidos: 6 competencias transversales para resolver nuevos problemas.



“Los líquidos no conservan una determinada forma durante mucho tiempo y están constantemente dispuestos a cambiarla; para ellos lo que cuenta es el flujo del tiempo más que el espacio que puedan ocupar. Los líquidos se desplazan con facilidad, fluyen, se derraman, salpican, se vierten... a diferencia de los sólidos...”

Zigmunt Bauman utiliza la metáfora de la líquidez para referirse a la nueva fase de la modernidad. La denomina “modernidad líquida”.

Mientras en la etapa sólida existían pilares inamovibles en los que asentarse toda la vida como el trabajo, la cultura, la familia y la religión; ahora estamos viviendo una nueva era en la que ninguna de estas premisas se arraiga y tiende a permanecer mucho tiempo inalterable.

En la “modernidad líquida” la solidez de las cosas y de los vínculos se considera una amenaza en cuanto no permite gran libertad de movimientos y por tanto impide la experimentación de nuevos retos y oportunidades que, sin duda, se presentan. La globalización elimina fronteras, las nuevas tecnologías permiten inmediatez en la conexión entre lugares opuestos del mundo.

Hoy priva el corto plazo ya que las cosas evolucionan muy rápidamente y ya no hay casi nada que prevalezca mucho tiempo. Los avances tecnológicos son muy rápidos y lo que hoy es considerado una novedad, en poco tiempo queda obsoleto.

Las empresas con mucha frecuencia cambian, se fusionan, se reducen y modifican su misión corporativa.

El significado del tiempo se reajusta:

La concepción "cíclica" y "lineal" del tiempo se modifica hacia un modelo "puntillista": el tiempo se pulveriza en una serie de "momentos", cada uno de los cuales se vive de forma aislada, tiene un valor que puede desvanecerse con la llegada del momento siguiente y tiene poca relación con el pasado y con el futuro.

La atención tiende a concentrarse en aprovechar al máximo el momento actual sin preocuparse por sus posibles consecuencias a largo plazo.

El concepto de identidad se fragmenta:

Se diluye el sentido sólido de la "identidad única" para dar paso a una multiplicidad de identificaciones parciales, que se reemplazan, se desplazan y se articulan de manera desigual y combinada. Bauman indica que el concepto de “proyecto único vital” se fragmenta y se crean otras ilusiones como “anular el pasado”, “renacer” o “reiniciar” y esto, paradójicamente, se hace en nombre de la búsqueda de “lo auténtico” y de ser “uno mismo en cada momento”.

¿Estamos preparados para vivir en esta época?

Sin duda el aprendizaje continuo es necesario para seguir a flote, pero no solo es preciso adquirir conocimientos técnicos (“saber”) sino que también precisamos ejercitar habilidades que nos permitan resolver “nuevos” problemas a los que nunca antes habíamos tenido que afrontarnos.

Se les llama competencias transversales y son las que, ante una nueva situación o reto, nos permiten “saber hacer”. Entre ellas podemos destacar:

1. Inteligencia Social / Emocional:
Capacidad de detectar las emociones de los otros y conectar con ellos, facilitando las relaciones interpersonales y los trabajos en equipo.

2. Adaptabilidad
Facilidad de adaptación a nuevos medios y entornos. Capacidad de “desaprender” y eliminar “creencias limitantes”.

3. Multidisciplinar
Capacidad de comprensión de conceptos a través de varias disciplinas. El trabajador estrella en la era “líquida” es el que posee un conocimiento en forma de T, es decir es especialista en un área pero tiene la capacidad de asumir retos en una amplia gama de disciplinas.

4. Gestión de recursos
Capacidad de planificar y desarrollar proyectos y procesos de trabajo para lograr los objetivos propuestos. Deberá ser experto en reconocer que tipo de forma de pensar requiere cada tarea y adaptar los métodos de trabajo para optimizar la productividad.

5. Resolutividad
Capacidad de análisis y síntesis de las situaciones para ser rápido y efectivo en la toma de decisiones.

6. Resiliencia
Capacidad de hacer frente y superar las adversidades.

Son tiempos líquidos y anclarse en el pasado y en la experiencia adquirida ya no sirve de mucho.

Hace ya muchos años Ralph Waldo Emerson señaló que cuando uno se desliza sobre una fina capa de hielo, la salvación está en la velocidad. Bauman apunta que en el mundo volátil de la “modernidad líquida”, andar es mejor que estar sentado, correr es mejor que andar y hacer surf es mejor que correr…..

Que tengáis un buen día
Montse

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