En mi vida cotidiana,
cuando me preguntan a qué me dedico y contesto que al estudio de la creatividad
en todos sus ámbitos, observo un cambio general en los rostros de quienes
me lo preguntan. Los ojos se agrandan, las cejas se suben e incluso noto
que su atención se acentúa enormemente. A partir de ahí intuyo que he
ascendido de golpe en su particular escala de valores, que he empezado con buen
pie. Esto, ciertamente, no lo hago con esa intención, sólo estoy
describiendo la reacción más típica a la que me tienen acostumbrado.
Pero, veamos, ¿por qué
ocurre esto? Eso es lo que me he estado preguntando yo casi desde que me empecé
a interesar por este campo. Después de analizar las respuestas más usuales por
todas las partes del mundo donde he viajado, he llegado a ciertas conclusiones,
que una vez depuradas, reflexionadas y asentadas, me han dado la estructura
básica para escribir un artículo como este.
Este artículo viene
estructurado en dos partes diferenciadas. En la primera daré mis razones de por
qué creo que todo el mundo es creativo, en la línea en la que va toda mi
filosofía relacionada con este campo.
En la segunda, haré
hincapié en que aunque todos poseamos la capacidad, no todos la desarrollamos igual
ni desde luego, la utilizamos en nuestra vida diaria.
Todo el
mundo es creativo
Cuando afirmo que todo el
mundo es creativo, ni mucho menos le estoy restando importancia a la creatividad,
tan sólo estoy dejando ver algo y es que la creatividad pertenece al hombre, de
hecho, es el regalo más preciado que se nos ha concedido. Sin ella seguramente
no estarías leyendo este artículo ni tampoco lo hubiera podido escribir yo. Te
invito a que observes a tu alrededor, te detengas un momento en cualquier
objeto y reflexiones sobre él. Todo lo ha inventado el hombre, y lo ha hecho
por medio de la creatividad, ¿cómo si no?
Cualquier cosa viene por
una idea y esa idea surge en el cerebro. Todos tenemos uno, por tanto, todos somos
creativos. Soy consciente de que esto es una reducción bastante simplificadora
de la realidad y debe ser matizada convenientemente, así que me explicaré
mejor. Aunque la creatividad se ha buscado en todo el territorio cerebral,
pienso que no se ha encontrado. Tres razones espero que ayuden a entender mi posición:
1-. Es verdad
que se ha llegado a afirmar que el hemisferio derecho es nuestro hemisferio
creativo, dejando al izquierdo la parte más analítica y seria del pensamiento.
No dudo que esto no pueda ser cierto, pero según lo veo yo, la creatividad no
es tan sólo eso. Las ideas, incluso las buenas ideas, puede que surjan de una
mente más abierta, menos analítica y convencional, aunque no siempre es así.
Pero incluso aceptando esta visión, debemos recordar que la creatividad no es
sólo un proceso divergente siendo ésta tan sólo la primera fase del proceso
creativo. Una vez las ideas han fluido es estrictamente necesario una parte
analítica, más conservadora, más organizada, como lo es el hemisferio
izquierdo, donde esas ideas frescas puedan asentarse para darles forma.
El pensamiento convergente
debe ser el sucesor del divergente para que el proceso creativo sea íntegro y no
se quede en una mera tormenta de ideas sin sentido. Como diría Fromm(1963) la
primera fase es femenina, mientras la segunda, la del trabajo duro, es
masculina. Este es un problema común entre los creativos que confían demasiado
en su hemisferio derecho y desprecian el izquierdo.
Con todo esto quiero dar
evidencia de que la creatividad necesita todo el cerebro para que se
manifieste, no sólo una parte.
2-. Otra
razón por la cual la creatividad no puede encontrarse en una zona concreta es
porque existen tantas formas de creatividad como de inteligencia. El psicólogo
Howard Gardner (1983,1993,1995) en su teoría de las inteligencias múltiples, propone
que la inteligencia no es una entidad unitaria sino más bien una colección de
ocho inteligencias diversas. Según esta perspectiva las personas pueden ser
inteligentes de manera diversa. Por tanto un músico sería inteligente de un
modo distinto a un escritor y éste lo sería a un arquitecto.
Por tanto, habría varias
inteligencias y cada uno estaría más dotado en una de ellas. Aunque tengo mis críticas
sobre esta teoría, me gusta para ejemplificar el caso de la creatividad. Tal
como sugiere Gardner con la inteligencia, ocurre lo mismo con la creatividad,
es decir,no existe sólo un tipo de creatividad.
Yo, al igual que Gardner,
estoy de acuerdo en que no hay sólo un tipo, pero difiero enormemente en el número
de ellas. Gardner nos da un número (ocho) para luego ir ampliándolo según va
investigando, y sinceramente ya no sé ni por dónde va. Yo no cometeré tal
imprudencia, a mi modo de ver, y no daré ninguna, no por miedo a equivocarme en
el número, sino porque estoy convencido de que hay tantas como la mente quiera
y desee. Si hubiera un número ya no estaríamos hablando de creatividad.
La creatividad se
reinventa a sí misma y no deja de sorprendernos. Cualquier parte cerebral puede
ser digna de esa chispa, de esa asociación de ideas, de esa curiosidad que hace
falta para encender el fuego creativo. Cualquier estímulo puede ser recogido
por nuestros sentidos, y debemos saber que existe una parte diferenciada en
nuestro cerebro para recoger esos estímulos dependiendo de nuestro sentido receptor.
3-. Por último,
la razón más importante de todas. Aquí es donde el experto respira tranquilo y
el neófito se sorprende, pero allá va: la creatividad no puede ser encontrada
en el territorio cerebral porque sencillamente no está. Y no es que no esté por
nada concreto, no está porquela creatividad no es una cosa material,
es un forma inteligente de pensar.
Y esto nos hace darnos
cuenta de que al ser una forma inteligente de pensar, no puede estar reducida a
un parte concreta, y por tanto necesita de todo el cerebro para poder cumplir
con todo el proceso creativo.
Creativo
vs creador
Algo que ciertamente
debemos tener claro es la gran diferencia que hay entre ser creativo y ser
creador.
Como he ido exponiendo a
lo largo de esta primera parte, todo el mundo es creativo en mayor o menor medida,
pero de ahí a que la gente utilice esa capacidad para realmente crear, dista
bastante. Crear algo, no es sencillo. Y no lo es porque ya no requiere
únicamente creatividad, sino que otras variables como la constancia, el
esfuerzo o la motivación intrínseca, entran en este apasionante juego para
complicar aún más todo el proceso.
Y es que el hecho de crear
algo requiere mucho trabajo mental, tanto es así que emociones, actitudes, conexiones
de conceptos o la memoria, se añaden a la creatividad para poder hacerlo. Por
tanto decir que alguien es muy creativo no equivale a que esa persona pueda
crear algo. Una buena idea no es más que eso hasta que se trabaja con ella y
pasa por todo el proceso creativo.
La primera chispa, la idea
novedosa, sólo es el principio de un largo recorrido. Por eso, hay más gente creativa
que creadores. La diferencia, como decía Picasso, es el trabajo que hay detrás
de esa idea. Y no todo el mundo está dispuesto a ello.
AsÌ que en conclusión
parece que todo el mundo tiene la capacidad de crear, es una capacidad innata, pero
el cerebro se vuelve cómodo a causa de los hábitos de la vida cotidiana. Por
eso tenemos que romper esos moldes y trabajar esa creatividad en cualquier área
de nuestra vida. El simple hecho de reflexionar por qué hacemos algo o por qué
pensamos esto toda la vida, puede que nos lleve a reflexiones diferentes y con
ello a territorios hasta ahora inexplorados por nosotros. Con la imaginación
podemos ir a donde queramos, ¡y gratis! A ver quién dice luego que para viajar
hace falta mucho dinero.
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