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Paranoia
Con frecuencia se utiliza de manera informal el término paranoia con varias acepciones diferentes y no siempre coincidentes. Cuando se dice "estoy cogiendo una paranoia" se puede estar queriendo expresar cosas distintas: "estoy cogiendo un enfado, una manía,... o simplemente un miedo ante un examen". De la misma manera cuando se acusa a otro, en un tono unas veces irónico y otras irritado: "¡eres un paranoico!" se puede estar queriendo decir cosas distintas sobre esa persona. Desde llamarle desconfiado hasta obsesivo, podemos querer decir que es avaro, receloso, precavido o simplemente insinuamos que tiene mal carácter y nos "cae" mal. El sentido, por tanto, que muchas veces damos a la palabra paranoia va a depender de nuestra particular interpretación del término y de la situación en la que nos encontremos en ese momento, inclusive de nuestro estado de ánimo. Sin embargo la paranoia tiene un significado muy concreto en Psiquiatría, que no siempre coincide con el nuestro.
Vamos a intentar acercarnos un poco a este concepto médico de paranoia y a diferenciar el manejo informal o popular que hacemos del término, y que podemos seguir haciendo, de lo que es una verdadera enfermedad mental que, sin ser de las mas frecuentes, tiene una incidencia poblacional significativa.
¿Qué es en realidad la Paranoia? Definición
En la Clasificación Internacional de Enfermedades, en su apartado psiquiátrico, se sitúa la Paranoia entre los llamados Trastornos de ideas delirantes. Son trastornos psicóticos, esto es, enfermedades parecidas a la Esquizofrenia pero diferentes de ella, en las que se produce un quiebro de la realidad y el enfermo crea una nueva dentro de su mente.
La Paranoia y los demás Trastornos de ideas delirantes, como su propio nombre indica, se caracterizan principalmente por la presencia de delirio o ideas delirantes, que pueden definirse como falsas creencias de diferentes temáticas o contenidos (existen delirios de perjuicio, de grandeza, de enfermedad, de seducción, de ruina... y de muchos mas temas) que se basan en una incorrecta valoración de la realidad exterior. Es característico que las creencias delirantes se mantengan firmes y no sea posible rebatirlas con una argumentación lógica, por ejemplo el caso de un delirio de filiación, en el que la persona delirante esta convencida de ser hija del rey de Marruecos, por ejemplo, a pesar de toda clarísima evidencia en contra o en una megalomanía o delirio de grandeza autoproclamarse, con certeza rotunda, elegido de Dios y capaz de prodigios extraordinarios. Estas ideas, evidentemente, no son compartidas por el medio sociocultural de la persona que las presenta, ni se explican por creencias religiosas. Algunas veces se trata de una idea única y otras de complejísimos entramados delirantes.
En el caso concreto de la Paranoia la temática del delirio es el perjuicio. Suele ser un delirio bien estructurado en el sentido de que el sujeto que lo padece se siente victima de las acciones de una persona o de varias personas o de una institución, cree que actúan en su contra con ánimo de perjudicarlo, con un entramado argumental comprensible, pero no real, con el que intenta justificar su delirio. Es el caso, por ejemplo, de un trabajador que a raíz de un comentario inocente entre dos compañeros de oficina, que interpreta de forma errónea, empieza progresivamente a recelar, a sentirse perseguido por la empresa las 24 horas al día, culpándolo, según cree, de algo que no ha hecho. El paciente paranoico siente que hay cámaras y micrófonos para vigilarle, aunque no los ve y puede incluir en su delirio a vecinos e incluso desconfiar de sus propios familiares, en una enorme confabulación que a todas luces es errónea y patológica, pero que altera toda su forma de vida previa, pudiendo llegar a presentar claras alteraciones de conducta y agresividad.
El paciente esta totalmente seguro de la certeza de sus creencias y no se le puede convencer de su error mediante el razonamiento lógico. Esta es la base de todo trastorno delirante.
¿Por qué se vuelve una persona paranoica? ¿Cuáles son las causas?
La desconfianza, mas o menos exagerada, un cierto rasgo paranoide, es una característica de personalidad y tiene una graduación entre lo normal y lo patológico. Así la desconfianza en si misma solo refleja una actitud y no es una enfermedad. En realidad todos tenemos ciertos rasgos paranoides que nos pueden proteger frente al medio en situaciones de riesgo, sin mermar nuestra cordura.
Pero una acentuación de estos rasgos paranoides de personalidad, la desconfianza por sistema suele encontrarse en los afectados de Paranoia y no es raro descubrir en estos sujetos antecedentes de suspicacia fácil, creencias exageradas de las posibilidades agresivas del prójimo, vivencias de hostilidad con respecto al entorno y resentimiento. Son frecuentes también la rigidez y el autoritarismo, como rasgos de carácter previo, con mala tolerancia a que se les lleve la contraria y dificultades para la autocrítica.
También son frecuentes cierta frialdad emocional previa al desarrollo de la enfermedad, presencia de egocentrismo, problemas en las relaciones interpersonales y dificultades de diversa índole en la esfera sexual. Es mas frecuente entre solteros y divorciados.
Las escuelas psicoanalíticas han entendido los síntomas paranoides como un intento adaptativo para suplir determinadas carencias (los temas paranoides, centrados en el perjuicio, el daño y la persecución son las manifestaciones psicopatológicas mas arcaicas, mas antiguas, en nuestra evolución cono seres humanos y por eso mas regresivas que las que aparecen en la neurosis y en la depresión) con que el paciente se protege frente a una depresión y es frecuente que aumenten las ideas paranoides al tiempo que disminuye la sintomatología depresiva y viceversa.
La paranoia suele presentarse en el adulto mayor y es mas frecuente en los ancianos. Lo favorece el aislamiento por lo que tienen más riesgo aquellos ancianos que viven solo, sobre todo si son mujeres. Son característicos los delirios de sordos, sordomudos y ciegos, por lo que la deprivación sensorial se considera un factor de riesgo. Al no ver ni oír bien, malinterpretan lo que perciben de forma deficiente y pueden llegar a construir explicaciones delirantes. Cualquier cuadro mas o menos crónico o prolongado o cualquier situación de agotamiento psíquico, enfermedad física, e incluso el propio envejecimiento favorecen la presentación de síntomas.
¿Cómo se diagnostica una Paranoia? ¿Cuándo ir al médico?
Ante la sospecha de un delirio, como los descritos previamente, un paciente debe ser evaluado siempre por un médico, preferiblemente un especialista en psiquiatría. El diagnostico se iniciará con la historia clínica en la que se identificarán los antecedentes de cuadros similares y los rasgos paranoides de personalidad, así como la sintomatología delirante que se presente en ese momento. Lo característico es que la presenten durante al menos 1 mes y que el contenido sea, generalmente de perjuicio, daño y persecución, que son las manifestaciones clínicas mas frecuentemente observadas. El paciente afectado de Paranoia mantiene conservado un juicio correcto sobre todos aquellos aspectos que no afecten al contenido delirante, no presenta alucinaciones y puede funcionar bien en tanto no se roce el tema de sus ideas delirantes.
Además, se considera necesaria una exploración general y neurológica dentro del proceso diagnostico y en ocasiones deben efectuarse exploraciones complementarias tales como análisis de sangre, iones, pruebas de función hepática y tiroidea, electrocardiograma, radiografía de tórax o pruebas de neuroimagen como TAC o RMN, para descartar de manera razonable la presencia de enfermedad somática, medicación, consumo de tóxicos o enfermedad psiquiátrica (depresión, manía, demencia..) Como causa del delirio. La paranoia es, por definición, un trastorno delirante primario, esto es que no es causada por una enfermedad mental orgánica ni por un trastorno afectivo como la depresión y en su evolución no se asocia a deterioro cognitivo.
¿Cuál es su tratamiento? ¿Tiene solución?
El psiquiatra confirmará el diagnostico, iniciará el tratamiento farmacológico con neurolépticos y seguirá la evolución del cuadro, pero hemos de saber que el paciente con paranoia no suele tener conciencia de estar enfermo y por tanto, en general, no acude espontáneamente al médico y es la familia quien tiene que hacer el esfuerzo de llevarlo. En ocasiones puede ser necesario un ingreso en un hospital psiquiátrico dependiendo de la intensidad de los síntomas delirantes, de los riesgos de conductas agresivas para el o para otros, o de la resistencia al tratamiento farmacológico en episodios anteriores.
Debe investigarse la presencia de factores somáticos que actúen como desencadenantes o mantenedores de los síntomas delirantes. Debe favorecerse un mundo propio de relaciones familiares y sociales. El cumplimiento y adherencia al tratamiento suele ser mejor en paranoides de edad más tardía por que los ancianos suelen confiar en el médico si este sabe darles apoyo y confianza. No deben esperarse grandes resultados con el tratamiento farmacológico, lo más probable es que solo se atenúe el delirio y en consecuencia repercuta menos en la vida del paciente, pero no siempre se consigue que desaparezca. Hay que propiciar apoyos para las familias que puedan sufrir las repercusiones del delirio del paciente, y en ocasiones ha de orientarse sobre recursos socio-sanitarios a largo plazo.
¿Qué consecuencias puede tener? ¿Cómo podemos prevenirla?
En general tenemos que contar que estamos ante un trastorno crónico que con frecuencia no va a remitir del todo, sobre todo en las personas mas mayores y es, por tanto, necesario prepararse para la posibilidad de convivir con una persona difícil, fundamentalmente familiares, vecinos, compañeros de trabajo, medico, etc. Las claves para ello es ganar confianza en uno mismo y reforzar la autoestima aprendiendo a valorar lo que se hace bien, teniendo pensamientos realistas y positivos, recordando que "lo mejor puede ser enemigo de lo bueno" y procurando no exigirse o castigarse por los errores sino reconocer que nadie es infalible. Ante el paciente intentar evitar el tema delirante, no contradecirlo en ese aspecto pero tampoco seguirle la corriente e intentar prevenir conductas violentas.
La prevención de la paranoia debería empezar en la infancia. Los humanos somos por naturaleza seres sociales, aunque este rasgo en otras ocasiones está oculto detrás de la inseguridad. Debemos aprender a confiar en el otro demostrando nosotros que somos honestos, coherentes y responsables y educar en estos valores a nuestros hijos. Las relaciones se hacen mas profundas y sinceras a medida que les dedicamos más tiempo y nos arriesgamos a ser como somos, compartiendo con los demás sinceramente lo que pensamos y sentimos, animándolos a hacer lo mismo. El humor y la risa influyen directamente en nuestro estado de ánimo y en nuestra autoestima. Es importante cultivar el buen humor y aprender a reírse de uno mismo para mantener una visión objetiva del mundo y prevenir conductas paranoides
Trastorno de personalidad paranoica
Es una afección psiquiátrica en la cual una persona presenta desconfianza y recelos de los demás en forma prolongada, pero no tiene un trastorno psicótico completo como en la esquizofrenia.
Causas, incidencia y factores de riesgo
Las causas del trastorno de personalidad paranoica se desconocen. El trastorno parece ser más común en familias con trastornos psicóticos, como la esquizofrenia y el trastorno delirante, lo cual sugiere que los genes pueden estar involucrados. Sin embargo, los factores ambientales también pueden jugar un papel.
La afección parece ser más común en los hombres.
Síntomas
Las personas con un trastorno de personalidad paranoica son altamente recelosas de los demás y como resultado limitan su vida social de manera drástica.
Con frecuencia piensan que están en peligro y buscan pruebas para apoyar sus sospechas. Las personas con este trastorno tienen dificultad para ver que su desconfianza es desproporcionada para su entorno.
Los síntomas comunes abarcan:
•Preocupación porque los demás tienen motivos ocultos
•Expectativa de que serán explotados por otros
•Incapacidad para trabajar junto con otros
•Aislamiento social
•Desapego
•Hostilidad
Signos y exámenes
Como con otros trastornos de la personalidad, el trastorno de personalidad paranoica se diagnostican sobre la base de una evaluación psicológica, al igual que los antecedentes y la gravedad de los síntomas.
Tratamiento
El tratamiento es difícil debido a que las personas que padecen este trastorno a menudo sienten extrema desconfianza de los médicos. Si el tratamiento se acepta, los medicamentos y la psicoterapia con frecuencia pueden ser efectivos.
Expectativas (pronóstico)
El pronóstico generalmente depende de si la persona está dispuesta a aceptar ayuda. La terapia y los medicamentos pueden reducir la paranoia y limitar su impacto sobre el desempeño diario de la persona.
Complicaciones
•Aislamiento social extremo
•Interferencia con el trabajo
Situaciones que requieren asistencia médica
Si la desconfianza está interfiriendo con el trabajo o las relaciones interpersonales, consulte con un médico o un profesional en salud mental.
Nombres alternativos
Trastorno de personalidad paranoide