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Neurosis
La neurosis: enfermedad social
¿POR QUÉ HABLAR DE LA NEUROSIS?
El propósito de este escrito es tratar a la neurosis, conocida enfermedad emocional, como un fenómeno social de gran trascendencia, la cual no ha sido canalizada todavía por las instituciones que se encargan de los problemas de salud pública. En primer lugar, mi interés por hablar de la neurosis es recalcar que ésta no es solo una enfermedad exclusiva de un puñado de personas desafortunadas, sino que cada vez es mayor el número de personas afectadas por este padecimiento; por otro lado, los síntomas de la neurosis son tan sutiles que la mayoría de las veces no nos damos cuenta de que la padecemos.
También es cierto que cuando un individuo llega a la aceptación de que es neurótico - lo cual no es un camino fácil, como veremos después - se ve envuelto en una serie de conflictos para buscar ayuda y comenzar una terapia; el primero de estos conflictos es quizá el miedo a la estigmatización que la sociedad hace a las personas que recurren a psicólogos o algún otro tipo de ayuda. Algunas instituciones como Neuróticos Anónimos tienen en el anonimato uno de sus preceptos básicos por las razones antes expuestas. Hay otro tipo de instituciones que son privadas y costosas en donde también se mantiene en secreto la identidad de los pacientes.
Puede considerase a la neurosis como un primer aviso de que la persona sufre alteraciones en su conducta que pueden ser graves o, incluso, que pueden afectar a los demás; es ahí donde la neurosis tiene que ser analizada como una enfermedad de carácter social, pues ya no se trata de un pequeño grupo de personas "afectadas", sino de una comunidad, una ciudad o un país entero sufriendo las consecuencias de tan devastadora enfermedad.
En la literatura psicológica - al igual que en la sociológica - nos encontramos con que hay tantas definiciones de enfermedad y de salud mental casi como autores. Vamos a comenzar analizando diferentes definiciones de enfermedad y salud mental, continuando con las causas, los mecanismos y las consecuencias de la neurosis, así como un breve relato de cómo han ido evolucionando los conceptos de enfermedad y salud mental. Finalizaremos nuestra investigación hablando de algunas terapias para las personas neuróticas - aunque de manera muy somera, pues no estamos haciendo un tratado de psicología - y de cómo funcionan en el individuo, acompañadas con un pequeño pero conciso análisis.
"SOY UN ENFERMO NEUROTICO, EMOCIONAL Y MENTAL"
Cuando uno asiste a alguna reunión de algún grupo de Neuróticos Anónimos por primera vez, queda quizá la confusión de los términos que ahí se manejan. Por ejemplo, algunos dicen que son enfermos neuróticos, otros más, que son enfermos mentales, aunque la mayoría se confiesa un enfermo emocional. ¿Qué es pues la enfermedad emocional, mental y la neurosis? Vamos primero a definir a la salud y enfermedad mental.
Freud fue uno de los primeros en definir a la "conducta normal"(1), término que podríamos considerar como salud mental, si se nos permite actualizar sus palabras; para él, la salud mental consistía en una participación consciente y activa del individuo en cuanto a que acepta la realidad que lo rodea, sin negarla como en el caso del neurótico además de que el individuo sano mentalmente es capaz de transformar su entorno objetivamente y no en su imaginación.
Por otro lado, podemos encontrar en las nuevas corrientes de la psicología diferentes criterios para definir lo que es enfermedad y salud mental; algunos de ellos son la inadecuación cultural, el malestar subjetivo, la deficiencia psicológica, el criterio estadístico y el criterio normativo, entre otros.
La inadecuación cultural retoma estudios antropológicos que demuestran que nuestro concepto de normalidad en otra persona depende de valores y tradiciones de la cultura en que estemos inmersos, es decir, los valores de la cultura X pueden ser malos para la cultura Y viceversa; es por eso que un individuo de la cultura X no podrá sentirse "adecuado" estando dentro de la cultura Y. Un ejemplo claro es el siguiente : en Argelia las mujeres llevan velos y van totalmente cubiertas al salir a la calle, ahora imaginemos a una sueca obligada a vivir en esta cultura ; es obvio que la sueca va a revelarse a esta costumbre, pero no podemos considerarla neurótica o loca por este simple hecho. Por lo tanto, la inadecuación cultural no puede tomarse como un criterio absoluto para definir a la salud o enfermedad mental.
El malestar subjetivo se utiliza para designar las emociones o experiencias internas que siente una persona, pero que los demás no pueden observar directamente. Podría considerarse como un criterio más cierto, pero algunas personas con desequilibrios mentales graves niegan sentir algún tipo de malestar emocional al cometer asesinatos, violaciones, etc. Por esto es que tampoco podemos considerarlo válido .
La deficiencia psicológica se refiere a las conductas que el individuo externa; un estudiante brillante que de pronto comienza a bajar sus calificaciones, un profesionista exitoso de repentinamente fracasa o una persona alegre que comienza a ser retraída y taciturna, son ejemplos de deficiencia psicológica, la cual no les permite desenvolverse en sus respectivos roles como ellos quisieran.
El criterio estadístico considera la relatividad de los conceptos de enfermedad y salud mental. Este criterio surge - al igual que el de inadecuación cultural - de los estudios en antropología cultural sobre los diferentes pueblos, costumbres y estilos de vida de la humanidad. Siguiendo la línea de pensamiento del criterio estadístico, la persona sana es la que se encuentra adaptada a la cultura de la sociedad en donde vive, a diferencia de aquella que no se adapta y se revela contra lo establecido. En este punto hay un debate acerca de lo que debe considerarse salud y enfermedad mental, pues algunos autores ponen en duda si la adaptación del grueso de la sociedad a la cultura que muchas veces les es impuesta no raya en la enajenación, pues hay personas que aceptan de buen grado las normas que existen en su comunidad, pero a pesar de eso, sufren inhibiciones, ansiedad y son infelices no obstante que su conducta externa corresponde a la cultura en la que viven.
El criterio normativo se refiere a analizar el comportamiento del individuo dentro de un conjunto de normas, llámense estas morales, éticas, religiosas o jurídicas. La salud o enfermedad mental dependerá de que el individuo se conduzca dentro de ellas o no, respectivamente. Es este el criterio más débil e inadecuado que existe pues las normas pertenecientes a una cultura determinada - morales, éticas, religiosas y jurídicas - están en constante cambio, no son estáticas
Como hemos visto, quizá ninguno de los criterios anteriores pueda ser suficiente por sí mismo para dar una definición precisa. Barclay Martín nos da una definición que nos podría parecer más acertada: "En resumen, podemos afirmar que la mayoría de las formas de conducta anormal son inadecuadas desde un punto de vista cultural, que se acompañan de malestar subjetivo y reflejan una deficiencia psicológica, una disminución de la gama de respuestas que hace difícil enfrentarse a las exigencias y tensiones de la vida". Como observamos, Martín utiliza la conjunción de los tres primeros criterios analizados.
Una fuente que es importante citar es la de la Organización Mundial de la Salud, la cual nos dice que la salud mental es el estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad. Esta definición se nos antoja muy vaga, porque tal vez el individuo neurótico crea que encaja aquí a la perfección al no sentir ningún malestar físico, mental ni social - recuérdese lo hablado en el criterio de malestar subjetivo -.
Considerando que alguna vez hemos tenido la necesidad de saber qué significa exactamente el término neurosis, quizá podamos consultar un diccionario o una enciclopedia con la intención de salir de dudas. Las siguientes definiciones provienen de dos conocidas publicaciones: la enciclopedia Grolier y el diccionario Larousse. En Grolier encontramos que "en la teoría psicoanalítica clásica, la neurosis es una clase de desorden caracterizado por patrones de pensamiento, sentimientos y actos inadaptados...". El dicccionario Larousse nos dice del término neurosis que es una "enfermedad caracterizada por trastornos nerviosos sin lesiones orgánicas y por trastornos psíquicos de los cuales el enfermo es consciente". Tales son los conceptos que podemos consultar en publicaciones no especializadas. Pero si nos vamos a leer literatura específica - como la anterior - nos vamos a dar cuenta de que no es tan fácil encontrar una definición de quienes sí son neuróticos y quienes no (recuérdense los diferentes criterios para definir la enfermedad y la salud mental) En la literatura de N.A. (Neuróticos Anónimos) encontramos todo lo anterior: tanto definiciones de la enfermedad como criterios para saber quién la padece y quién no.
N.A. produce literatura para que los miembros de sus grupos dispongan de este material y puedan enterarse de qué es la enfermedad emocional, por qué están enfermos y cómo curarse. Parece muy simple así como lo relatamos, pero no lo es. Más adelante veremos cómo funciona esta agrupación en el individuo que reconoce ser neurótico. Lo que ahora nos interesa es conocer la definición que N.A. tiene de la enfermedad y salud mental. Ellos llaman enfermedad emocional y mental al padecimiento que aqueja a los neuróticos; la enfermedad emocional es a su vez una enfermedad espiritual y afirman que lo que tienen enfermo es el espíritu porque no hay síntomas de malestar ni en el cuerpo ni en la mente pues han sido capaces de desempeñar su trabajo y actividades cotidianas si tenían la obligación de hacerlo.
Además, al decir que la enfermedad emocional es espiritual no se refieren a algo místico e inexplicable porque el espíritu de una persona es entendido como "la suma de sus emociones, pensamientos, actitudes, creencias, sentimientos y todo lo que haga actuar - al enfermo - del modo en que él lo hace". Por otro lado, afirman que la enfermedad emocional está dentro de la persona que la padece y no debido a causas externas pues es la actitud que toma una persona ante la vida lo que acusa la enfermedad o la salud mental. N.A. cuenta con un "autodiagnóstico" para que la persona que se acerca por primera vez al grupo lo conteste y sepa si es un neurótico o una persona sana. Este autodiagnóstico consiste en una serie de preguntas que la persona debe de contestar en absoluta soledad y con la mayor sinceridad posible; así, nadie le va a decir si es un enfermo emocional o no porque no hay ningún profesional en estas agrupaciones que este ahí con ese propósito; si acude alguna vez a un grupo de anónimos, usted tendrá la última palabra.
Como pudimos ver, la mayoría de las veces no se establece una diferencia precisa al hablar de enfermedad mental, enfermedad emocional y neurosis. Casi todos los autores contemporáneos las toman como sinónimos y, creo que en correspondencia y para fines de un mejor entendimiento, nosotros debemos hacer lo mismo.
ESPACIO Y TIEMPO DE LA ENFERMEDAD MENTAL
La enfermedad mental siempre ha existido en todo el mundo y en todas las épocas, aunque con sus variantes en cuanto a conceptos y definiciones. En algunos escritos de la antigüedad se leen algunas descripciones de ataques convulsivos (epilepsia), estados hiperactivos y de excitación (manías), reacciones de tristeza (depresión), graves perturbaciones del pensamiento (esquizofrenia), temores infundados (fobias). Las personas que vivían en estas épocas, en una cultura muy distinta a la nuestra y con otra manera de raciocinio, encontraron en la posesión diabólica la explicación a todo este tipo de fenómenos. Hace aproximadamente 6000 años, se cree que se practicaba la trepanación del cráneo con el propósito de expulsar por ahí a los demonios y liberar a la persona de la posesión; en este procedimiento se utilizaban instrumentos de piedra para abrir un agujero grande en el cráneo para expulsar a los espíritus malignos.
Es hasta la cultura griega en que se trata de encontrar una explicación más real de la enfermedad mental; el médico griego Hipócrates (460-377 a. C.) fue el primero en proponer una explicación naturalista pues al referirse a la epilepsia dijo: "Creo que de ninguna manera tiene un origen divino ni sagrado, sino que procede de una causa natural...si abren el cráneo del enfermo, verán que el cerebro se encuentra húmedo, lleno de sudor y que despide mal olor. Esto demuestra que no es un Dios quien daña el cuerpo, sino la enfermedad." Los médicos griegos y romanos como Asclepiadeo, Areteo y Galeno continuaron esta tradición naturalista hasta antes de 200 a. C. época en que las teorías demonológicas cobraron una nueva fuerza.
Durante la Edad Media sucedieron toda una serie de fenómenos inexplicables, pues se tienen datos de que aproximadamente en el año de 1374 la gente comenzó a practicar una especie de danza frenética que en Italia fue llamada tarantismo (pues se creía que era debido a una mordedura de tarántula), y en otras partes de Europa se conoció como el Baile de San Vito, porque en 1518 los danzantes fueron enviados a la capilla de San Vito para implorar la curación. La danza, que se fue convirtiendo en un ritual, consistía en un número grande danzantes (pertenecientes a las clases populares) que utilizaban guirnaldas en la cabeza, se fajaban ropa o toallas o iban semidesnudos y bailaban sin parar hasta que poco a poco caían en éxtasis y se arrojaban violentamente al suelo sufriendo convulsiones y sacudidas hasta quedar inconscientes.
También durante esta época, los médicos que trataban a pacientes con enfermedades mentales combinaban algunas ideas tradicionales, doctrinas de la cultura grecorromana, de la astrología, de la alquimia y plegarias de su época para curarlos. El exorcismo (palabra derivada del griego que significa expulsión) surgió al principio como una ceremonia sencilla para curar a las personas "poseídas". Pero al finalizar el siglo XV, se despertó una persecución implacable a las brujas pues se temía que cada vez más gente practicara ritos diabólicos. Esta tendencia continuó por lo siguientes 200 años. Los ritos y maniobras con que los médicos y clérigos expulsaban a los demonios fueron adquiriendo cada vez más complejidad. Estaba permitida la flagelación, inanición, inmersión en agua hirviendo entre otros métodos.
En un principio, se hacía una diferencia entre la persona poseída en contra de su voluntad y aquella que practicaba los ritos satánicos por gusto, pero con el tiempo esta distinción desapareció y se perseguía a toda persona que mostrara una conducta un tanto extraña o extravagante. De ahí el origen de tribunales como el de la Santa Inquisición.
Johann Weyer (1515-1588) captó las causas naturales de algunas psicopatías que en su época eran consideradas "cosas del demonio". Su método consistía en una observación clínica, sin ningún influjo de superstición y un respeto al ser humano. En su opinión, muchas de las llamadas brujas, no eran más que víctimas de trastornos mentales que necesitaban atención y tratamiento médico.
Otro personaje que habló abiertamente sobre la falsedad de la demonología fue Reginald Scott (1538-1599), quien expuso las falsedades que encerraban la hechicería y la demonología en su libro "The discovery of Witchcraft" que se publicó en 1584. En ese escrito negó que los demonios fueran los causantes de las enfermedades mentales.
Las primeras instituciones dedicadas a la atención de los enfermos mentales fueron llamadas asilos y nacieron casi todas en los monasterios; en un principio los asilos eran lugares en donde los enfermos mentales encontraban alimento, techo y atención esmerada, pero con el tiempo degeneraron para convertirse en almacenes enfermos, sobre poblados, ruidosos y sin higiene. Algunos de ellos fueron el Hospital Bethlehem en Inglaterra (1547) y la Torre de Lunáticos en Viena (1784)
Entre los siglos XVIII y XIX empiezan a surgir una serie de figuras del mundo de la medicina que sentarían las bases de la moderna investigación psiquiátrica. Philippe Pinel fundó un hospital para dementes en 1792, llamado La Bicetrê en París. Su terapia consistió en quitar las cadenas a los enfermos y tratarlos con bondad y respeto. Algunos de estos pacientes abandonaron el hospital pues fueron sanados con sus métodos. Pinel aportó lo que llamamos registros sistemáticos, pues acostumbraba a entrevistar a sus pacientes tomando notas de estas conversaciones y de todo lo que se relacionara.
Hacia mediados del siglo XIX, aparecen algunos médicos convencidos de que las enfermedades mentales tienen una causa orgánica. Esta corriente fue enfocada hacia lo orgánico. Wilhelm Griesinger (1817-1868) afirmó que las enfermedades mentales se debían a lesiones subyacentes en el cerebro. El psiquiatra francés Morel (1809-1873) postuló que éstas son consecuencia de un deterioro cerebral que a su vez es causado por una debilidad nerviosa hereditaria. Emil Kraepelin (1855-1926) proporcionó un sistema taxonómico que aún está vigente en la psiquiatría actual; Kraepelin buscó a individuos con síntomas particulares, aquellos cuya enfermedad tuviera un inicio, curso y resultados similares.
Después combinó los patrones de síntomas en dos grandes grupos: psicosis maniaco-depresiva y demencia precoz. Tiempo después incluyó una tercera categoría, la paranoia. Su obra fue importante debido a que permitió estudiar las causas y el tratamiento de la enfermedad mental en forma más racional. Con el tiempo, algunos médicos comenzaron a investigar las causas de las parálisis y descubrieron que algunas bacterias encontradas en el cerebro de los enfermos eran las causantes. Con este argumento, los médicos que apoyaban que las enfermedades mentales eran de origen orgánico creyeron haber descubierto la verdad. Ahora era solo cuestión de esperara a encontrar a las demás bacterias que causaban las psicopatías.
En la época moderna encontramos los primeros intentos por darle una explicación psicológica a la enfermedad mental. Anton Mesmer (1734-1815) estaba convencido de que los astros influían en la conducta de las personas y de que el flujo magnético llenaba al universo. Cuando una persona pierde el nivel adecuado de este líquido, aparecen los síntomas físicos. Expulsado de Viena por sus prácticas de la medicina, se establece en París, en donde hace una numerosa clientela. Su método de curación consistía en reunir a los pacientes en su consultorio en el cual había una enorme bañera que se hallaba cubierta con cristal y rellenos de hierro de los que salían varillas que se aplicaban en las zonas enfermas del cuerpo del paciente. La atmósfera que recreaba en sus sesiones causaba una honda impresión en sus pacientes por el aire de misticismo que ahí reinaba. Muchos de ellos salían de sus consultas realmente aliviados de sus dolores y sufrimientos. En 1784, un comité de hombres de ciencia y políticos (entre ellos Franklin, Guillotin, Lavoisier) tuvieron por encargo investigar los métodos de Mesmer ; llegaron a la conclusión de que era un charlatán. Mesmer cayó en el descrédito y tuvo que abandonar París. Pero de todo esto hay algo que es interesante observar: el hecho de que algunos síntomas orgánicos fueron eliminados mediante la imaginación. Fue debido a esto que sus técnicas despertaron interés y polémica y mesmerismo se convirtió en una palabra para designar los procedimientos con que se inducen trances y otros estados de alteración de la conciencia. Pasado el tiempo, los fenómenos anteriores fueron conocidos como hipnosis.
Charcot (1825-1893) era un distinguido neurólogo francés; empezó a interesarse en la naturaleza de la histeria y a hacer estudios detallados. El observó varias formas en que los síntomas histéricos tendían a distinguirse de otros análogos, resultantes de causas orgánicas obvias. Aunque en un principio se había inclinado a pensar que los padecimientos físicos de los enfermos mentales debían tener una causa orgánica, abandonó estas posturas al observar pacientes completamente sanos pero incapaces de efectuar actividades normales. Charcot efectuó demostraciones en donde hipnotizaba a pacientes histéricos
Suprimiendo los síntomas que éstos sufrían. Así, la opinión de que los factores psíquicos intervienen en la creación de algunos síntomas orgánicos fue ganando más aceptación a finales del siglo XIX.
Un joven estudiante proveniente de Viena pasó el año de 1885-1886 en el hospital de Charcot observando sus métodos de investigación, su nombre era Sigmund Freud.
EL ORIGEN, LA ETIOLOGIA Y LOS MECANISMOS.
Dejamos nuestro recorrido anterior en Freud, por considerar que de él en adelante, la psicología se divide en diferentes corrientes que serán tema de nuestro análisis. En este apartado, vamos a analizar el origen y las causas de la neurosis; no pretendemos ahondar en el tema, sino tratar de dar una explicación de cómo un individuo puede ir desarrollando la enfermedad, hasta convertirse en una persona con graves problemas de conducta.
Encontramos en Freud que la neurosis es el resultado de un conflicto entre el individuo y su medio, conflicto que nace a consecuencia de una negación en la persona atender una poderosa tendencia dominante que existe dentro de ella misma y procurarle una descarga. En la teoría de Freud, los síntomas neuróticos resultan de la interacción entre los impulsos instintivos que luchan por manifestarse y las estrategias defensivas. La persona se defiende por medio de mecanismos de represión sin ningún resultado. Por otro lado, Freud nos dice también que la etiología común de la enfermedad mental es siempre la frustración, el incumplimiento de deseos infantiles, jamás dominados y que se arraigaron hondamente en la mente del enfermo. La neurosis extrae del mundo de la imaginación y de la fantasía el material necesario para sus productos, hallándolos por medio de la represión a épocas reales anteriores y más satisfactorias. El mecanismo que se activa en la neurosis, según Freud, es no solo una pérdida de la realidad, sino una sustitución de ella. En consecuencia, la neurosis es una expresión de la rebeldía contra el mundo exterior, una incapacidad para adaptarse a la realidad.
Otro enfoque clásico pero distinto de Freud, nos lo da Karen Horney. En ella no encontramos precisamente una definición de la neurosis, sino una serie de situaciones que la causan, pues para Horney, la mayoría de los trastornos neuróticos provienen de una ansiedad que el individuo trae consigo desde la niñez. El niño siente hostilidad hacia sus padres por las órdenes que estos le imponen, las cuales le causan profundas frustraciones. El problema comienza cuando estos sentimientos hostiles son muy intensos pues el niño se alejará de sus padres quedándose sin el amor y las atenciones que necesita. El niño así afectado continúa creciendo de esta manera hasta llegar a ser un adulto que recurrirá a todo tipo de mecanismos de defensa para no sentirse desamparado y sin afecto.
Para Fromm, el enfermo neurótico es aquel individuo que no se deja someter, que no estuvo dispuesto a perder su identidad en aras de la adaptación y de la "normalidad" dentro de la sociedad. Resulta entonces que el neurótico, no pudiendo ir en contra de la corriente de la sociedad, se retrae y refugia en la enfermedad, en la neurosis.
Otro punto de vista que es imprescindible considerar es el de Foucault. Para él, la neurosis se desarrolla en el individuo que vive en cierto medio y que posee ciertas características psicológicas. No todos los individuos de una misma comunidad son neuróticos pues existen ciertas condiciones sociales en el medio en donde viven que los hacen más vulnerables a sufrir la enfermedad.
Desde el punto de vista de algunos autores contemporáneos, la neurosis tiene su origen en las desigualdades de clase o en la sociedad tan tecnificada que estamos viviendo. Vamos a analizar algunas de estas propuestas para terminar esta sección.
Guisnberg es un autor argentino que nos dice que las causas de la neurosis deben ser buscadas en los factores sociales como son trabajo, status, clase, entre otros. Es lógico que personas con diferentes ocupaciones y estilos de vida desarrollen psicopatías diferentes. Entonces, para él, el origen de la neurosis se da no en el interior del individuo, sino en el rol social que desempeña, es decir, las angustias de un empresario serán muy diferentes que las de un obrero, sin despreciar las tendencias biológicas y psicológicas de cada persona. En Guinsberg también encontramos un concepto que es interesante de analizar: la alienación. Él nos explica que "en el proceso de alienación se producen efectos que son: aislamiento, comunicación interpersonal dificultosa (y en muchos casos mediante intermediarios), vaciedad, frustración, reducción de sus potencialidades a las de simple instrumento de engranajes desconocidos.".
Si sabemos que alienación significa lo mismo que enajenación (término más conocido), podemos entender mejor lo que Guinsberg nos dice. La alienación debe ser entendida pues, como la pérdida de la personalidad del individuo y causante de la enfermedad mental.
Aramoni es el nombre de otro de los autores que tienen una perspectiva diferente de la enfermedad mental. En él, podemos encontrar que la enfermedad psíquica aparece como producto de la cultura. "La soledad, la angustia, la depresión, la enajenación y la muerte están más cerca de la cultura y la socialización humana que de la biología". Aramoni nos describe un panorama poco agradable del medio en el que estamos inmersos y en el cual vivimos; para él, la enfermedad mental es producto del ambiente hostil y deshumanizado en que nos toco vivir.
Para hablarnos de neurosis, Aramoni comienza describiéndonos la primera de las características que se presentan en un neurótico: la depresión. Para él, la depresión siempre lleva el elemento de lo mortal pues "en toda depresión, por ligera que sea, aparece la solución de lo mortecino, lo fúnebre, la posibilidad de morir". Aramoni distingue entre dos tipos de depresiones: las exógenas y las endógenas. En las primeras es todo lo que rodea al individuo (como los acontecimientos históricos, la influencia cultural, la situación económico-social, etc.) lo que influye en su comportamiento y provoca la salud o enfermedad mental; en las segundas, el medio o el entorno no tienen ninguna relación con la conducta del individuo pues se presume alguna deficiencia biológica. También encontramos en sus textos una descripción de la conducta del neurótico : "...en la neurosis se sabe lo que hay que hacer, cuándo hacerlo, cómo hacerlo, por qué hacerlo, pero no se hace, y que, por otra parte, el mismo hecho de no hacerlo ocasiona o determina una reacción desagradable, molesta, de frustración, de inadecuación." .
Por último, un aspecto que Aramino considera también dentro de las causas de la neurosis es el ámbito familiar. El adulto (padre de familia) siempre actúa como si supiera todo e ignorara nada. El menor (el hijo) es impotente ante los argumentos que el adulto le da como única explicación de un hecho determinado. Esta conducta de autoritarismo por parte de los padres tiene un origen cultural que se remonta a épocas del patriarcado. Por otro lado, también existe el lado opuesto; el dejar que el niño conozca y aprenda por sí mismo, sin vigilancia de los padres. Al lastimarse o hacerse daño con algo que el niño ignoraba, la autoridad paterna le dirá que ellos son los que siempre tienen razón, y que él, en su condición de menor, debe obedecerlos. El empleo de tales métodos educativos "pueden cristalizarlo (al menor) y petrificarlo para toda la existencia. Si esto resulta de tal modo grave, mutilante y limitativo, se podrá comprender por qué un individuo puede deprimirse, arruinar su vida y, por supuesto, ser capaz de enloquecer, de convertirse en un psicópata o bien de suicidarse" .
Para concluir veremos lo que nos dice la literatura de N.A. acerca de la etiología de la enfermedad mental. Para ello vamos a referirnos precisamente a un libro que trata la etiología de la enfermedad y a otro que habla de las leyes de la enfermedad emocional.
En el libro "Las leyes de la enfermedad mental y emocional" se distingue entre dos tipos de causas: la causa remota y la causa inmediata. La causa remota ocurrió en la niñez del enfermo y estableció un patrón de conducta que empeoró a medida que fue creciendo. Cuando el adulto enfermo alcanza un cierto nivel de malestar, no es ya la causa remota lo que está actuando sino la causa inmediata. La causa inmediata son los sentimientos negativos actuales que el individuo lleva consigo como el odio, resentimiento, compasión, miedo.
El libro "La etiología de la enfermedad y de la salud mental y emocional" es una recopilación de los folletos de "La Salud Mental" publicados desde 1968. Estos folletos son la base de la literatura de Neuróticos Anónimos. En esta recopilación en particular podemos encontrar con detalle las causas de la enfermedad mental y emocional (en el caso que nos atañe, de la neurosis). Encontramos que la principal causa de la enfermedad es el egoísmo innato que existe en el individuo el cual le impide amar a sus semejantes. Según esta teoría, el ser humano comienza a ser egoísta desde el mismo momento en que es concebido; dentro de la matriz no le hace falta nada pues todo lo que necesita le es proporcionado. A medida que va creciendo, va explorando el medio en donde se encuentra, hasta que su tamaño le impide moverse con más libertad; es entonces que comienza a sentir la frustración, el miedo, la ira, y todo tipo de sentimientos negativos. Un tiempo antes del nacimiento, el feto se encuentra de cabeza, preparado para el trabajo de parto. Es entonces cuando las emociones negativas de las que hablábamos le acompañan con mayor frecuencia. Una vez fuera de la matriz, el nuevo ser es sumamente egoísta porque necesita serlo para asegurar su supervivencia. Pero es justamente en este momento cuando se marca una diferencia en el carácter y conducta de un individuo, pues "ya sea que aprenda que sus necesidades pueden ser satisfechas a través del amor, o que aprenda que estas pueden ser satisfechas a través del egoísmo (28). Así pues, según la literatura de N.A., una persona es siempre egoísta y la única diferencia entre la que enferma y la que se mantiene sana es el aprender a amar. Un hecho que es interesante recalcar es que este folleto de La Salud Mental y toda la literatura de N.A. está escrita por miembros activos de esta institución. Es por eso que encontramos frases como "Somos personas que hemos padecido de la enfermedad mental y emocional y nos hemos recuperado, así es que podemos hablarles de los lados de la moneda" (29).
En otra sección del citado libro, se enumeran una serie de características de la enfermedad emocional de las que es conveniente transcribir algunas y comentarlas:
1.- La enfermedad mental y emocional es una enfermedad.
2.- La enfermedad mental y emocional es curable.
3.- Esta enfermedad puede ser y es padecida por personas de todas las clases sociales, sin importar su edad, educación, posición social y económica.
4.- Esta es una enfermedad que puede llegar a incapacitar.
5.- La enfermedad mental y emocional es una enfermedad espiritual (9*).
6.- Esta enfermedad es causada por el egoísmo innato y su consecuente incapacidad de amar.
8.- La persona enferma no intenta hacer lo que hace. Ella está enferma y es dominada por las emociones compulsivas que no puede controlar.
9.- La enfermedad y sus manifestaciones son verdaderamente dolorosas y casi intolerables. La persona realmente sufre un infierno. Esta enfermedad bien pudiera ser la experiencia más dolorosa que un ser humano puede experimentar.
10.- No es LOCURA (Excepto para términos legales; los psiquiatras, médicos y psicólogos no aceptan este concepto). Las personas mental y emocionalmente enfermas saben lo que están haciendo, pero no pueden evitarlo debido a las emociones descontroladas.
11.- La persona enferma es a la autor de su propia enfermedad; aunque ella no la escogió. No es su culpa si la enfermedad le comenzó, pero una vez la tiene, ella contribuye a estar enferma y empeorar.
14.- La persona enferma no quiere estar enferma; lo que sucede es que no conoce otra forma de vivir, ser o actuar.
16.- La persona se enferma debido a sus defectos de carácter tales como : ira, resentimiento, odio, culpar a otros, autocompasión, preocupación por sí misma, rebelión, venganza, envidia, desconfianza, pesimismo, crítica, falta de amor y preocupación por otros, y otras emociones negativas similares.
17.- A menudo la persona enferma es un fastidio y cuesta mucho trabajo estar cerca de ella. Puede dañar a todas las personas con las que se relaciona, pero ella está enferma y sin ayuda no podrá evitar actuar como lo hace.
20.- Esta enfermedad se caracteriza por síntomas dolorosos tales como: depresión, culpa, ansiedad, odio hacia uno mismo, remordimiento y otras emociones tormentosas.
22.- La persona mental y emocionalmente enferma, aunque no es una persona amorosa cuando esta en las garras de la enfermedad, necesita de amor, comprensión y ayuda. No mimos e indulgencia.
23.- Hay grados en la enfermedad mental y emocional: de leve a grave.
24.- La persona mentalmente enferma es capaz de acciones violentas cuando está perturbada por la enfermedad.
25.- Esta enfermedad no interfiere en la vida cotidiana de la persona enferma, su trabajo, relaciones con otros, y todas las otras actividades que realiza.
26.- La enfermedad es progresiva y fatal si no se somete a tratamiento.
Como hemos visto, para N.A., la enfermedad mental y emocional reside exclusivamente en la mente del individuo. No existe ninguna causa externa, pues es la persona y su incapacidad de amar lo que la lleva a sufrir esta enfermedad. La edad, el sexo, la clase social o la actividad que la persona desempeñe no son condicionantes de la enfermedad emocional. Como veíamos en Aramoni, N.A. también dice que en todo momento la persona es consciente de todo lo que pasa sin poder evitarlo, pero en N.A. encontramos que aun con todo y que el enfermo es consciente, puede tener momentos de violencia (núm. 24) y perder el control.
Observamos en las anteriores características que los sentimientos tales como la ira, el rencor, el resentimiento, los celos, la conmiseración, el miedo, entre otros, siempre acompañan a la enfermedad mental y emocional y son sus síntomas más representativos. En las próximas secciones vamos a analizar lo que se refiere a la cura y la terapia de la enfermedad emocional y mental.
¿CÓMO ACTÚA UN ENFERMO EMOCIONAL?
Las respuestas pueden ser variadas ya que dependiendo del grado de avance de la enfermedad en el individuo, éste tendrá un comportamiento distinto. La primeras reacciones de la enfermedad pueden comenzar desde la infancia. Un niño que muestre diferencias muy marcadas de conducta con respecto a los demás puede ser (o de hecho, es) un buen candidato para desarrollar una enfermedad mental y emocional en la adultez, como la neurosis. Cuando la enfermedad mental se manifiesta en la infancia, esta puede presentar muchas variantes como son la fobia a la escuela, la hiperactividad, el tartamudeo, la anorexia nerviosa y, en casos más severos, el autismo. El adulto o el adolescente neurótico mostrarán toda una gama de conductas que pueden ir desde la depresión, las adicciones (fármaco de pendencia), las compulsiones, las acciones criminales e ilegales, el radicalismo y el suicidio. No es nuestro propósito analizar todas y cada una de éstas, pues eso nos daría material para otro escrito, pero si mencionar algunas de las más importantes para nuestro análisis: las adicciones, el radicalismo y el suicidio.
A las adicciones las podemos dividir en drogadicción, alcoholismo, comer en exceso, tabaquismo, adicción a la adrenalina, adicción al café, adicción a los calmantes, entre otras. Nuestro tema gira alrededor de la neurosis, enfermedad emocional y mental que afecta a nuestra conducta y se manifiesta por el comportamiento que el neurótico tiene en la sociedad ; pero, aunque podemos decir que el neurótico es adicto a la adrenalina, observamos que los enfermos de alcoholismo, de tabaquismo, adictos a las drogas, etc. tienen patrones de conducta similares a los del neurótico : sufren de ansiedad, de miedos, de sentimientos de culpa, de complejos no superados, de falta de cariño. Estas carencias las desahogan o sustituyen adquiriendo alguna de las adicciones antes mencionadas. En casi todos los grupos de anónimos (llámense estos neuróticos, alcohólicos, comedores compulsivos, etc.) existe la misma problemática en sus miembros; son personas con conflictos en el trabajo, en el hogar, con sus amistades. Casi podríamos decir que todos ellos son, antes que nada, neuróticos, solo que la enfermedad se ha manifestado de un modo diferente en cada uno de ellos, haciéndolos dependientes ya sea del alcohol, de la adrenalina, del tabaco, de las drogas, etc. Si agrupáramos a todas estas personas que sufren de diferentes manifestaciones de dependencia, podríamos darnos cuenta de la gravedad de la neurosis y quizá, estaríamos más alertas de nosotros mismos.
En cuanto al comportamiento radical, podemos decir que a los inadaptados sociales (o personas radicales) se los ha considerado desde siempre como "locos" por ir contra el orden establecido. Siguiendo esta línea de pensamiento, las personas como Mozart, Rivera o Siqueiros, por mencionar algunos artistas, o como Galileo, Copérnico o Einstein para mencionar a gente de ciencia, deberían ser consideradas como enfermos mentales, pues su radicalismo cambió y revolucionó a la sociedad. Con respecto a este tópico, algunos autores no están muy de acuerdo en que las personas que son radicales dentro de una cultura determinada tengan que ser necesariamente enfermos emocionales o "locos". Aramoni nos dice en una parte de sus textos: "Los mejores hombres de una sociedad no son necesariamente los obedientes, sumisos y obsecuentes. Algunas veces son los que no se pliegan ante las indicaciones convencionales de un grupo determinado" .
Lo que es más contradictorio aún es que el grueso de la población, gente bien adaptada al orden en el que viven, sienta admiración por estos personajes que no se conformaron con aceptar lo que les imponían como cierto y único y fueron más allá de todos los demás. Si algún día fuese posible coordinar estos deseos de búsqueda con la aprobación del orden establecido, probablemente se dejaría de tachar de locos o de enfermos mentales a estas personas que han sido de los mejores productos de la humanidad.
El suicidio ha sido durante mucho tiempo un tema tabú del que muy pocas personas se atreven a hablar abiertamente. Es rarísimo que alguien nos relate sus intentos de suicidio de la misma manera que nos podría relatar la fractura que sufrió en la pierna o las molestias de un padecimiento hepático; sin embargo, hay gente que ha tenido el valor de aceptarlo y hablar de ello con su terapeuta o en sesiones de grupo.
¿Qué es lo que lleva a una persona a suicidarse? Podemos encontrar un sin número de respuestas tales como "ya no quería seguir sufriendo el abandono de mi pareja", "ya no soportaba la situación económica", "lo hice para vengarme de mi madre", "no quería saber de nada ni de nadie", "lo intenté para saber qué hay después de la vida", "quería unirme a un ser querido", etc. La verdad es que el suicidio no va acompañado necesariamente de una profunda enfermedad mental como lo han demostrados algunos expertos, más bien es una decisión que se toma en un momento de desesperación, cuando se está pasando por una depresión aguda. Recuérdese que al principio de este trabajo revisamos la definición de depresión que nos proporcionó Aramoni.
Por otro lado, se ha demostrado que el suicidio es una de las diez causas principales de fallecimiento en el mundo occidental. En los adolescentes (de entre 15 y 19 años), ocupa el quinto lugar. Pero los más vulnerables ante las depresiones son los universitarios; el índice de suicidios entre ellos es en un 50% mayor que en los jóvenes de la misma edad pero que no son estudiantes.
En N.A., el suicidio es considerado como una manifestación de mal carácter. La persona que se suicida lo hace porque no consiguió las cosas que quería y como las quería. La neurótica hecha mano de todos los recursos que tiene a su alcance para obtener lo que desea; el último de estos es, según N.A., el suicidio.
DEJAR ATRÁS A LA ENFERMEDAD
En este apartado vamos a comentar algunas de las terapias que hay para tratar de curar la neurosis. Vamos a mencionarlas y a hacer un pequeño comentario de éstas, haciendo énfasis en las terapias de grupo, en particular, en las de Neuróticos Anónimos.
En general, la psicoterapia suele definirse como una forma de tratamiento basada en los intercambios verbales o en la intervención psicológica, cuya finalidad es suprimir los síntomas psíquicos. Existen diferentes tipos de terapias, entre las más importantes están la terapia por autocrítica, la terapia Gestalt, la terapia conductual y la terapia de grupos. A continuación vamos a ver qué es cada una de ellas.
Se llama terapia por autocrítica a varios enfoques provenientes del psicoanálisis de Freud que pretenden hacer que el paciente se conozca a si mismo, y descubra el origen de su neurosis y las actitudes que él asume ante su enfermedad. La autocrítica consta de la asociación libre, la transferencia y la interpretación.
La terapia Gestalt está fundamentada en la idea de que las experiencias, percepciones, emociones, deseos e ideas suelen constar de una figura, que es la parte que vemos y de un fondo, que es lo que pensamos.
Las terapias conductuales especifican desde un principio los comportamientos que se van a modificar, y tratan de cambiar los rasgos que ayudan a conservar la conducta indeseable. Dentro de esta terapia hay básicamente tres métodos: desensibilización, saturación y condicionamiento aversivo.
La terapia de grupos tuvo su origen durante la Segunda Guerra Mundial y después de ella. Esto se debió a que no había suficientes profesionales para atender la demanda psiquiátrica que existía en los Estados Unidos y algunos otros países y comenzaron a atender 6 ó 10 pacientes a la vez.
Hay diferentes tipos de grupos; nosotros vamos a ver los grupos de adiestramiento y los de sensibilización y los de encuentro. Los grupos de adiestramiento mejoran las relaciones humanas en personas más o menos "normales". Los grupos de sensibilización tienen como meta aprender a comunicar con sinceridad sus propios sentimientos. Es en este tipo de grupos que las personas que padecen neurosis tienen la esperanza de un tratamiento más efectivo. En los grupos de encuentro, los resultados son menos concluyentes pues las sesiones son más esporádicas, pero se han obtenido buenas experiencias.
Existen diferentes conceptos de lo que es un grupo y, y de como se define el grupo en términos de la interacción, la percepción, la motivación, las metas y la organización. Pero no vamos a analizar cada de uno de estos conceptos por quedar fuera del propósito de este escrito. De aquí en adelante nos limitaremos a hablar de uno de los grupos más conocidos en cuanto a terapia de la neurosis se refiere: N .A.
Neuróticos Anónimos nació en el año de 1964 en Estados Unidos, cuando a uno de los miembros recuperados de Alcohólicos Anónimos, Grover, utilizó el programa de A.A. para ayudar a una mujer no alcohólica (Ethel) que padecía disturbios emocionales, a encontrar una solución a los mismos. Ethel era una mujer abstemia que siempre estaba temerosa, ansiosa, preocupada, deprimida. Ella había probado un tratamiento con tranquilizantes, pero no resultó, continuaba sintiéndose mal. Grover le aseguró que ella podría aliviar su tensión emocional siguiendo los Doce Pasos Sugeridos adaptados de A .A. Después de practicar estos Doce Pasos, Ethel descubrió sus defectos de carácter y pronto asumió la culpa de sus acciones y sentimientos. Se puede decir que fue en el momento en el que Ethel pidió ayuda cuando Neuróticos Anónimos surgió.
¿Qué son los Doce Pasos Sugeridos? Los Doce Pasos Sugeridos de Alcohólicos Anónimos o de cualquier otro grupo de anónimos (como neuróticos, comedores compulsivos, jugadores, etc.) son una serie de instrucciones a seguir para recuperarse de la enfermedad (alcoholismo, neurosis, etc.). Estos pasos tienen un cierto orden y se deben seguir con formalidad, es decir, debemos estar seguros de que hemos concluido el Paso 1 antes de continuar con el 2. Y debemos hacerlo con absoluta franqueza.
N.A. funciona siguiendo los Doce Pasos y las Doce Tradiciones adaptadas de A .A. En las Doce Tradiciones se habla de como ha de manejarse el grupo, cuáles son los objetivos primordiales del mismo y que conductas deben imperar entre sus miembros.
Para pertenecer a N.A. basta querer dejar de sufrir, querer aliviarse de la neurosis; pero antes que todo esto, es necesario que la persona se considere neurótica, pues de otra manera el grupo no funciona. Se han visto casos de personas que llevan años asistiendo al grupo sin ninguna mejora; es, simplemente que la persona no se ha derrotado, no se ha aceptado como enferma emocional. El aceptar esta derrota es el principio de los Doce Pasos de N.A. y el principio de la cura. En N.A., como en cualquier otro grupo de anónimos, no es necesario pagar cuotas ni honorarios pues el grupo se sostiene con las contribuciones voluntarias de sus miembros. Tampoco es necesario pertenecer a alguna religión específica, pues lo único que se pide en los Doce Pasos es la creencia en lo que consideremos un poder superior, cualquiera que este sea.
¿Que pasa en las reuniones de N.A.? Hablar de la neurosis desde los libros y las clases de psicología es tener una visión miope del asunto. Para saber qué es lo que le ocurre a un neurótico, cómo obtiene su recuperación mediante la terapia de grupo y cómo ayudan los demás miembros, es necesario acudir no a una, sino a varias reuniones de diferentes grupos de N.A. Cuando una persona llega por primera vez, generalmente es invitada por alguno de los miembros de N.A., aunque hay quienes tienen el valor de ir por sí mismos. Inmediatamente toda la atención del grupo es para la persona que se "acerca por primera vez”; esto quiere decir que a partir de ese momento la junta que se está realizando o que está por realizarse se va a dedicar a dar información a la persona nueva. Lo primero que se hace es dar un aplauso de bienvenida y darle información general por parte de los miembros más antiguos del grupo. La junta sigue con el tema que se había seleccionado, pero siempre intercalando la información. Al final, se le ofrece un "autodiagnóstico" que consiste en una serie de preguntas (como ya habíamos señalado), y se le invita al "nuevo" a asistir a más reuniones antes de descartar por completo la posibilidad de esta ayuda. Bueno, cuando hay un miembro nuevo, ¿qué pasa en una reunión común y corriente? Generalmente las sesiones se dividen en dos tipos (aunque hay grupos que lo hacen de otra manera) : las juntas de información y las de curación o catarsis. En las primeras, se hacen dinámicas de preguntas y respuestas acerca de la enfermedad mental, los síntomas, las causas, el desarrollo, etc. Son las personas con más años en el grupo y las más recuperadas las que coordinan este tipo de juntas. En las juntas de curación, se escoge un tema para ir leyéndolo y a la vez, un cierto número de personas levanta la mano para pedir la tribuna. Una vez que la junta inicia, se va intercalando la lectura con las catarsis de las personas que van subiendo una a una a la tribuna. Una vez en la tribuna, la persona comienza a hablar de lo que en ese momento la esté haciendo sufrir; se valen gritos, llantos, golpes sobre la tribuna, mentadas de madre y todo tipo de palabras altisonantes. Se trata de que el enfermo neurótico desfogue todos los sentimientos negativos que trae consigo y, cosa importante, de que haga la promesa de no violentarse o ponerse mal en las próximas veinticuatro horas. Así, al día siguiente tiene la oportunidad de contener su mal humor o mal carácter hasta llegar a la hora de la junta. Muchas veces la tribuna no es suficiente, ya sea porque no le alcanzó el tiempo (que es de 15 minutos para cada persona) o bien porque prefiere no decir algunas cosas frente a todos los demás compañeros; en estos casos se tiene un "padrino" que no es más que una persona de años en el grupo, ya recuperada, y que puede escuchar a la persona que no tuvo tribuna o que prefirió solamente hablar con él. Tal es la mecánica de un grupo N.A.
Hasta 1996 en México existían alrededor de 500 grupos de N.A. distribuidos alrededor de las principales ciudades del país. Considerando grupos más o grupos menos en lo que va de 1997, podemos considerar válida y actual ésta cifra.
Si alguna vez sentimos la necesidad de pedir ayuda y de buscarla, N.A. tiene siempre un grupo esperando para brindarnos hospitalidad, información y, sobre todo, recuperación.
Y PARA TERMINAR, LOS TESTIMONIOS
Después del anterior recorrido, podemos darnos cuenta de que hay demasiados factores que influyen para que una persona se convierta en neurótica. La mayoría de ellos aparecen desde la infancia, incluso antes pues durante la gestación el feto puede sentir todas las emociones que la madre le va transmitiendo: afecto, nerviosismo, temor, seguridad, desprecio, tranquilidad, etc. Los científicos en esta área han demostrado que el feto se va "moldeando" de acuerdo a todo lo que la madre le transmita; es por eso que los niños con problemas de conducta o de aprendizaje son, invariablemente, productos de un embarazo no deseado o demasiado problemático.
Por otra parte, puede que el niño no presente problemas en la etapa prenatal, sino que sea en el seno familiar en donde comiencen los conflictos. Ya vimos que para la mayoría de los autores la niñez es el período que decide si un pequeño va a ser un enfermo emocional o una persona sana y equilibrada. Hay demasiados argumentos para apoyar estas teorías, pero algunos de ellos se olvidan de que el medio que nos rodea es por demás hostil y deshumanizado para el desarrollo sano del hombre.
El considerar que el entorno que rodea al individuo puede ser una causa importante para la enfermedad mental es una de las teorías más recientes. Diversos autores nos hablaron de esto en secciones anteriores, sin embargo, no hemos dicho de una manera definitiva qué es lo que en realidad transforma a una persona en neurótica
En algunos testimonios recopilados de miembros de N. A. podemos observar que hay quienes comenzaron a padecer la enfermedad desde pequeños, y hay quienes no. Vamos a analizar algunos de ellos para puntualizar las causas de la neurosis. Los nombres de las personas que testimonian sus casos son falsos.
Karina es el nombre de una joven señora (23 años) que fue violada a los 19 años; ella afirmaba no recordar este suceso hasta que hace poco contrajo matrimonio. El hecho de comenzar una actividad sexual la ponía de malas y fue creándose una situación de conflicto entre ella y su esposo. Durante las sesiones de N.A., Karina comenzó a recordar que ella nunca había tenido problemas de conducta y hasta podía ser considerada como una persona normal y feliz hasta antes de casarse. Le tomó algún tiempo y algo de valor acordarse de la violación de que había sido víctima y de ahí, explicarse con ayuda de su "madrina", el por qué de los conflictos con su esposo y, lo más importante, comenzar a superarlos. Así como Karina, hay algunas otras personas cuyos problemas de neurosis se manifestaron a raíz de un suceso posterior a la infancia que dejó huella y perturbó su comportamiento.
Otro factor que molesta demasiado a las personas al grado de convertirlas en neuróticas es la situación económica. Estando en diferentes grupos de N.A., podemos escuchar en las catarsis de la mayoría de sus miembros cómo el factor monetario les afecta en todos lo ámbitos de la vida: para la procuración del sustento de ellos mismos o de la familia, en las relaciones de pareja, en las responsabilidades con los hijos que son estudiantes, en la simple satisfacción personal. Sabemos que vivimos en un mundo hiper-materialista, en donde todo se taza por el dinero que la persona tenga, por esto mismo, cuando no se tiene una buena situación económica, surgen algunos problemas de conducta como la angustia, depresión, frustración, temor, miedo entre otros. Juan es uno de estos casos.
Juan fue un brillante estudiante de psicología que contrajo matrimonio después de graduarse; no le fue difícil conseguir empleo y durante algunos años pudo vivir más o menos bien, pero cuando nació el segundo de sus hijos, la empresa en donde trabajaba lo despidió. En sus propias palabras Juan nos dice : "Ni todos los estudios de psicología que tengo me sirvieron para poder hacerle frente a mi situación, pues en cuanto me vi sin trabajo y con dos hijos, sentí mucho miedo y una angustia que en mi puta vida jamás había sentido". Después de su despido, Juan tuvo que trabajar de cualquier cosa, y poco a poco salir de la mala racha, pero aún así afirma que todas las noches sueña con lo mismo: "me despiden del trabajo y me hundo en un hoyo grande y negro y pierdo a mi familia. A veces tengo demasiada ansiedad y pierdo la concentración de lo que esté haciendo y me dan ganas de llorar como ahorita". Juan es una entre muchas personas que sufren de deformaciones en su conducta debido a su mala situación económica. Los psicólogos pueden decir que estas deformaciones se deben a una predisposición en el carácter del enfermo, pero ¿qué hubiera pasado con ellos si nunca se hubieran visto en esta situación? Quizá hubieran manifestado su neurosis en otro ámbito, quizá no.
En la mayoría de las personas observadas, la neurosis se ha desarrollado desde la infancia y ha sido un acontecimiento posterior lo que ha influido para que el neurótico empeore. Hay casos de personas que estuvieron a punto de morir por la neurosis que padecían y que manifestaban de un modo particular: la hipocondría. Luisa es el nombre de una señora de 50 años que estuvo sometida a severos tratamientos psiquiátricos, fue intervenida quirúrgicamente en tres ocasiones debido a diferentes problemas orgánicos y durante diez años tomó todo tipo de tranquilizantes. Finalmente llegó a N.A. con la esperanza de que alguien la pudiera ayudar. En un año había dejado de sentir todos los dolores que continuamente la aquejaban y se había librado de tomar pastillas para dormir. A lo largo de sus catarsis, Luisa fue comprendiendo que sus reacciones de hipocondría se debían a la muerte de su hermano menor a quien quería mucho: "Me costó un chingo aceptar que mi hermano había muerto y que debía de vivir sin él de aquí en adelante...después el temor de morir como él me fue entrando y empecé a enfermarme de todo tipo de cosas..." El hermano de Luisa murió de cáncer.
El caso de Emilio es otro ejemplo de cómo la neurosis puede provocar la muerte: "Cuando estoy nervioso o enojado, mi presión arterial sube y sube y sube y siento que todo me da vueltas y veo un resplandor blanco... he ido a para al hospital al borde la muerte porque mi corazón ya no puede bombear más sangre; sin embargo, a pesar de que hace dos años que estoy desahuciado, he logrado mantener una salud gracias al grupo..."
Los casos anteriores (sin contar los de suicidio) nos demuestran que, efectivamente, la neurosis es una enfermedad que puede ser progresiva y mortal.
También hay personas (y estas son la mayoría) que fueron neuróticas desde la infancia. Sara es una muchacha de 26 años que siempre vivió con sentimientos de culpa, ensimismamiento y un enorme complejo de inferioridad. Sus padres tenían una buena relación y un matrimonio estable, pero continuamente presionaban a Sara a ser cada vez mejor; mejor estudiante, mejor hija, mejor persona, mejor devota, mejor, mejor, mejor. Sara siempre obtenía diplomas y reconocimientos por parte de sus maestros y gente allegada a su familia, pero nunca de sus padres. Cuando ella lograba un triunfo en la escuela o alguna otra actividad ellos se limitaban a decir "menos mal". En palabras de Sara : "Toda mi vida desde que tengo uso de razón, me dediqué a satisfacer las exigencias de mis padres, a tratar de obtener su reconocimiento, cosa que nunca ocurrió...cuando pienso en el tiempo, en los años que perdí haciendo todo tipo de cosas que a ellos les gustaba que yo hiciera, siento una rabia enorme por no haber hecho lo que hubiera querido, por no haberme impuesto ante ellos y luchar por mis propias metas" entre lágrimas y puñetazos, Sara nos dice que se siente profundamente vacía : "siento que he perdido demasiado tiempo haciéndoles caso a mis papás, ahora no se qué hacer pues soy muy grande para empezar otra vez.... cuando pienso que todo esto es culpa de ellos (los padres) quisiera que se murieran..." Sara es relativamente nueva en el grupo y aun no ha superado sus resentimientos y su frustración, pero sus compañeros del grupo le aseguran haberse sentido así y haberlo superado.
Podemos al fin decir (con todo el recorrido de diferentes teorías y de algunos testimonios), que la neurosis responde a diferentes causas, pero que estas se interrelacionan entre sí. La difícil situación económica, la creciente violencia en las calles, la inseguridad en que vivimos, la educación de que somos objetos (tanto en la escuela como en la casa), los excesos de nuestra actual cultura, todo esto tiene una relación entre sí, es producto del sistema socio-económico en que vivimos. Si estamos viendo y sufriendo de cerca la guerra, la inseguridad económica, las agresiones, la privación de la libertad, ¿cómo se nos pide que no reaccionemos ante todo esto?
Por otra parte, qué es lo que hace nuestro sistema socio-económico para "sanar" al individuo emocionalmente enfermo, al neurótico? Volvamos al caso de Sara; ella estuvo viendo por espacio de dos años a tres psicólogos diferentes, pero dice: "nunca les tuve la menor confianza ¿cómo decirle tus problemas a un tipo que te observa fijamente y que, mientras hablas, va anotando cosas y te dice que la hora se terminó, que te espera la próxima semana y que no olvides pagarle a la secretaria?”
Esto último es un aspecto que sería bueno mencionar, porque la mayor parte de las personas que acuden a algún grupo de N.A. han visitado antes a un psicólogo sin ningún resultado. ¿Qué es lo que pasa con estos tratamientos? Primero, como decía Sara y algunas otras personas, uno va a una consulta (en el caso de un particular) y encuentra a un tipo(a) inexpresivo, frío y con una imagen de pulcritud. "¿Qué es lo que te pasa?" y uno tiene la obligación de hablar de sus problemas. De vez en cuando, hace una que otra pregunta y nada más; eso sí, todo el tiempo tiene una libreta u una (computadora) personal con la que hace anotaciones mientras uno habla. ¿Cómo descubrirle a este profesional serio y frío, aparentemente insensible y seguro de sí, que nos sentimos como piltrafas humanas?
Ahora, en el caso de asistir a una consulta de alguna institución de salud (como el I.M.S.S. o como el D.I.F.) las cosas son peores todavía porque, para empezar, si uno llega sufriendo una crisis nerviosa, lo mandan a un cubículo con una camilla y una enfermera que nos inyecta Neurobión o cualquier otro tranquilizante. Después nos envían a consulta con un médico general que receta reposo, pastillas para dormir, tranquilizantes y vitaminas para "fortalecer el sistema nervioso". Lo más seguro es que al cabo de una semana, uno se sienta peor de lo que ya estaba debido a los efectos secundarios de los tranquilizantes. En el caso de contar con la suerte de que lo canalicen a un psicólogo (que en algunos casos no es tal), este se limitará a hacer lo mismo que el anterior (el psicólogo particular), cuando no a acosar sexualmente a los pacientes del sexo apuesto.
Todo lo anterior ha sido extraído de la realidad, no hay nada que haya sido inventado o exagerado. Debemos llamar la atención (aunque sea meramente simbólica nuestra queja) de quienes tienen en sus manos la práctica de esta especialidad médica porque en ellos recae la mayoría de las veces, la culpa de que una persona enferma no se recupere.
Por supuesto que también hay psicólogos, psiquiatras y terapeutas que tienen un desempeño profesional intachable pero, ¿cómo saber quién si es ético y quién no? Y no solo es ese aspecto el que hay que tomar en cuenta, sino ¿cuántos de nosotros podemos pagar un terapeuta que actualmente cobra 150 ó 200 pesos la hora?
Por supuesto, nunca se ha tomado en cuenta a la neurosis como un problema de salud grave y creciente, ni por parte de las autoridades ni de la población civil. En este escrito no nos debe preocupar llamar la atención a las autoridades (sería una labor de titanes), sino a la gente, a las personas que quizá están sufriendo los embates o las consecuencias de la neurosis.
Si uno comienza a leer los periódicos con más atención, se puede dar cuenta de que el número de violaciones y crímenes "pasionales" o inexplicables aumenta todos los días. Y lo único que se hace para remediar esta situación es perseguir al culpable y encerrarlo para que purgue una condena. Está por demás comprobado que las cárceles son escuelas en donde la persona aprende aun más a delinquir. Y si se trata de un enfermo neurótico que cometió un crimen en un estado de conducta extremo de su enfermedad, la cárcel es el peor lugar para la recuperación.
Debemos pensar que la neurosis nos puede afectar a todos, pues aunque nosotros nos preocupemos y seamos personas con conductas "normales" (cosa que un 90 % de los casos es falso), podemos encontrarnos en la calle a una persona enferma emocionalmente que nos puede agredir, y en el peor de los casos, matar. ¿Qué podemos hacer desde donde estamos? Creo que deberíamos, primero que nada, cuestionarnos qué tan sanos o tan enfermos estamos. Pero debemos hacerlo seriamente, con el propósito real de saber si padecemos o no la neurosis. Si pensamos que no somos neuróticos, debemos cuestionar cómo son nuestras relaciones, cómo es el trato que le damos a nuestra pareja, a los hijos, a la familia, a los amigos. Debemos también preguntarnos cómo son nuestras relaciones de trabajo (conflictivas o pacíficas). Por otra parte, aun sin padecer la neurosis, deberíamos de vez en cuando ir a algún grupo de anónimos. Si somos o pensamos en ser padres, la experiencia será definitivamente instructiva.
Con respecto a aliviar nuestra enfermedad en el caso que resultemos ser neuróticos, tenemos a nuestro alcance la ayuda de N.A., aunque para muchos puede parecer desorientada o poca cosa. Tuve la oportunidad de conversar con Gerardo, una persona por demás exitosa profesionalmente en el terreno del arte, pero con algunos desarreglos de conducta. "¿Por qué no vas a N.A.?" pregunté, y respondió "N.A. no es para mí; yo no creo en la existencia de un ser superior y además tienen una visión muy miope de las cosas. Ellos creen que las guerras y las malas situaciones de un país se deben a personas egoístas y no a las causas que explica la economía internacional. No, eso es para gentes ignorantes" Gerardo emitió esta opinión después de estar asistiendo a las sesiones de varios grupos durante cuatro meses. Como él hay más personas que piensan que no pueden encontrar ayuda en estos lugares. Pero también hay personas que como Gerardo, están conscientes de que no es el egoísmo la explicación para las guerras ni para otras cosas y, que sin tener la creencia de un poder superior, han podido salir adelante con su enfermedad. Carlos, quien piensa de manera similar a Gerardo nos dice: "El chiste del asunto es tomar lo mejor del N.A. y aplicártelo. Si eres ateo no importa. Lo único que si necesitas para salir de la enfermedad es responsabilidad de aquí en adelante para aceptar todas las pendejadas que hagas y honestidad a la hora de hablar en la tribuna".
La neurosis es demasiado sutil y está comprobado que todos la padecemos en algún momento de nuestras vidas ;lo que podríamos hacer por el malestar de la sociedad es mínimo, pues aun no está en nuestras manos tomar decisiones y cambiar las cosas, pero si nos libramos de la neurosis y ayudamos a más personas a ser más libres de esta enfermedad, estaríamos viviendo de manera más realista aceptando que todos los horrores de nuestra sociedad existen pero sin resignarnos a padecerlos irremediablemente.