A menudo tendemos a pensar en la creatividad como en una cualidad innata que no se puede aprender. Sin embargo, un reciente estudio publicado por Fast Company sugiere todo lo contrario.
Para llevar a cabo este informe, Fast Company entrevistó a un listado de personas particularmente creativas del mundo de los negocios y las enfrentó a la siguiente pregunta: ¿se puede enseñar la creatividad? El 73% de los consultados respondió a esta cuestión con un rotundo “sí”. Para ser creativo basta con estar abierto a nuevas experiencias, a atreverse a pensar de manera diferente y a abrazar el misterio. Nadie nace en realidad con el gen de la creatividad.
El 33% de los creativos asegura que lo que más les ayuda para mantener en plena forma sus cualidades creativas es el autoaprendizaje, mientras que el 27% cita a los padres, el 16% a los profesores, el 12% a la televisión, la música, el cine y la literatura, el 8% a los amigos y el 4% a los jefes.
Está claro que la creatividad puede aprenderse, pero ¿dónde se ejercita mejor esta cualidad? El 29% dice que su creatividad aflora mejor por la noche, el 20 % por la mañana, el 19% en la ducha, el 13% haciendo ejercicio, el 5% en los cócteles, el 2% en sesiones de brainstorming y otro 2% en el despacho.
Por otra parte, para prender la mecha de la creatividad es importante estar dispuestos a matar ideas de las que previamente nos hemos enamorado, ser buenos colaboradores (29%), ser rápidos generando ideas (28%) y ser buenos gestionando el tiempo (8%).
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