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¿Pero qué es lo que hace sufrir (y disfrutar) tanto a la gente creativa?
Todos decimos admirar la creatividad y, sin embargo, todos la castigamos de forma implacable cuando cuestiona nuestras creencias. Odiamos la incertidumbre cuando no la provocamos nosotros. Por eso, la sociedad da tantas veces con la puerta en la cara a los creativos y los obliga a superar una educación donde se premian la imitación, la uniformidad y la memorización, y se penalizan la intuición, la individualidad y la diferencia. Los comportamientos distintos y dispersos deben ser corregidos. Ellos deben ser corregidos. Y pronto.
A los psicólogos estadounidenses Valina Dawson y Erik Westby se les ocurrió en 1995 la genial idea de cruzar los datos de los alumnos creativos de una clase y los de los favoritos de los profesores. Entonces descubrieron que los maestros dicen admirar la creatividad, pero prefieren a los niños obedientes. Se comportan como los jefes que esos mismos niños encontrarán cuando tengan que trabajar. El mensaje que reciben desde la infancia es claro: el reconocimiento y la estima de la autoridad dependen de la habilidad con la que ejecutemos sus órdenes. Nos pagan para pensar, no para discrepar.
A pesar de eso, los adultos innovadores son, por lo general, unos niños crecidos que, aunque pasan los años y las décadas, nunca han dejado de jugar e imaginar muchas veces de forma completamente estrambótica colores, objetos, ideas, sabores y hasta sus propias vidas. En el libro Wired to Create, los autores destacan este juego perpetuo como una de las diez grandes características de las personas creativas —en las que está inspirado este reportaje— y dan la voz de alarma. ¿Por qué?
Los colegios han limitado progresivamente el tiempo dedicado a jugar y los padres, cada vez más ocupados, les han añadido actividades extraescolares a los niños donde no hay espacio para fantasear con otros mundos posibles, que es el germen del pensamiento crítico. La vida, y sobre todo el trabajo, es algo muy serio, se dicen los padres, y la fantasía y el placer se reservan únicamente para el ocio (donde, en realidad, les esperan nuevas obligaciones). Nunca tienen tiempo para jugar; por eso nunca tienen tiempo para crear.
Ensimismados
Existe otro aspecto con el que los creativos disfrutan y que también pone en guardia a padres, jefes y profesores: su inagotable capacidad para soñar despiertos. Hablamos de una especie de conexión con el monólogo interior de sus pensamientos y emociones que les permite, sin prisa y sin presión, asociar libremente ideas, buscar enfoques distintos para sus problemas, dar sentido a sus vidas (necesitan imaginar una narrativa que les ayude a explicar quiénes son y qué han venido a hacer a este mundo), planificar el futuro o asimilar experiencias y sensaciones nuevas.
Todo ello se produce en soledad, un aspecto de sus vidas que cultivan en medio de una sociedad híperconectada y obsesionada con la pertenencia al grupo. No tardarán en levantar sospechas y escuchar diversas variaciones de «¿Te crees mejor que los demás?», «¿Tiene su hijo problemas de integración? » o «¿Por qué le das tantas vueltas a todo?».
El peculiar monólogo interior al que nos referimos no tiene por qué ser siempre placentero. Es perfectamente posible que la solución a un problema resulte traumática, que fantasear sobre sus vidas los lleve a la frustración cuando regresan a la realidad o que las experiencias y las sensaciones con las que conecten les provoquen dolor y angustia.
También es importante tener en cuenta que este ensimismamiento se parece al despiste o la falta de atención, y que está muy lejos de serlo. De hecho, las narrativas sobre quiénes son y qué están destinados a conseguir son estímulos fundamentales para que los creativos no pierdan la confianza en sí mismos, venzan a la adversidad e intenten hacer realidad ese destino imaginario.
Los creativos se enfrentan a un mundo que, por lo general, les niega su reconocimiento y a veces también el cariño durante años (¿Te crees especial? ¡Tú no eres especial! ¡Todos somos especiales!). En estas circunstancias, no es extraño que se instalen, como un ruido intermitente en sus vidas, las dudas sobre su talento y originalidad, el miedo a no obtener nada a cambio de su esfuerzo y la angustia que les produce que sus seres queridos vivan preocupados por ellos o que ellos mismos estén exponiendo a sus familias a sacrificios innecesarios por puro narcisismo (¿Tengo derecho a vivir de mi vocación si me impide pagar una buena educación a mis hijos?).
Poner orden en sus emociones, experiencias e ideas es una función igual de importante que la de construir narrativas estimulantes. Los creativos suelen ser personas hipersensibles y especialmente abiertas a probar cosas distintas y eso quiere decir que perciben con más matices e intensidad las situaciones cotidianas, que suelen empatizar más con el resto (o proyectarse sobre ellos inventándose historias y creyendo que los entienden) y que buscan experiencias nuevas que les descubran sensaciones desconocidas. Dicho de otra forma, necesitan mucho tiempo para ordenar sus emociones, experiencias e ideas, porque tienen muchísimas emociones, experiencias e ideas que ordenar.
Una pregunta interesante es cómo, con esta orgía perpetua de excitación, curiosidad y depresión que les despierta la vida, consiguen llevar a cabo un proyecto innovador de principio a fin. La respuesta sencilla es que muchos no lo consiguen y que algunos dejan de poder hacerlo. Un ejemplo de lo primero es esos escritores que nunca terminan de publicar su primer libro, y un ejemplo de lo segundo lo encontramos en esos grupos de música que se echan a perder. Es discutible que tanto en un caso como en el otro se les pueda seguir considerando creativos, porque la creatividad es una actividad, no una capacidad. Los alpinistas son los que suben montañas, no los que pueden subirlas ni los que sueñan con subirlas.
Los que tienen éxito
Las personas que consiguen materializar los proyectos que soñaron lo hacen por tres habilidades distintas: visión estratégica, pasión y capacidad para convertir los estacazos de la adversidad en motivación para seguir adelante.
Se necesita visión estratégica para diseñar un plan ordenado y lo suficientemente flexible para que su voraz curiosidad y vaivenes emocionales no les impidan concretar sus ideas. Si tiene en la cabeza el embrión de una novela o una aplicación móvil novedosa, lo primero que hace una persona creativa es acariciar su belleza, obsesionarse con ella, chapotear en su talento y buena suerte, asustarse con la posibilidad de que alguien se la quite y buscar una estrategia que le permita desarrollarla y darla a conocer antes que nadie. Cada vez son más los que utilizan dos técnicas: la meditación, para concentrarse mejor y reducir su implacable autocrítica; y el cultivo del placer no solo por la creación sino por el —mucho menos emocionante— proceso creativo.
La pasión es la furia que arrastra a los innovadores a obsesionarse con dominar la técnica en la que quieren aportar algo original, la que genera el estado orgásmico de flow que aflora en sus pechos cuando dan a luz la idea, la que impide que se desenamoren de ella en los momentos de tedio y frustración que exige la ejecución de cualquier novedad que merezca la pena y la que los empuja a que la principal vara de medir no sea lo que consiguen los demás, sino la meta que ellos se habían marcado.
La tercera habilidad es, como decíamos, convertir los estacazos de la adversidad en motivación para seguir adelante. Los que no dejan de crear durante toda la vida lo hacen no solo porque las dudas que albergan sobre sí mismos, los portazos en la cara o la intensidad de las emociones extremas no han podido con ellos, sino también porque han utilizado esas dudas, esos portazos y esas emociones traumáticas para convencerse de que han venido a aportar algo único, algo importante, algo que merece ser tenido en cuenta y que, tarde o temprano, se terminará apreciando.
Quizás lo más misterioso de las personas creativas no sea ni la fuente de su inspiración ni su manera de surfear —o de ahogarse ocasionalmente— en la adversidad, los grandes planes o las pasiones extremas. Lo más fascinante es la forma en la que resurgen y sienten sus pensamientos y sus emociones, por dolorosas o alegres que sean, como un continente por explorar, por imaginar, por intuir. Son los exploradores de un pequeño planeta… y ese planeta no es otro que su mirada. Una mirada de infinita curiosidad.
gonzalo toca
Apostar por la Creatividad
Autor: Juan
Pastor Bustamante
Vivimos un tiempo
apasionante y contradictorio en el que cada vez se constata más un sentimiento paradójico
que se expresaría como necesidad de riesgo y temor ante el error.
Aunque se percibe con
mayor intensidad en empresas e instituciones, nadie en su vida
cotidiana está ajeno a él.
En la actualidad estamos
presenciando el cuestionamiento de ideas políticas, sociales, económicas y culturales
que nos han guiado durante el siglo XX. El uso de las telecomunicaciones, la
estructura empresarial, la investigación genética, la globalización, son hoy
temas que han empezado a generar controversia y producirán transformaciones,
posiblemente a todos los niveles.
La mentalidad occidental
percibe la crisis como un estadío del que hay que huir lo más rápido e indemne posible;
un momento en el que nos vemos abocados a sufrir cambios. Caos,
desestructuración, desorientación y desesperación son los principales rasgos
que lo definen. Esta asociación de cambio con sufrimiento, tan intrincada en
nuestra mentalidad, conlleva que nos bloqueemos cuando aparece la más mínima
variación para la que no tenemos respuestas preparadas. En otras culturas,
especialmente en las orientales, la crisis es un momento de desequilibrio
propicio para la reflexión; un momento a partir del cual se perciben múltiples
posibilidades de construir o de destruir para volver a edificar.
Entre estas concepciones
aparentemente opuestas existe un punto común: se reclaman, se demandan ideas
novedosas y originales que nos permitan adaptarnos a la nueva realidad que se
avecina. Una de las capacidades que define al ser humano es la de proyectar; es
decir, dicho de una forma gráfica, lanzar la mente hacia el futuro: idear y
prever espacios, conceptos, sonidos que todavía no son reales pero que tienen
la posibilidad de serlo. Hacer de ese proyecto ideal algo real es labor de la
capacidad creativa que todos poseemos.
La historia de la
humanidad se ha construido gracias a las ideas, sin las cuales, podemos
afirmar, no habría historia. Parece claro que el pensamiento creativo es un
factor determinante en el grado de evolución de individuos y sociedades. Tanto
las personas como los grupos, cuando se han visto excesivamente condicionados por
el entorno, por el miedo hacia aquello que no podían controlar y el temor a
perder lo poco o mucho que poseían, han decidido, no sólo renegar de su
capacidad de producir ideas innovadoras, sino perseguir a todo aquel sospechoso
de cultivarlas.
Por otro lado los grupos
más evolucionados son los que asumen el riesgo que todo proyecto supone, los que
confían en la responsabilidad de sus miembros y posibilitan el cambio en favor
del bienestar general.
En este principio de
milenio se comienza a valorar el papel de lo emocional. Parece que las
emociones influyen y condicionan más de lo que se pensaba. Las empresas
empiezan a demandar un elevado nivel de inteligencia emocional en sus
empleados. La inteligencia ha pasado de ser fría y estática a sensible y dinámica.
Es pues el momento de dar el mismo salto cualitativo en el campo de la
creatividad. Será muy positivo empezar a motivar actitudes creativas en todos
los ámbitos por encima de obsesionarnos en la búsqueda de grandes ideas que
cambien el mundo. Es evidente que tenemos que aprender, reaprender y desaprender
muchas cosas para construir la casa desde los cimientos. Asumir riesgos,
encontrar posibilidades originales en lo cotidiano, cuestionar la realidad,
aprender de los errores, ser flexibles ante el cambio y saber fluir ante los
problemas son algunos rasgos que definen esta actitud creativa que empezará a
ser cada vez más demandada.
Interiorizar estos rasgos
y desarrollarlos parece el camino más apropiado para generar entornos creativos
en los que todo el que lo desee pueda aportar ideas. Es un reto difícil, pero a
la vez sencillo, tomar la decisión de Ser creativos.
Os invito a seguir
estimulando, cultivando y aplicando vuestra capacidad de producir ideas nuevas
y valiosas. Apostando por nuestra evolución creativa propia posiblemente
consigamos mayor progreso y bienestar social.
Aprendiendo juntos y educando con creatividad
Autora: Erika Piña
Educar es una enorme
responsabilidad y demanda una labor más extensa que la transferencia de conocimiento.
El gran problema de la educación es enseñar a los niños QUÉ PENSAR en
lugar de CÓMO PENSAR,
El sistema educativo
actual esta basado en la memoria del niño en lugar del desarrollo de sus habilidades
inteligencias, dejando a los niños frente a la
ignorancia en lugar de alejarlos de esta. Por lo anterior es conveniente
renovar el sistema educativo para que pueda adaptarse a las necesidades de
todos los niños.
La creatividad es un
proceso dinámico que permite a los niños desarrollar su relación con el
universo, expresar sus sentimientos, identificar sus deseos, dejar volar su
imaginación y resolver por ellos mismos las dificultades que se le presenten.
Nosotros, los adultos,
como progenitores, familiares o educadores debemos participar en sus vidas como
facilitadores, dando apoyo y comprensión, respetando sus capacidades, intereses
e intimidad, poner límites y fomentar el respeto hacia los demás.
Es muy importante estar
atentos al proceso creativo de los niños y dejar que expresen con LIBERTAD y
TIEMPO ILIMITADO su creatividad. La experiencia de la creatividad
durante la infancia modela gran parte de lo que serán de adultos.
Los niños no son adultos
pequeños y los adultos no son niños grandes, con lo cual, el trabajo de los
niños es: jugar, experimentar y probar cosas diferentes, mientras el trabajo de
los adultos es: facilitar, aclarar, compartir y guiar.
El reto consiste en
ofrecer a los niños incentivos constantes que ayuden a fortalecer su
creatividad, motivándolos a descubrir y crear respuestas o soluciones creativas
por si mismos.
a) Nutrir la
creatividad: mantener ilimitadas las acciones del niño. Esto permite a éste
hacer lo mismo una y otra vez en una variedad de formas diferentes y así
perfeccionar la habilidad logrando que el niño sienta “esta actividad es mía,
es parte de mi”. Ej. Dejar que el niño juegue con bloques de lego diariamente
si así lo desea, al cabo de un tiempo observarás que su destreza es más
eficaz.
b) Ausencia de crítica:
el espíritu creativo que se inicia se alimenta del aliento y se marchita
con la crítica.
Ej.
Cuando el niño realiza un dibujo pidamos que nos explique lo que ha hecho en
lugar de criticar diciendo... esa casa no tiene puertas.
c) Placer no presión: la
creatividad florece cuando las cosas se hacen por placer. Lo que importa es el placer
no la perfección. Ej. Cuando identificamos que nuestros hijos tienen
afinidad a la música compremos una guitarra sin obligarlos a tocarla,
hagamos de la guitarra un gran juguete y cuando descubran que no esta
haciendo música sino ruido pedirán ayuda, incluso clases de guitarra.
d) El ambiente del
hogar: ofrecer a los niños un espacio de libertad acompañado de
colaboración para que concreten su impulso creativo. Ej. Cuando los pequeños
en casa tienen deseo por comprender la vida animal no dudes en vestirse
todos de exploradores y llevarlos al zoológico.
Algunos mitos sobre innovacion
Si bien todo puede
mejorarse, se han hecho profundos estudios sobre este particular. Por un lado
en productos altamente modularizados y complejos, suele ocurrir que una mejora
en uno de sus componentes no impacta de un modo tan elevado en su prestación
final –que depende de múltiples factores combinados.
Ejemplo-.
Una nueva caja de cambios revolucionaria para los automóviles,
puede mejorar su función de un modo total. Pero de cara al usuario final, el
vehículo sigue siendo casi el mismo (los frenos, amortiguadores, rendimiento de
combustible, comodidad, etc. no han variado sus prestaciones). Por otro lado,
productos no modulares un cambio puede importar mejoras sobre todo el producto,
pero los efectos totales del cambio pueden impactar también en otros aspectos.
Mito
Número Dos: Las empresas son innovadoras natas. Trabajan para mejorar. Están naturalmente
preparadas para ello
Falso (en
la mayoría de los casos)
Algunas empresas viven de
la innovación y están preparadas para ello. La gran mayoría ruega al cielo que nada
cambie y todo siga como ellos lo conocen.
Tal como lo señala América
González Valdés, investigadora cubana, en su trabajo "Innovación organizacional
- Retos y Perspectivas" (trabajo presentado a la FLACSO), en general las
organizaciones usan más tiempo para prevenirse en contra de la innovación que
en fomentarla. En su trabajo, la investigadora hace mención a la obra de Kanter
y otros teóricos de la innovación que describen la tendencia a evitar la
variación existente en las organizaciones, como algo corriente.
La mayoría de las Firmas
no apoyan ideas o productos que rompan con su tradición. De este modo, las capacidades
y habilidades de la organización son usadas por ella, sobre sí misma, para
mantener el rumbo y justificar por qué una sola avenida es la que debe ser
seguida.
Mecanismos de control
tales como la medida de desempeño, la promoción y las políticas de avance aprobadas,
así como el plan estratégico de la empresa y sus objetivos, no sólo no
prevén explícitamente la innovación, sino que se previenen contra ellas.
Para marcar las diferencias, Kanter ofrece ejemplos concretos de como
las firmas verdaderamente innovadoras tienen que desarrollar mecanismos específicos
en contra de esta auto-protección contra la inmovilidad. Por ejemplo,
una firma de alta tecnología como Hewlett-Packard, permite a los miembros de su
staff emplear una parte de su tiempo en proyectos escogidos por ellos mismos, y
no asignados. Aún si aquellos que tienen la autoridad no están a favor
de un proyecto, o éste ha sido oficialmente desechado, aún así puede ser
seguido. En, al menos una ocasión, un miembro permanente del staff que
perseguía objetivos de un proyecto muerto, recibió luz verde y fue
condecorado con la orden Hewlett-Packard del Desafío por haber
perseverado en su idea pese a todo.
¿Cuántas empresas conoce
usted con un premio específico para premiar los desobedientes?
Un caso de este tipo
ilustra el argumento de que las organizaciones innovadoras no sólo deben
soportar desviaciones, sino además, algunas veces, dotar a dichas variaciones
de una protección dada por la misma estructura organizativa. Satw (2000)
muestra que las experiencias innovadoras cuentan con recursos flexibles de
manera que nuevos proyectos no necesiten pasar por toda la ordalía de análisis
y procedimientos presupuestales y cita para ello el ejemplo de la empresa Black
and Decker. O bien se descentralizan los presupuestos, de manera que los
proyectos por separado puedan ser auspiciados independientemente, o bien hay
suficiente flexibilidad para new ventures, a riesgo, más allá del banco de
proyectos existentes. Se les da protección a los proyectos innovadores contra
los controlesrígidos institucionales. Si un proyecto tiene potencial para
convertirse en un producto mayor o en un nuevo procedimiento, también recibirá
protección.
Pregunte al contable de su
Firma (o al Gerente Financiero si tiene uno) cuánto dinero destina a
"fondo perdido" para financiar "ventures".
Mito
Número Tres: Los innovadores son exitosos
Rara vez
Así como la capacidad de
programar un buen software y los atributos que se necesitan para convertirlo en
un ÉXITO COMERCIAL van por diferentes carriles, lo común es que los innovadores
rara vez aprovechen el beneficio económico de su innovación. Como en todas las
cosas del mundo, suele haber gente que
“produce” (en este caso
produce innovaciones) y gente que comercializa o que al menos tiene el sentido práctico
de utilizar la innovación de un modo beneficioso.
Quizás un ejemplo que nos
sirve tanto para el Mito Número dos como para este juntos, sea el del Reloj de Cuarzo.
La tecnología del reloj de cuarzo fue desarrollada dentro de un programa de
innovación Suizo y con apoyos del Estado. Las empresas suizas jamás lo
consideraron como una tecnología aplicable a relojes. Finalmente la patente fue
vendida a los japoneses en una suma en el rango de los U$S 70.000.
Diez años después los
japoneses habían barrido a los suizos del mercado de los relojes obligándolos a
concentrarse en la gama de lujo.
Como verán no basta
innovar para aceptar e introducir los cambios y no siempre los que innovan son
los que lo aprovechan.
Mito
Número Cuatro: Siempre hay dinero para las buenas ideas
Rara vez
Se innovador, emprendedor
o escritor son cosas similares. Se requiere de un “plan” para hacerse conocido,
acceder a fondos, presentar las ideas, entender lo que quienes
"analizan" ideas buscan y el modo en que están acostumbrados a
entenderlo.
Así como los innovadores
generalmente no son los que aprovechan los resultados de la innovación, tampoco
son los que saben cómo presentar sus ideas o conseguir el dinero. El tema da
para mucho y hemos tenido la suerte de haber estado en los dos lados del
mostrador (presentando proyectos y analizando presentaciones). Es un buen
ejercicio para entender la distancia que media entre la "visión" de quién
presenta un proyecto y los puntos que verdaderamente está considerando quien lo
analiza.
Mito
Número Cinco: Los Programas de I+D (Investigación y Desarrollo) son la clave
para la innovación
Parcialmente cierto y con
énfasis en no
Tal como lo señalara con
acierto Emilio Méndez (Catedrático de Física de la Universidad del Estado de Nueva
York) en una nota publicada en el Diario El País (12 de abril de 2000), es
cierto que muchas de las innovaciones modernas tienen una base científica y
tecnológica. Sin embargo, en contra de lo que suele repetirse, pasado un cierto
umbral, no existe una relación directa entre el nivel de innovación de un país
y su desarrollo científico o tecnológico, ni se lo mide por el número de
patentes.
El Reino Unido tiene más
de 70 premios Nóbel en ciencia y medicina y, a pesar de ello, su tradición innovadora
es pobre. La Unión Europea gasta en investigación aproximadamente el mismo
porcentaje del producto interior bruto que Estados Unidos y los europeos
publican más artículos científicos que los americanos, pese a ello, casi
ninguna de las grandes industrias del siglo XXI son de creación europea.
En términos absolutos, el
número de patentes japonesas casi dobla al de Estados Unidos en términos “per capita”
y en el caso de Corea lo triplica. Pese a estas cifras, nadie duda de la enorme
ventaja americana en cuanto a innovación se refiere.
Mito
Número Seis: La innovación y la última tecnología van de la mano
Prácticamente no
Otro error frecuente es
creer que las innovaciones modernas dependen de la tecnología más reciente o que
han de ser técnicamente superiores a los productos que sustituyen. Las notas
adhesivas fueron desarrolladas por la compañía 3M a partir de un pegamento que
había fracasado en otras aplicaciones.
Más tecnología que en las
compañías de teléfonos satelitales es imposible de encontrar y pese a eso han ido
a la bancarrota.
A nivel social y colectivo
es tan revolucionario el circuito integrado (alta tecnología) como la línea de producción
continua (cambios de tipo administrativo), o el cajero automático y hasta el
modelo de negocios de las franquicias.
Mito
Número Siete: Los programas estatales son fundamentales para la innovación
Parcialmente cierto
¿Son acaso
los grandes programas gubernamentales los que determinan que la innovación
florezca en unos países y no en otros?.
El caso de Japón es
ilustrativo. Su Ministerio de Comercio e Industria ha creado en los últimos
años varios proyectos gigantescos destinados a fomentar la innovación, que,
según la revista The Economist, el mismo
Ministerio reconoce que
han sido una pérdida de tiempo y no han logrado incrementos apreciables de innovación
sobre los ya existentes.
Las raíces de la capacidad
de innovación de un país hay que buscarlas en su historia y su cultura. La innovación
exige una mentalidad más interesada en lo práctico que en lo teórico, abierta a
la noción de provisionalidad y cambio. Pero, sobre todo, para desarrollarse, la
innovación requiere una cultura que favorezca el riesgo, recompense el éxito y
no penalice demasiado el fracaso.
Por eso no debe extrañar
que Estados Unidos –un país de inmigrantes que mantiene el espíritu pionero
de los primeros colonizadores europeos– esté a la cabeza en este
terreno. La tradición calvinista de depender de uno mismo y no del Estado, de
culparse a uno mismo antes que al sistema si las cosas no vienen bien, sigue
aún viva en Estados Unidos.
Mito
Número Ocho: Sin imaginación no hay innovación
Parcialmente cierto Además
del “genio creador espontáneo” en realidad la innovación es un proceso
perfectamente sistematizable. La innovación se consigue por la aplicación de
Programas específicos tanto como por la inventiva espontánea. De Bono, el
creador del concepto de “pensamiento lateral” como fuente de la creatividad, en
sus obras posteriores fue afinando el concepto de creatividad hacia un terreno
más controlable e introdujo conceptos complementarios como el del ASI (Area
Sensible a Innovaciones). Esto permitió enfocar el mero proceso de creatividad
inorgánico.
Finalmente,
¿cuál es la clave de la innovación?
La innovación es un
proceso que requiere vincular a la "gente" con determinadas
"estructuras de apoyo". Gente con un profundo deseo de progresar o
hacerse rica y que tenga la convicción de que puede lograrlo y que por ello se
mantiene expectante y a la búsqueda permanente de soluciones para los
problemas.
Por otro lado se requiere
de otra gente, pero esta, con las capacidades de interpretar ideas
interesantes, apoyarles y darles forma. Esta categoría quizás es la que tenemos
más ausente en la región. Y por último se necesita o bien de un sector oficial
abierto al apoyo de estas iniciativas, o bien una industria receptiva.
Sin estos tampoco la
innovación florece en productos, sistemas, procedimientos o cambios que enriquezcan
a la sociedad. Difícil de trasplantar, difícil de crear, difícil de lograr...
sin embargo imprescindible como modo de aportar utilidades, tanto económicas
como sociales.
.Arrancar sobre lo que ya existe. La imitacion creativa
Autor: Carlos López
En la carrera por crear
empresa no necesariamente habrás de arrancar desde el punto de partida como el resto
del pelotón a tu alrededor, también tendrás la posibilidad de partir con una
ventaja y, si es así, deberás aprovecharla. Seguramente has escuchado que esta
o aquella empresa empezó como una "copia" de otra ya establecida. Pues
bien, este caso se presenta con frecuencia y muchas veces la que arranca sobre
las bases de la establecida resulta más exitosa. ¿A qué se debe esto si sabemos
que la innovación hace parte del éxito?
La respuesta se encuentra
en un concepto llamado "Imitación Creativa" (IC)*, sí leíste bien,
Imitación Creativa. Suena raro verdad, la creatividad da como resultado
originales (un Picasso por ejemplo), lo original no puede ser una imitación
(otra vez un Picasso). Sin embargo, esta es una estrategia muy usual que sí
permite la creatividad y la innovación.
Tal vez lo entiendas mejor
con el siguiente ejemplo sencillo: Imagínate que desarrollas tu tesis de grado
y te queda buenísima, recibes felicitaciones, te graduas con honores pero,
empiezas a buscar trabajo, lo consigues y te olvidas de ella. Tu tesis quedó en
las bibliotecas y en los archivos de tu tutor y de los jurados. Uno de los
jurados se interesó por el tema, ya que lo encontró novedoso, empieza a
estudiarlo a profundidad, consigue más bibliografía y se especializa en él.
Empieza por añadir un nuevo capítulo a su cátedra, se da cuenta que la gente se
interesa y se le ocurre dictar un curso fuera de clase, luego un seminario,
después conferencias, libros... Todo comenzo con tu tesis, la misma de la cual
te olvidaste cuando empezaste a trabajar.
Tu tesis es un producto,
bueno, nuevo por supuesto, interesante, útil y con buen mercado. Tu eres la empresa
que lo "lanzó al mercado", el "innovador original". El
jurado de tu tesis que se interesó en el tema, y hasta llego a escribir libros,
es la empresa que aplicó la estrategia de IC. Los cursos, seminarios, conferencias
y libros son la "parte creativa de la imitación", son mejoras de tu
producto que llegan para suplir necesidades del mercado. Obviamente tu hubieras
podido hacer las cosas bien desde un principio, pero no viste la oportunidad
que otros vieron y no cerraste la puerta a la IC.
La imitación creativa
consiste en esperar a que alguien establezca lo nuevao pero sólo en forma aproximada,
aprovecharlo, trabajar en ello y perfeccionarlo para hacerlo útil, satisfacer
al cliente y hacer lo que los clientes necesitan y desean pagar por eso.
Empresas que ejemplifican esta estrategia hay muchas, dos de las más conocidas
son IBM y Procter & Gamble, que la practican desde hace varias décadas. El secreto
de ellas está en aprovechar productos exitosos, que son suceptibles de mejorías
y que tienen un mercado atacable y formado, además de trabajar con menos
incertidumbre que el innovador original.
Requerimientos
para aplicar la imitación creativa
Mercado en rápido
crecimiento: la IC satisface la demanda existente no la crea.
Productos o servicios
exitosos: el imitador creativo aprovecha el éxito de otros innovadores.
Enfoque en el cliente: el
imitador creativo ve los productos desde la perspectiva del cliente.
Liderazgo: como toda innovación,
la IC exige la aspiración de dominar el mercado.
Azar, conocimiento y transpiración
Autor: Rodrigo
Luna
El azar y la
casualidad llegan a convertirse en verdaderos aliados de la creatividad, pero
es un error darles demasiado crédito. Muchos hallazgos o descubrimientos se
producen gracias a alguna circunstancia imprevista que se cruza sorpresivamente
en el camino. Un ejemplo clásico es el descubrimiento de la penicilina
realizado por Alexander Fleming en 1928. La historia cuenta que Fleming
advirtió que un disco de cultivo de bacterias había sido invadido por un moho
proveniente de unas esporas que entraron por la ventana del laboratorio. En
torno al moho había un círculo de bacterias reventadas que le permitieron reconocer
un hongo llamado penicillium notatum, de donde obtuvo finalmente un concentrado
activo que llamó penicilina.
En este caso
el buen tiempo y una ventana abierta jugaron un papel protagónico, pero sería
torpe no reparar en que Fleming era bacteriólogo y llevaba más de diez años
investigando estas materias. Sin considerar que durante todo el siglo anterior
otros especialistas habían advertido que los hongos de la familia del
penicillium mataban los gérmenes, sin que ninguno llegara al mismo resultado.
La biografía de
Fleming
recuerda otro hecho ocurrido seis años antes, que habla de su particular
sensibilidad como investigador.
En esa
oportunidad una lágrima suya cayó accidentalmente en un cultivo permitiéndole
hacer el descubrimiento de una enzima llamada lisozima. Horace Freeland en un
brillante capítulo sobre el azar en la ciencia, luego de revisar una serie de
casualidades célebres, concluye: "Todos estos casos de descubrimiento por
azar se han contado muchas veces como anécdotas. Pero rara vez se tocan las cuestiones
que ellos sugieren del juego recíproco de las circunstancias incidentales con
la madurez del problema en su momento; de la relación del individuo con la
comunidad científica y acerca del tipo de preparación que sensibiliza la mente
o los patrones de ideas, pruebas conocidas y prejuicios que facilitan o dificultan
el aprovechamiento del azar", (1984: 73).
La palabra
serendipia aparece de tanto en tanto en la literatura sobre creatividad, y está
destinada a definir la facultad de hacer descubrimientos o hallazgos
afortunados de un modo casual, inesperado o accidental.
Tiene también
el sentido de encontrar una cosa mientras se busca otra. Esta palabra fue
introducida en
1754 por el
escritor inglés Horace Walpone, con el objeto de describir algunas de sus
propias creaciones.
Se basó en un
cuento de hadas titulado Los Tres Príncipes de Serendip, que relata las
aventuras de unos personajes que habitualmente usaban su sagacidad para hacer
descubrimientos no planificados.
Algunos
ejemplos de serendipia son los siguientes:
* Una avería
de una máquina llevó a un descubrimiento astronómico realizado por James
Christy en un observatorio de los Estados Unidos durante 1978, en momentos en
que se encontraba midiendo las características orbitales de Plutón. Christy
había colocado una placa fotográfica con una imagen de
Plutón en un instrumento
llamado explorador estelar. En seguida advirtió una ligera protuberancia que interpretó
como una falla, de modo que decidió descartar la fotografía. En ese instante la
máquina comenzó a funcionar mal y se vió obligado a recurrir a un técnico. Este
le solicitó que permaneciera a su lado mientras efectuaba la reparación, pues
pensaba que podría necesitar su colaboración. Aprovechó ese tiempo para
estudiar nuevamente la fotografía y como resultado resolvió mirar en los
archivos algunas imágenes anteriores. Encontró una imagen rotulada:
"Imagen de Plutón alargada. Placa defectuosa. Rechazada". Esto
estimuló su interés y terminó encontrando seis imágenes rechazadas entre 1965 y
1970 que mostraban al mismo bulto. Sus estudios posteriores mostraron que éste
era en realidad una luna de Plutón. Si la máquina no se hubiese estropeado y el
técnico no le hubiese solicitado permanecer con él, probablemente el
descubrimiento no se hubiese producido en ese momento.
* George de
Mestral observó su chaqueta cubierta de esos pequeños cadillos llamados
"arrancamoños" luego de un paseo por el campo. Cuando comenzó a
quitarlos se preguntó por qué se adherían tan tenazmente. Su curiosidad le
llevó hasta el microscopio para conocerlos más a fondo. Descubrió que estos
incómodos parásitos poseen numerosos ganchos dotados de una forma particular,
que los hace adherirse muy eficientemente en otras superficies igualmente
irregulares. Pensó que sobre la base del mismo principio podría concebirse un
sistema de cierre que fuese práctico y firme. Todo esto ocurrió en
Suiza a
comienzos de los 50. Lo que sigue es historia conocida, hoy el cierre velcro
está en parkas, zapatillas, equipos médicos, bolsos, carpas, etc. El nombre
elegido deriva de velvet (terciopelo) y crochet
(enganche).
* El joven
Charles Goodyear estaba decidido a fabricar caucho sintético resistente a los
cambios de temperatura, esperando que tuviese multitud de aplicaciones. Este
empeño devoró su salud y sus escasos recursos económicos, al extremo de caer a
la cárcel en varias oportunidades. Llegó a depender de sus familiares para
comer y vestir, pero no abandonó su propósito. Después de muchos intentos sin el
resultado esperado, ocurrió un hecho fortuito. Se encontraba combinando azufre
y caucho, cuando accidentalmente una porción de la mezcla cayó en una cocina
caliente. Para su sorpresa el caucho no se fundió, sino que se carbonizó
lentamente. Goodyear inmediatamente comprendió el significado de este
accidente. Mediante pruebas adicionales determinó la temperatura óptima y el
tiempo preciso para estabilizar el caucho. En 1844 obtuvo la patente por un
proceso que denominó vulcanización en homenaje a Vulcano el herrero de los
dioses.
* El óptico
holandés Juan Lippershey, dedicado a la construcción de cristales de aumento,
recibió el encargo de fabricar dos espejuelos esféricos, uno cóncavo y otro
covexo. En un día de 1606 sus hijos que solían acompañarlo en el taller
cogieron ambos lentes y miraron a través de ellos superponiéndolos.
Enfocaron
hacia el gallo del campanario de una casa vecina y con asombro vieron que éste
aumentaba su tamaño. Lippershey al repetir la operación no pudo reprimir un
grito de alegría. Sus hijos habían hecho un hallazgo de apreciable valor.
Mostró su descubrimiento a una comisión oficial de su país y pidió apoyo para
perfeccionarlo en un lapso de treinta años. Producto de su entusiasmo y
capacidad logró unir ambos lentes mediante un armazón en sólo dos años.
Nacieron así los primeros gemelos y luego los anteojos tal como los conocemos.
Como éstas hay
serendipias para todos los gustos: La ley de gravedad, la batería eléctrica y
el electromagnetismo, la vacuna, la fotografía, el celuloide, la insulina, la
píldora anti conceptiva, el cristal de seguridad, el teflón, la aspirina, los
copos de maíz, los post-its, y algunos descubrimientos arqueológicos entre
muchas otras, (Roberts, 1992). Todos estos episodios revelan un aspecto a la
vez anecdótico y decisivo de los procesos creativos, pero nada justifica una
percepción simplista que entregue todos los méritos a la casualidad. Los mismos
ejemplos anteriores muestran la preparación, dedicación y esfuerzo que son
necesarios para llegar a un buen resultado, aún con la ayuda de la casualidad.
Está claro que las oportunidades derivan en actos creativos sólo cuando alguien
las aprovecha.
Existen muchas
áreas de actividad en las cuales es virtualmente imposible hacer una
contribución creativa, sin una adecuada acumulación de conocimiento y sin
formación intelectual. Se ha insistido en que un mundo simultáneo y cambiante
no requiere tanto de la acumulación como de ciertas capacidades personales. Eso
no está en discusión, pero el que la mera acumulación de conocimientos no tenga
valor, no significa que disponer de conocimientos sea inútil. En la actualidad
debemos acostumbrarnos a considerar nuestros conocimientos como huéspedes de
paso, pero jamás debemos dejar de ser hospitalarios. Sternberg y Lubart
formulan un planteamiento respecto al papel del conocimiento en la creatividad,
sobre la base de cinco puntos:
1-. El
conocimiento ayuda a producir obras innovadoras en dominios particulares, en
tanto que la ignorancia tiene el peligro de reinventar la rueda.
2-. El
conocimiento fomenta la creatividad y permite tener una posición para ir con
mayor seguridad contra la corriente.
3-. El
conocimiento favorece un trabajo de calidad, transformando ideas iniciales en
resultados creativos.
4-. El
conocimiento en su forma práctica permite concentrar los recursos en las nuevas
ideas y no en ideas básicas.
5-. El
conocimiento puede ayudar a observar y utilizar los acontecimientos fortuitos
como fuente de creatividad, (1997).
La trama de la
creatividad supone siempre distintas relaciones. El azar no es nada sin alguien
que le dé significado y el conocimiento es infértil cuando no existe suficiente
empuje. Louis Pasteur decía: Ala casualidad sólo favorece a los espíritus
preparados@, y Tomás Alva Edison afirmaba: AEl genio consiste en un 2 % de
inspiración y en un 98 % de transpiración@, agregando que el genio es una larga
paciencia.
Estas
sentencias han sido una y otra vez respaldadas por la biografía y testimonios
de los grandes creadores, y por la investigación en el campo de la creatividad.
Siendo anciano
Solón de Atenas escuchó de labios de su sobrino una encantadora poesía de Safo
y pidió al muchacho que se la enseñara. Al preguntársele por qué se esforzaba
tanto a su edad respondió: "Para aprenderla antes de morir. Envejezco
aprendiendo muchas cosas". Joan Miró a lo largo de noventa años produjo
cerca de dos mil pinturas al óleo, quinientas esculturas, cuatrocientos objetos
de cerámica y cinco mil dibujos y collages, además de unas tres mil quinientas
imágenes plasmadas en litografía, aguafuentes y otros soportes. B. F. Skinner
tenía una rutina de trabajo que lo mantenía en pie desde la madrugada, escribiendo
tres horas diarias incluyendo sábados y domingos, junto con toda su actividad
académica habitual. Luego de jubilar en 1974 todavía escribió cuatro libros y
dictó numerosas conferencias, la última ocho días antes de morir. Pablo Picasso
dijo una vez: "Tardé cuatro años en aprender a pintar como Rafael y toda
una vida en aprender a pintar como un niño". Iván Pavlov escribió en su
carta a la juventud:
"La
ciencia exige del hombre toda la vida, y si ustedes tuvieran dos vidas no les
serían suficientes. La ciencia es una gran tensión y una pasión inmensa".
La creatividad
no es un logro gratuito. Ejemplos como éstos son abundantes, incluidos los
resultados de la investigación científica. En el conocido informe de Anne Roe,
en el que se examina la vida de sesenta y cuatro científicos creativos, no se
encontró ninguna característica común salvo su absoluta dedicación al trabajo.
Esta psicóloga escarbó profundamente en la biografía de veinte biólogos,
veintidos físicos y veintidos cientistas sociales, en la búsqueda de cualquier
elemento ralacionado con sus historias vitales, que permitiera determinar como
sucede la Afabricación de un científico@. Encontró una enorme diversidad en
casi todos los aspectos, de modo que no pudo establecer ninguna generalización
precisa. Solamente pudo concluir:
"La única cosa que todos estos sesenta y cuatro científicos tienen en
común es su absoluta dedicación al trabajo. Ellos han trabajado largas horas
por muchos años, frecuentemente sin vacaciones, porque se encontraban mejor
haciendo su trabajo que cualquier otra cosa", (1972).
El estudio más
reciente de Howard Gardner, dedicado a las vidas de Sigmund Freud, Albert
Einstein,
Pablo Picasso,
Igor Stravinsky, T. S. Eliot, Martha Graham y Mahatma Gandhi, revela que cada
uno de estos creadores llegó a tener un compromiso absoluto con su trabajo. Con
el objeto de garantizar condiciones óptimas de trabajo los creadores sacrifican
sus relaciones personales, incluso destruyendo relaciones muy cercanas. Gardner
llama a este fenómeno pacto faústico, y lo interpreta como una variación del
que Goethe consagró en la literatura entre Fausto y Mefistófeles. Sostiene que
el tipo de pacto puede variar, pero la tenacidad con que se mantiene es la
misma. Estos pactos no son presentados como tales, pero se manifestan bajo la
forma del ascertismo, el aislamiento, el celibato o la ausencia de relaciones
estables. Es como si todo debiese estar subordinado a una misión creadora
superior, (1995).
Por último,
casi medio siglo después del informe de Anne Roe, la investigación de
Csikszentmihalyi que consideró noventa y un individuos destacados por su
creatividad en diferentes campos, obtiene conclusiones complementarias:
"Hemos visto que, entre los rasgos que definen a una persona creativa, son
fundamentales dos tendencias opuestas de alguna manera: una gran curiosidad y
apertura por un lado, y una perseverancia casi obsesiva por otro", (1998).
Adolescencia y Creatividad
Autor: Solum Donas
Fecha de publicación en Neuronilla:
21/07/2005
El interés en abordar este vínculo entre
adolescencia y creatividad desde el punto de vista conceptual estriba en que
existen escasas referencias bibliográficas en que se señalen su importancia en
relación al desarrollo humano de los adolescentes, sus implicaciones en la
atención integral de los mismos y en la
Salud Pública de este grupo de
población.(Donas, 1997).
Adolescencia
En el proceso biológico, psicosocial, e
histórico-cultural, que conocemos con el nombre de adolescencia, se producen en
el ser humano una gran cantidad de cambios de orden cualitativo y cuantitativo.
La gran mayoría de estos cambios se establecen en funciones y características
cuyos inicios se encuentran desde la fecundación, (por ejemplo el crecimiento
físico), en la vida intrauterina y la niñez (por ejemplo el desarrollo
psicosexual). El proceso de desarrollo durante la infancia hasta los albores
del proceso puberal (que marca biológicamente el inicio de la adolescencia),
muestra las manifestaciones de la inteligencia y el pensamiento, del proceso
autonómico y de la identidad, la capacidad crítica, el locus de control, la resiliencia,
la sensibilidad, los afectos, las motivaciones, la imaginación y la creatividad
entre otros, en un individuo altamente dependiente de su familia y su entorno
más próximo incluyendo la escuela.
Este proceso se continúa y expande en la
adolescencia cuantitativa y cualitativamente, y aparece como capacidad nueva la
de poder reproducirse. Todo esto inmerso en una eclosión hacia el mundo social
e histórico de su barrio, su colegio, sus amigos, su ciudad, su país y con el
mundo como un todo, merced al influjo de los medios masivos de comunicación, en
particular la televisión y cada vez más la red de internet.
De estos cambios nos interesa señalar en
particular, en función del tema de este artículo, los siguientes:
- el logro del pensamiento abstracto.
- la ampliación del juicio crítico.
- el establecimiento (más profundo) de una
visión personal del mundo y del sentido de la vida.
- los deseos se van elaborando en un proyecto
de vida.
- se modifican y amplían los intereses hacia
diferentes y múltiples opciones que le ofrece la cultura en un sentido amplio.
- se expande la creatividad en función de la
multiplicación de estímulos y del incremento de conocimientos y el aprendizaje
tecnológico que le ofrece la educación formal e informal.
En suma se destacan cuatro elementos
fundamentales que deben ser considerados en la relación adolescencia-creatividad:
1. El proceso evolutivo se inicia antes de la
adolescencia.
2. Las potencialidades del desarrollo
(incluyendo la creatividad) se encuentran antes de la adolescencia.
3. Las opciones y el estímulo se promueven
principalmente desde el entorno y dependen de la económico-cultural e histórica
del mismo.
4. Se hace necesario conocer los factores
protectores del desarrollo para promoverlos y los factores y conductas de
riesgo para eliminarlos o anularlos.
Creatividad
No es objetivo de este artículo hacer una
discusión de los debates sobre el concepto de creatividad en el campo de la
psicología, las múltiples formas de explorarla, etc. que se pueden encontrar en
múltiples textos (Gardner, 1982; Lemaitre et al., 1989; Mitjáns, 1995; Romo,
1996;)
En el siguiente esquema deseamos resumir
algunos conceptos:
A) ¿En qué ámbitos puede expresarse la
creatividad?
- Los ámbitos en que puede expresarse la
creatividad son múltiples y a manera de ejemplo mostramos los siguientes:
- en las ciencias: matemáticas, filosofía,
psicología, geografía, medicina, mecánica, ingeniería, arquitectura,
antropología, sociología, informática, agronomía, etc.
- en las artes: dibujo, pintura, fotografía,
literatura, (poesía, cuento, novela, ensayo, crítica literaria), video, escultura,
artes escénicas, danza, teatro, etc.
- en la artesanía: en barro, en mimbre, en
madera, papel artesanal, alambre, etc.
- varios: culinaria, carpintería, diseño
industrial, diseño gráfico, deportes, juegos, etc.
B) ¿Cúales pueden ser los productos de la
reatividad?
Igual que los ámbitos de la creación, los
productos generados por la creatividad humana son innumerables, pero a modo de
ejemplo mencionaremos algunos:
- objetos: una cuchara, una silla, un perfume,
una blusa, ....etc.
- filósofico-científicos: una idea, una
teoría, una fuente de energía, una técnica quirúrgica, un programa de ordenador,
etc.
- artísticos: una coreografía, una escultura,
un poema, una película, etc.
- procesos: como hacer,...como decir, como...
- otros: un nuevo color, un nuevo sabor, etc.
Entendemos por creatividad la potencialidad
que existe en todos los seres humanos, genéticamente determinada, que debe ser
desarrollada y estimulada a lo largo de toda la vida, que permite al ser humano
individual o colectivamente generar "nuevos productos" aportando
contribuciones al capital cultural personal, grupal y de la humanidad.
Esto significa que la sociedad como un todo y
cada uno de nosotros debemos reconocer y aceptar que todos tenemos la capacidad
(potencial) de crear. Este concepto entra en confrontación con el que sostiene que
solo ciertos individuos tienen "talento" para crear y solo promueve
el apoyo a ciertos individuos que se destacan en campos específicos.
Adolesc. Latinoam. v.3 n.1 Porto Alegre ago.
2002 Como citar este artículo Carta al editor Adolescencia y creatividad
Introducción El interés en abordar este vínculo entre adolescencia y
creatividad desde el punto de vista conceptual estriba en que existen escasas
referencias bibliográficas en que se señalen su importancia en relación al
desarrollo humano de los adolescentes, sus implicaciones en la atención
integral de los mismos y en la Salud Pública de este grupo de población.(Donas,
1997). Adolescencia En el proceso biológico, psicosocial, e histórico-cultural,
que conocemos con el nombre de adolescencia, se producen en el ser humano una
gran cantidad de cambios de orden cualitativo y cuantitativo. La gran mayoría
de estos cambios se establecen en funciones y características cuyos inicios se
encuentran desde la fecundación, (por ejemplo el crecimiento físico), en la
vida intrauterina y la niñez (por ejemplo el desarrollo psicosexual). El
proceso de desarrollo durante la infancia hasta los albores del proceso puberal
(que marca biológicamente el inicio de la adolescencia), muestra las
manifestaciones de la inteligencia y el pensamiento, del proceso autonómico y
de la identidad, la capacidad crítica, el locus de control, la resiliencia, la
sensibilidad, los afectos, las motivaciones, la imaginación y la creatividad
entre otros, en un individuo altamente dependiente de su familia y su entorno
más próximo incluyendo la escuela. Este proceso se continúa y expande en la
adolescencia cuantitativa y cualitativamente, y aparece como capacidad nueva la
de poder reproducirse. Todo esto inmerso en una eclosión hacia el mundo social
e histórico de su barrio, su colegio, sus amigos, su ciudad, su país y con el
mundo como un todo, merced al influjo de los medios masivos de comunicación, en
particular la televisión y cada vez más la red de internet. De estos cambios
nos interesa señalar en particular, en función del tema de este artículo, los siguientes:
- el logro del pensamiento abstracto - la ampliación del juicio crítico - el
establecimiento (más profundo) de una visión personal del mundo y del sentido
de la vida - los deseos se van elaborando en un proyecto de vida - se modifican
y amplían los intereses hacia diferentes y múltiples opciones que le ofrece la
cultura en un sentido amplio - se expande la creatividad en función de la
multiplicación de estímulos y del incremento de conocimientos y el aprendizaje
tecnológico que le ofrece la educación formal e informal.
En suma se destacan cuatro elementos
fundamentales que deben ser considerados en la relación adolescencia-creatividad
1. El proceso evolutivo se inicia antes de la adolescencia 2. Las
potencialidades desarrollo (incluyendo la creatividad) se encuentran antes de
la adolescencia 3. Las opciones y el estímulo se promueven principalmente desde
el entorno y dependen de la disponibilidad económico-cultural e histórica del
mismo. 4. Se hace necesario conocer los factores protectores del desarrollo
para promoverlos y los factores y conductas de riesgo para eliminarlos o
anularlos. (Donas,
1997a). Creatividad No es objetivo de este
artículo hacer una discusión de los debates sobre el concepto de creatividad en
el campo de la psicología, las múltiples formas de explorarla, etc. que se
pueden encontrar en múltiples textos (Gardner, 1982; Lemaitre et al., 1989;
Mitjáns, 1995; Romo, 1996;) En el esquema deseamos resumir algunos conceptos.
a) En que ámbitos puede expresarse la creatividad? - Los ámbitos en que puede
expresarse la creatividad son múltiples y a manera de ejemplo mostramos los siguientes:
- en las ciencias: matemáticas, filosofía, psicología, geografía, medicina, mecánica,
ingeniería, arquitectura, antropología, sociología, informática, agronomía,
etc. - en las artes: dibujo, pintura, fotografía, literatura, (poesía, cuento,
novela, ensayo, crítica literaria), video, escultura, artes escénicas, danza,
teatro, etc. - en la artesanía: en barro, en mimbre, en madera, papel
artesanal, alambre, etc. - varios: culinaria, carpintería, diseño industrial,
diseño gráfico, deportes, juegos, etc. b)
¿Cúales pueden ser los productos de la
creatividad? Igual que los ámbitos de la creación, los productos generados por
la creatividad humana son innumerables, pero a modo de ejemplo mencionaremos
algunos:
- objetos: una cuchara, una silla, un
perfume, una blusa, ....etc. - filósoficos-científicos: una idea, una teoría,
una fuente de energía , una técnica quirúrgica, un programa de
computación,...etc. - artísticos: una coreografía, una escultura, un poema, una
película, .....etc. - procesos: como hacer,...como decir,
...como..... - otros: un nuevo color, un
nuevo sabor....etc. Entendemos por creatividad la potencialidad que existe en
todos los seres humanos, genéticamente determinada, que debe ser desarrollada y
estimulada a lo largo de toda la vida, que permite al ser humano individual o
colectivamente generar "nuevos productos" aportando contribuciones al
capital cultural personal, grupal y de la humanidad. Esto significa que la sociedad
como un todo y cada uno de nosotros debemos reconocer y aceptar que todos
tenemos la capacidad (potencial) de crear. Este concepto entra en confrontación
con el que sostiene que solo ciertos individuos tienen "talento" para
crear y solo promueve el apoyo a ciertos individuos que se destacan en campos
específicos. Lamentablemente ni las políticas de estado ni los sistemas
educativos en nuestros países ni la población en general han incorporado este
concepto, lo cual motiva que el desarrollo y estímulo de la capacidad creadora
de todos, así como (y esto es fundamental) el dar las opciones para expresar
esta capacidad, (que significa aporte de conocimientos, tecnología y recursos
financieros), no se haya establecido como un patrón de conducta social
determinando, más allá de la enfermedad, incapacidad y muerte, una pérdida inconmensurable
e irrecuperable de capital humano.
Esto no se contradice con el hecho real
cotidiano de que hay niños, adolescentes y adultos que se destacan
espontáneamente por una capacidad creadora mayor, probablemente vinculada a
mayores niveles de inteligencia específica y estímulos recibidos del ambiente
y/o mayores niveles de motivación personal.
Otro concepto muy frecuente en la sociedad es
que se asocia la creatividad con el campo del arte, lo cual es también un
concepto erróneo ya que la creatividad se puede expresar en múltiples ámbitos
de la vida humana y hoy está siendo muy explotada comercialmente
("creatividad en el trabajo y en la empresa").
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