Desarrollo de tres competencias básicas: Autoestima, Asertividad y Empatía.


Cuando hablamos de competencias y valores para muchos son un concepto teórico y no una realidad y un reflejo de cómo actuamos y nos comportamos por la vida; a la postre, “llegar a ser competente” en algo, tiene más que ver con la práctica, que con la teoría.

Hasta los “genios” llegan a serlo practicando una afición que llega a ser “pasión”, repitiendo “escenas” o incorporando nuevas variables hasta que resuelven el reto o queda, suena como se lo imaginaban o descubren …

Y, la forma en cómo llegamos a adquirir esa competencia y en qué la utilizamos, viene determinada por nuestros valores.

Los valores matizan nuestra forma de actuar y, desde mi perspectiva, son los responsables directos del tipo de desarrollo que hacemos de las competencias básicas de la Inteligencia Emocional, la autoestima, la asertividad y la empatía, siendo la primera, la autoestima, la que hoy por hoy, considero es el núcleo a partir del cual podemos desarrollar bien las otras dos.

La autoestima

Una autoestima óptima, es la aceptación de lo que somos, de nuestros puntos fuertes y de nuestras áreas de mejora. Una autoestima sana nos posibilita equilibrar nuestra asertividad y empatía, al tiempo que genera recursos internos como la resiliencia, por ejemplo, que posibilita superar fracasos, errores o situaciones complejas.

Una autoestima mal desarrollada es tóxica para la propia persona, en primer lugar, y para aquellas con quienes se relaciona, sobre todo en situaciones de tensión emocional, normalmente marcadas por comportamientos reactivos:

Ofensivos-defensivos, como pueden ser la prepotencia, el buscar culpables o utilizar el chantaje emocional en las discusiones.
Pasivos-de bloqueo, como puede ser el quedarse en blanco, buscar excusas o “entrar al trapo” en el chantaje emocional.

El nivel de desarrollo de nuestra autoestima, determina el tipo de desarrollo que llevamos a cabo en nuestra asertividad y empatía.

La asertividad

La asertividad, el aserto, la afirmación de lo que somos y nuestra forma de expresarlo y transmitirlo con absoluto respeto hacia los demás pero, sobre todo, a nosotros mismos.

Una persona que ha desarrollado su asertividad a un nivel 3.0 será una persona educada en el fondo y en la forma y buscará el diálogo constructivo y convergente, seguramente desde la curiosidad, preguntando por aquellos puntos que le chirrían o sorprenden, frente a una persona que haya desarrollado una asertividad que podríamos denominar “hueca”, es decir, aquella de formas exquisitas pero cuyo contenido es hiriente, mordaz, humo … es decir, con contenido relevante pobre o nulo para el desempeño de nuestras funciones. O lo contrario, una asertividad en la que el contenido relevante se pierda en unas “sin formas”.

En cualquier caso, “asertividades” aún subdesarrolladas o en vías de desarrollo, que más que humillar al interlocutor ponen en evidencia el escaso desarrollo asertivo de quien así se expresa o comporta.

La asertividad es mucho más que poner límites diciendo NO. Es más, creo que una persona que la haya desarrollado bien, los marcaría desde el SÍ e integrando límites complementarios o aceptando ajenos y haciéndolo de forma convergente, es decir, encontrando puntos de conexión que permitan comprensión y diálogo.

Ser asertivo es afrontar las situaciones expectantes y actuar en función de lo que se considera correcto en cada momento, con la posibilidad de errores que podemos cometer actuando así, por la cantidad de variables nuevas que pueden aparecer en cada momento. Es una asertividad que ha aprendido que las situaciones pueden ser similares pero rara vez iguales y en esa diferencia es donde nos podemos encontrar con reacciones (emocionales) inesperadas.

La empatía

Y ¿qué decir de la empatía? La empatía como capacidad de comprender a los demás, de saber que si esa persona se ha equivocado ¿cuántas me he equivocado yo? … ¿qué quería yo?

…. ¿qué ha pasado? ¿qué variable desconocía? ¿cómo lo podemos solucionar? ¿qué he de incorporar a mis variables? ….

¿solucionar y aprender? … y actuar en consecuencia expresándolo asertivamente, de forma que todos ganemos en experiencia.

La empatía como capacidad es un recurso interno que tiene que ver mucho con la diversidad de experiencias vividas. A más apertura y experiencia en diferentes culturas, niveles, situaciones … más capacidad tendremos de ponernos en el “trabajo de otras personas” y actuar para facilitar la buena marcha de un proyecto, tarea o actividad.

Igual de tóxico que la falta de empatía para un buen ambiente y, más si queremos que sea profesional, es el exceso que puede llevar a un obviar o exculpar ciertos comportamientos por un exceso de empatía/simpatía …

En palabras de Laura Álvarez (Fuente: grupo Business Productivity Leadership en LinkedIn):

la empatía es fundamental, […], un exceso que nos lleve a obviar o exculpar ciertas fallas puede ser peligroso porque el avance se sustenta en el aprendizaje de los errores. Si los exculpamos u obviamos y no los analizamos y hacemos frente podemos quedarnos estancados.

En conclusión, si una persona ha desarrollado pobremente o mal cualquiera de estos tres recursos, desde mi perspectiva claves para un desarrollo óptimo del resto de competencias, pensar que pueda desarrollar bien competencias más complejas como es el liderazgo, trabajo en equipo, colaboración, innovación, mejora continua … con todo mi respeto, tiene poco sentido.

Y lo contrario, una persona que las ha desarrollado de forma óptima, en función de su edad y experiencia, muy posiblemente tenga diversidad de experiencias que la han llevado a desarrollar su liderazgo, su capacidad de trabajo en equipo o de aprendizaje y mejora o su planificación o visión de futuro …

Por todo ello, cuando me preguntan sobre qué competencias poner foco, tal y como hizo Virginia Guisasola para Linked Woman, en esta vídeo entrevista sobre Competencias Profesionales, suelo responder que si nos enfocáramos en desarrollar la autoestima, asertividad y empatía, tendríamos gran parte del camino recorrido para poder ser competentes, valga la redundancia, en el resto de competencias.

Y desde aquí agradecer a Virginia el haber contado conmigo y esperar que os resulte interesante la vídeo conferencia!

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